Es bonito crecer gracias al dinero alemán – por Edmundo Fayánas

Esta es la respuesta que el canciller alemán Schröder da a José María Aznar, cuando exige a Alemania el cumplimiento del Pacto de Estabilidad Presupuestaria. Esta respuesta, es consecuencia del fundamentalismo económico que mantiene Aznar ejerciéndolo con una prepotencia y un nivel de manipulación preocupantes.

Aznar practica el adanismo, antes de él, todo era un desastre. Dice “yo recibí un país con un 7% de déficit, un país con la Seguridad Social quebrada, un país que no crecía…”. Esta afirmación es falsa, ni el déficit era del 7%, ni la Seguridad Social estaba quebrada, ni el país no crecía, pues el año 1996 se crecía al 2,8%. Cabe recordarle que el punto de partida de su política económica la puso el último ministro socialista de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, que colocó las bases para la integración española en el euro.

Igual de injusto sería no reconocer a Aznar que ha hecho cosas positivas en el terreno macroeconómico. Dicho esto, veamos cual es la realidad actual que nos deja Aznar en la economía.

Dos son los aspectos que Aznar luce por Europa. En primer lugar, nuestro crecimiento económico, que ronda para el año 2003, el 2,3% del PIB, resultado bastante satisfactorio, dado el entorno económico en que nos movemos, pero muy alejado de su previsión del 3% propuesto en los presupuestos.

Este crecimiento está basado exclusivamente en la demanda interna, debido a los bajos tipos de interés del Banco Central Europeo y a la política fiscal expansiva.

El crecimiento del crédito hipotecario es del 22%, la inyección de fondos europeos seguirá hasta el 2006. Los fondos que llegaron a España en el 2002, fueron de 8000 millones de euros, que significan el 1,2% del PIB, de los cuales el 25% de estos, provienen de Alemania, de ahí su queja.

Pero este tipo de crecimiento propugnado por la política económica de Aznar tiene unos costes negativos muy importantes, que se empezarán a sufrir en un periodo de dos años. Se está agotando la capacidad de endeudamiento de las familias. Las empresas de la zona euro están ganando cuota de mercado, tanto en mercados propios como en los del exterior, mientras que las empresas españolas lo pierden tanto dentro como en el exterior, con una creciente y preocupante aportación negativa del sector exterior al crecimiento. Los niveles competitivos de nuestras empresas en los últimos siete años han sido negativos, ocupando uno de los últimos lugares europeos en competitividad. Este sí que es un factor que marcará nuestro futuro y el gobierno no ha hecho nada por corregirlo.

Las inversiones en bienes de equipo, que habían empezado a mejorar, han vuelto a registrar crecimientos negativos, tanto durante el primer trimestre como durante el segundo de este año.

En segundo lugar, está el cumplimiento del llamado Pacto de Estabilidad Presupuestaria, dónde España señala un déficit del PIB del 0,4%, cercano al déficit cero. Es obvio, que hay que reconocer a Aznar, que ha encauzado el déficit público. Pero a mi entender lo ha hecho con desmesura, porque esto que en principio es positivo, si se lleva a la práctica como un principio de fe, sin ver el momento de crisis actual, provoca fuertes distorsiones. Como veremos, se ha hecho a costa de no modernizar el país. Es lo mismo que ponerle una dieta adelgazante a un delgado.

El déficit del 0,4 % es falso. Se calcula que el déficit real del Estado ronda el 1,5%. ¿Cómo es posible? Es posible, por la contabilidad creativa que tan bien manejan los hombres del Partido Popular, sacando del presupuesto nacional un conjunto de empresas públicas, cuyo endeudamiento oculta el gobierno de Aznar y que ronda el 1,1% del PIB anual y que acabaremos pagando todos los españoles.

