¿Impresiones europeístas? – por Romualdo Terólez

La primera vez que pisé suelo sueco quedé impactado tanto por su belleza natural como por la eficiencia en el funcionamiento de un modelo de estado. El ser humano (en abstracto) se me presentó capaz de desarrollar bienestar, tan acostumbrado como estaba a observar incompetencia, corrupción, soberbia y todos los defectos posibles a la hora de regir paises.

Así pues, el asesinato de la ministra de Asuntos Exteriores sueca, Anna Lindh, me ha conmovido en parte tanto como lo ha hecho al pueblo sueco.

Suecia es un país con enormes recursos, los enormes recursos que puedan poseer otros muchos países, que haberlos hailos. El hecho diferencial lo marca el reparto de los beneficios generados por esos recursos naturales y humanos. Suecia experimentó una auténtica revolución no violenta durante las primeras décadas del siglo XX, una revolución gradual y progresiva que prosperó en el triunfo de un estado socialdemócrata garante del bienestar general de todos y cada uno de sus ciudadanos. Llegados a este punto podríamos discutir durante horas y horas acerca de las condiciones que propiciaron dicho logro, por ejemplo, la proximidad de la sanguinolenta revolución rusa, y la practicidad de las entonces clases dirigentes suecas para aceptar un reparto del poder y las ganancias sin levantamientos violentos de las clases obreras.

Esa practicidad, esa capacidad para el diálogo y el confrontamiento de opuestos, son fundamentales a la hora de conducir una sociedad humana. Quizás sea un utópico social-romántico que cree en el triunfo de la razón, la lógica y el empirismo sobre la medieval mística y los dogmas de fe.

A día de hoy, entrados en un nuevo siglo que se plaga de nuevos imperios y que se comienza a saturar de nuevas guerras (que no dejan de ser las mismas de siempre), con millones de muertos cada día en todo el globo por causas directamente generadas del pésimo hacer humano, en este día de hoy ese asesinato no deja de tener un fuerte carácter simbólico. ¿Porqué? Hay que puntualizar cómo se comportaba la ministra de Asuntos Exteriores de Suecia (un país con una renta per capita de 23 750 dólares USA , Ref. 1), viviendo como una ciudadana cualquiera más. Yendo a comprar con una amiga sin ningún tipo de escolta (sea policial o de empresa privada). Tomando transportes publicos para asistir a su oficina. Sin elitismos. Literalmente, cara a cara ante el pueblo sueco en el transcurrir de cada día de su vida. Más de un político y más de dos de los tan altisonates países del primer mundo (y resto del universo) deberían aprender cuando menos un poquito de humanidad y algo de coherencia a la hora de desempeñar sus labores.

Suecia no es ningún edén, ningún mito por excelencia. Sufre los ataques de ese neoliberalismo que galopa por la faz de la tierra cual caballo de Atila (arrasando a su pasar), así como sufre síntomas de declarado paternalismo, valga de ejemplo su monopolio de estado en la venta de alcohol. El modelo sueco siempre será mejorable, como cualquier otro modelo, si el ser humano se aferra con fuerza a su imperiosa necesidad de evolución ( y este axioma quizás surja directamente de las leyes que dicta la madre naturaleza).

Si fijamos la mirada en otro modelo socialdemócrata, en el de la también conmocionada por el asesinato de Lindh, Alemania, comprobaremos que en el actual proceso de medidas que se están tomando para afrontar su crisis económica, el gobierno roji-verde se ve forzado a encontrar consenso con una mayoría conservadora en el senado alemán, cámara federal de representantes directos de los diferentes estados que constituyen el país, a la hora de poner en marcha dichas medidas. Una Alemania donde hace una semana un grupo de neonazis ha sido detenido en Múnich en posesión de 14 Kg de material explosivo, Ref. 2 ( y si fuera redactor de alguno de esos medios de comunicación que se dedican a sembrar miedo intencionadamente concluiria que con aviesas intenciones). Esa misma Alemania dónde se ha vetado la ilegalización del partido neonazi, y esto muy a pesar de su recién infame pasado, pues, ¿en base a qué ley objetiva se pueden ilegalizar las ideas y el derecho a expresarlas?. Los actos son los encaminables al juzgado. ¡Qué mundo este dónde tantos presos políticos acaban en las cárceles y otros tantos responsables de actos criminales campan a sus anchas con impunidad absoluta!

Cualquier acceso popular al reparto de las decisiones de gobierno pasa por la capacidad para ese diálogo, anteriormente aludido. Y en cuanto a este aspecto, se puede afirmar por hechos puramente objetivos que la política del «o estás conmigo, o estás contra mí» simplemente conduce a un incremento en la espiral de la violencia. No crean que mi utopía ha degenerado en locura, ni en abstracción de la realidad. Que ninguna casa comienza a construirse por el tejado. Primero han de llegar los avances de la justicia social y laboral, para construyendo sobre las bases, llegar a un más que recomendable reparto del poder y de las decisiones, y en este punto en particular aún queda mucho por hacer tanto en Europa como en el Mundo en general. Derechos, pero también deberes para la ciudadanía.

Disculpen que se me vaya la parra. A lo que iba. Suecia llora a Anna Lindh, ferviente defensora del sí para el referéndum sobre la entrada de su país en la zona Euro. Suecia la llora, pero la lógica de su pueblo dice No a la Europa económica y a la dictadura del Banco Central Europeo. El pueblo sueco se aferra a su tradicional neutralidad e independencia del continente europeo. Pero este No, también lleva asociado un carácter muy simbólico. Simple y llanamente se está en contra de la Europa exclusivamente monetaria, pero esto no quiere decir que se esté en contra de la idea de Europa como entidad supranacional, la Europa de los pueblos, sin banderas ni fronteras. La Europa social, por y para el ciudadano.

Metafóricamente, rizando el rizo del idealismo, para concluir, añadiría un corolario a ese estribillo de una canción de La Polla Records: «No al ejercito, ni vasco, ni español… ni europeo».

Ref. 1. Bonniers Stora Världs Atlas. Bonnier Lexikon AB, 1998.
Ref. 2. Spiegel Online. 12. September 2003. www.spiegel.de

Romualdo Terólez. ( en algún lugar de la Vieja Europa). 16 Septiembre 2003.
Colaborador, El Inconformista Digital.