Hace unos días me llamó mi amigo Arsenio a la vuelta de sus vacaciones. Hablamos largo y tendido sobre la situación actual de nuestro país. Lógicamente salieron temas de la más variada textura, que si Marbella, la Asamblea de Madrid, etc…
Sin embargo hubo una cuestión que me hizo variar mis “aficiones” veraniegas, y fue el planteamiento sobre la llamada tele-basura, todo el entramado de programas dedicados a la más inmensa de las miserias de los llamados personajes de la prensa “rosa” o de la víscera denominada corazón.
Por la prensa y algún programa televisivo del tipo “zapping” que dan en alguna cadena estoy al tanto de algunas personas que pululan por ese mundillo, pero no me había planteado ver algún programa de los que pueblan la programación vespertina. Mi amigo me propuso que, aprovechando estos días de permiso, dedicara alguno a ver programas de la tarde en alguna cadena televisiva. Me puse a la tarea.
Recuerdo algún título (la verdad que el mando a distancia funcionó a la perfección y cambié a menudo, a pesar de que prácticamente decían lo mismo en todos): “Aquí hay tomate”, “Menta y chocolate”, “El diario de…”, etc…
Como digo, prácticamente lo mismo en todos, y los y las mismas en todos.
Me pregunto: ¿Realmente interesa a la mayoría de los y las ciudadanas si personajes (los cuales en su conjunto no creo hayan hecho gran cosa por la humanidad) como estos se acuestan entre si, individualmente o colectivamente?. ¿Interesa el tamaño de los atributos sexuales de algún torero, el cual parece ha pasado más tiempo en labores carnales que delante un toro?. ¿Afecta a la vida de los españoles y españolas las andanzas, y los insultos y descalificaciones, de una familia de un cómico?. A mi entender no son problemas de la más mínima importancia.
“Señoras y señoritas” que discuten si se han acostado con tal o cual persona. “Caballeros y distinguidos” que hablan de lo mismo. Desmentidos, acusaciones para que lo comprueben. Madres de “artistas” que, en épocas pasadas salían en defensa del honor mancillado de sus hijas, ahora salen para afirmar el ranking de lechos por las que han pasado sus retoñas.
Aparecen supuestos contertulios en labores periodísticas que se ponen a la misma altura que los entrevistados. Antológico intercambio entre dos asistentes a uno de estos eventos: un tal Kiko le espeta, “tu eres una prostituta televisiva”, la otra (cuyo nombre no recuerdo), “tu eres un maricón”. ¡Toma ya!, que nivel, Maribel.
El problema, si no ando descaminado todo es un montaje y está pactado, es que tanto entrevistado como entrevistador son tal para cual. Y este montaje y esta prostitución no la paga el o la cliente a la o a el prostituto, la pagamos todas y todos a través de nuestros impuestos o en los productos publicitarios que se anuncian según el share o nivel de audiencia.
Aunque tampoco es de extrañar, dado que nuestro presidente de Gobierno, ese que se escandaliza de líos niveles a los que ha llegado la tele-basura, también hacía gala de su humor (bajo mi punto de vista su humor aburre a un mejillón), se jactaba en un mitin electoral de sus atributos ante el “piropo” de una asistente muy feminista, y pedía una cinta de medir.
Si analizamos en alguna ocasión con espíritu crítico todo este montaje, nos plantearíamos una pregunta a la cual no tengo respuesta: ¿realmente nos dan lo que queremos o nos dan lo que quieren *ellos que queramos?
*ellos: el poder, el sistema, el interés en la alienación, el pensamiento único, el pensamiento plano, el acriticismo, la resignación, etc….
Emilio Sales Almazán
Talavera. Castilla La Mancha.
Colaborador, El Inconformista Digital.
Incorporación. Redacción. Barcelona. 14 Septiembre 2003.