Pero esta política de restricciones presupuestarias, tiene unos costes sociales que son evidentes. El gasto social ha disminuido desde el 21,9% del PIB del año 1996 en que llega Aznar al gobierno, presentando un diferencial del 5% del PIB negativo respecto a la Comunidad Europea, al 19,2% del 2002 y con un diferencial de más del 7% del PIB. Ya vemos pues, que el gasto social es uno de los grandes sacrificados. Si los datos de gasto social los comparamos con la Alemania de Schröder, todavía empeoramos.

Si dentro de dichos gastos, miramos el apoyo a la familia, el gran tótem de los neoconservadores aznarianos, el resultado es todavía más sangrante. Todos asistimos al discurso conservador sobre el papel de la familia en la sociedad española, como pilar fundamental de la misma. En 1996, el gasto destinado a la ayuda de la familia en España era del 0,5% del PIB, mientras que en Europa era del 2,3%. Dicho de otra forma, por cada euro que recibe la familia española, en la Comunidad Europea reciben cuatro con sesenta céntimos. Pero la situación no ha cambiado, porque en el año 2000 seguían dándose los mismos porcentajes.

Otro de los proyectos estrella de Aznar, es su obsesión por las llamadas rebajas fiscales. En las campañas electorales y lo veremos enseguida, nos preguntan: ¿Quieren pagar menos impuestos? La respuesta es obvia, SÍ. Pero no nos dicen el coste que tiene (peor educación, sanidad, peores pensiones, etc )

La política fiscal que ha desarrollado es clara, aumentar los impuestos indirectos, (gasolinas, alcoholes, IVAS, etc), que no tienen en cuenta el nivel de riqueza de cada uno y la disminución de los impuestos directos que son los más justos porque cada uno paga en función de lo que se posee.

Ya se conocen los resultados de la reforma fiscal de 1999 de Aznar, por fin son públicos. Veamos algún aspecto de su aplicación.

En el año 1998 (antes de la reforma), el 10% de los contribuyentes con los mayores ingresos disponían el 31,71% de la renta total. En el año 1999 (con la reforma fiscal de Aznar) el 10% de estos contribuyentes disponen el 34,76% de la renta total. Es decir, con la reforma han ganado un 3,5% de la renta, cantidad muy importante en miles de millones de euros, en consecuencia, los ricos pagan menos. En el lado contrario, en 1998 (antes de la reforma) el 29,14 % de los contribuyentes con menores ingresos obtenían el 10% de la renta total. Con la reforma de Aznar de 1999, el 10% de la renta total es obtenida por el 36,02% de los contribuyentes con menores ingresos. Lo cual dice que el pobre es cada vez más pobre.

El aumento de los ingresos del Estado que ha ocurrido en el período 1998-2000 (del 38,1% al 39,9% del PIB en el año 2001) se ha dedicado primordialmente a reducir el déficit presupuestario, en lugar de corregir el déficit social que sufrimos. Esta es la política neoconservadora de Aznar, favorecer al rico y perjudicar al pobre. Aznar calla que España tiene las tasas más altas en paro y precariedad laboral de Europa. No dice nada de que estamos en la cola de Europa en I+D+I, ni del fracaso del proyecto INFO, ni de las numerosas sombras que acechan nuestra economía.

¿Puede Aznar lucir la economía española por Europa?

Desde mi punto de vista NO. El desarrollo económico de un país se debe realizar primordialmente midiendo su impacto en el bienestar social y en la calidad de vida. No es suficiente, mostrar como indicadores de éxito de tal desarrollo económico indicadores que, siendo importantes, no incluyan otras variables como la calidad de las transferencias y servicios públicos a los ciudadanos. No puede Aznar hablar de éxito económico español en la convergencia con la Unión Europea, si a la vez estamos desconvergiendo con la Europa social, que es lo que está realmente ocurriendo. La prudencia en política es un valor del cual carece el neoconservadurismo de Aznar y el Partido Popular.

Edmundo Fayanás Escuer
Profesor de História.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona. 8 Octubre 2003.