Hace exactamente un año asistíamos atónitos al máximo exponente de lo que los seres humanos, llevados por la codicia y el ansia del máximo beneficio, somos capaces de perpetrar.
Mucho se ha escrito y publicado sobre las características del buque siniestrado, de su estado de conservación, de los chanchullos entre compañías para ocultar la infinidad de irregularidades que existían, de las empresas interpuestas que coexisten en este tipo de transporte marítimo, del “tinglado” entre magnates y cacerías al hilo del problema, de las causas del accidente, de la inoperancia de las autoridades para decidir la entrada en puerto y la decisión de remolcarlo a alta mar para contemplar su “óbito”, etc, etc.
Dicen que no hay que simplificar echando la culpa al gobierno, pero lo cierto que es parte del problema, por lo que es difícil que sea parte de la solución. Es culpable por su defensa, al igual que tantos otros gobiernos que defienden una política ultraliberal, basada en un modelo de consumo energético insostenible, y a su vez plegándose a los intereses de las grandes multinacionales del petróleo.
Pero me gustaría referirme a los “solemnidades” conmemorativas de este 1er. aniversario. Parece ser que, por declaraciones de algún representante político, deberíamos dar gracias de la catástrofe. Acostumbrados (maldita resignación) estamos a discursos infames. Recuerdo que tras el vertido de combustible en la presa de Aceca (Toledo) en el río Tajo (río = sarcasmo), dirigentes del Partido Popular argumentaban que tras la limpieza el río (río = inocentada) había quedado mejor de lo que estaba antes del vertido.
Ahora el Sr. Fraga, D. Manuel (cuidado con él), asegura que Galicia está mejor que antes, “que no hay mal que por bien no venga”. Fuera, en la calle, esa que en tiempos pasados argumentaba que era suya, la ciudadanía protestaba por que a un año vista no hay resueltas muchas preguntas y problemas. Parece que deberíamos pedirle perdón porque al fin y a la postre ha sido beneficioso para Galicia, y es de suponer que para el resto de España y el Mundo mundial.
El Sr. Fraga, D. Manuel (cuidado con él), adalid de la pueblo, demócrata de “toda la vida”, crisol de las esencias más puras de las libertades. Santiago y cierra España.
Ante tal cantidad de progreso, bienestar, bondad, inversiones, que han recaído sobre el pueblo gallego, donde las nécoras cantan alegres por el sustento del chapapote, donde, parece ser, las almejas, vieiras, centollos y demás crustáceos y bivalvos tendrán mejor sabor y calidad por el aporte vitamínico del fuel, se podría pensar (alguno ya ha tenido alguna idea, aunque es peligroso por si la aplican) que debería sucedernos un “sucedido” similar y a ver si así, de una vez por todas, nos caen unos cuantos miles de millones de euros y nuestros campos y ríos (río = mofa) se convierten en paraísos terrenales.
Y pensar que tenemos a estos personajes por representantes de la soberanía popular. ¿De quién es la responsabilidad?.
Emilio Sales Almazán. Talavera.
Colaborador, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona. 15 Noviembre 2003.