Truenos y Relámpagos – por Rafael Pérez Ortolá

Otro día podemos entrar a considerar el significado intrínseco de esa porción del pensamiento reflejado en la conciencia. ¿Qué es la conciencia? ¿Cómo se fragua? ¿Cuáles son sus propiedades? Apunta a muchos claroscuros, se intuye su importancia, pero no tengo claro que sepamos demasiado sobre sus vericuetos.(…)

Truenos y Relámpagos

Calma chicha

«En el tercer planeta del sol,
la conciencia limpia y tranquila
es síntoma primordial de animalidad»
Wislawa Szymborska

Otro día podemos entrar a considerar el significado intrínseco de esa porción del pensamiento reflejado en la conciencia. ¿Qué es la conciencia? ¿Cómo se fragua? ¿Cuáles son sus propiedades? Apunta a muchos claroscuros, se intuye su importancia, pero no tengo claro que sepamos demasiado sobre sus vericuetos.

Sin presumir de buen observador, uno puede entrever ensequida el gran componente subjetivo de la conciencia. ¡Cada uno la suya! Hasta aquí, poca trascendencia, tantas cosas hay particulares que una más no llena el saco.

Más repercusiones se derivan de una característica muy común entre las personas, domina con porcentajes abrumadores la aceptación por cada uno de la bondad de sus propios actos. ¿Demasiado tranquilos? ¿Falta de autocrítica?

De esa manera, como nubes tranquilas, cada uno discurre entre PASIVIDADES -ecológicas, convivencia, votos gregarios…-, COLABORACIONISMOS – programas basura, lastres institucionales, manipulaciones educativas..- o funcionamientos A PIÑÓN FIJO – Ideas como pedruscos, rutina, engranajes culturales-.

Chispas

Melodía de quien espera
un poco más de cielo diluido
en el íntimo caracol de un oído
Jacobo Rauskin

El devenir de la vida nos hace tropezar con muchas ramas en el camino. Ramas que al pisarlas se rompen y ese chasquido nos hace salir de aquella quietud previa. Son situaciones que nos mueven a preguntarnos ¿Qué hago yo aquí tan rutinario e indolente?

Al abrir la mente apreciamos algunos relámpagos esclarecedores. Aún es posible que nos quedemos al márgen y pretendamos no haberlos percibido. Como muestra tres chispazos:
1. Criticamos todo, MENOS lo que está PRÓXIMO a nosostros. Curiosamente se trata de lo que nos debiera resultar más accesible, permitiéndonos su modificación constructiva. ¡Ay! Los efectos beneficiosos de la autocrítica parecen quedar siempre en la sombra.
2. Asistimos a los SUFRIMIENTOS y desastres LEJANOS muy detallados por las televisiones, pero en las cercanías y no nos parecen tan atractivos. Claro está que los más próximos no son un espectáculo, nos ponen en contacto con todos los inconvenientes de los aspectos desagradables, suciedad, agresividad, posibles responsabilidades, etc. Atrae con más fuerza lo otro.
3. Al estilo de Szymborska, resulta que existen, la sonrisa, la ternura, la primavera y las humanidades fraternales, sin automatismos ni urgencias. Todo un iceberg asomando que representa el GRAN OLVIDO de nuestros ambientes actuales.

Llovizna

«Dijeron: Tienes una guitarra azul
No tocas las cosas como son.
El hombre replicó: Las cosas como son
cambian en la guitarra azul»
Wallace Stevens

Abogo por devolver el protagonismo a esas gotas vitales, continuadas y hasta cariñosas; muy pareciedas entre sí, pero todas con alguna peculiaridad y momentos diferentes. En esas actividades que nos llueven a diario es donde debemos comenzar a introducir los matices que estimemos meritorios y mágicos.

Posiblemente no pensemos en ellas, con prisas y distracciones, sin darles una valoración adecuada. ¡Y se nota! Vaya si se nota. Las ferias de libros, con los mismos autores y los mismos libros. Los periódicos con muy contados aspectos originales. El trato de la gente, cada vez más crispado. El próximo premio nobel se los darán al cotilleo. En fin, una exposición universal de maravillas.

En cada rincón necesitamos que caigan gotas humanas, necesitamos como agua de Mayo… Junio, Enero u Octubre, volver a comentar y practicar a diario, en una palabra, promover, todas las circunstancias que despierten la vitalidad de cada persona. La sequía y el desierto se avizoran como amenazantes.

No como mandan los cánones, sino asumiendo la maravillosa diversidad biológica de la que formamos parte. Aunque se empeñen en hacernos marcar el paso, el sentido apropiado es justamente el inverso, permitir el paso a cada persona, con sus pensamientos, sensaciones y vitalidad.

Ha terminado la tormenta, quizá fue necesaria, pero ya es hora que llueva tambien con naturalidad. Y que cada uno pueda desarrollar sus capacidades sin obligación de menoscabar a todo lo que suene a diferente. Que llueva y no se imponga el gran terreno de secano apoyado por las grandes mayorías.

Rafael Pérez Ortolá. Vitoria.
Colabadorador, El Inconformista Digital

Incorporación – Redacción. Barcelona. 28 Junio 2003