El 12 de marzo del 2003, la OMS (Organización Mundial de la Salud) anunció una alerta mundial, seguida por una alerta sanitaria de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC en inglés) con sede en Atlanta, EEUU, en torno a la expansión del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS en castellano, SARS en inglés), también conocido como neumonía atípica o neumonía asiática.
Presentación del problema.
La neumonía atípica es una enfermedad completamente nueva y por lo tanto desconocida en seres humanos. Apareció por primera vez en noviembre del 2002 en la provincia de Guandong (sureste de China), propagándose a las vecinas Hong Kong y Vietnam a finales de febrero y posteriormente a otros países a través de viajes por vía aérea o terrestre de personas infectadas. Entre ellos y fundamentalmente Singapur, Canadá, Taiwan y los EEUU. Se postula que la transmisión de dicha enfermedad ocurre por contacto directo con un afectado, a través de secreciones y esputos, pequeñas gotas expelidas por una persona infectada cuando tose o estornuda. Se cuestiona, pero realmente se ignora, si el agente causante de la enfermedad pudiera ser igualmente aerotransportado o permanecer activo y/o latente al aire libre.
Síntomas y tratamiento.
El cuadro sintomático del SRAS es en un comienzo muy similar al de los procesos gripales. Empieza generalmente con una fiebre superior a los 38° C, acompañado de dolores de cabeza y malestar general. Algunas personas experimentan también síntomas respiratorios leves, como tos, dificultad para respirar o hipoxia (falta de oxígeno). Los casos probables pasan a definirse como sospechosos con el hallazgo radiológico de neumonía y necropsia, así como por análisis clínicos con aumento de lactatodeshidrogenasa, transaminasas y cretinkinasa (Ref. 1).
La importancia del contagio directo estrecho de persona a persona ha quedado patente con la afectación de personal sanitario que ha atendido a pacientes enfermos. El primer científico en advertir sobre presencia de la nueva enfermedad, el Dr. Carlo Urbani, especialista de la OMS en enfermedades infecciosas, contrajo el síndrome al visitar pacientes en Hanoi, Vietnam, y falleció el pasado 29 de marzo en Bangkok, Tailandia. Si en un principio se caracterizó la tasa de mortalidad de los afectados por la neumonía atípica en unos bajos porcentajes entre el 5 y el 10%, científicos británicos han corregido en fechas recientes los porcentajes incrementándolos hasta un 40%, siendo de todas formas unas cifras muy variables dependiendo del lugar dónde se desarrolle la enfermedad.
Los tratamientos con antibióticos (fundamentalmente antibacterianos) no son efectivos, lo que refuerza la tesis de un agente vírico como responsable del síndrome. Como antiviral se recomendó el tratamiento con rivabirina (inductor de mutaciones letales en genoma vírico) no mostrándose tampoco eficacia, aparte de conllevar severos efectos secundarios, por ejemplo, anemia hemolítica grave (Ref. 1). No existe todavía vacuna disponible, necesitándose en este aspecto tiempo para el desarrollo de la investigación científica de la enfermedad, que genere el conocimiento necesario para combatirla. Así la lucha contra la epidemia se sigue centrando en medidas de control de la infección, evitar viajes a zonas afectadas, cuarentena, controles sanitarios, evitar las aglomeraciones públicas, hospitalización de pacientes en un mismo centro aislados en habitaciones con presión negativa y personal sanitario con máscaras con filtro, gafas protectoras, guantes y bata estéril. No se ha contrastado la eficacia de llevar mascarilla quirúrgica al salir a la calle en zonas epidémicas. (Ref. 2)

Fig. 1. Microscopia electrónica de coronavirus procedente de extracto fecal de ave. Barra= 120 nm.
Ref. 3
Fruto de la colaboración internacional entre diversos laboratorios de diez paises diferentes se ha logrado indentificar el agente patógeno de la enfermedad. Todo parece indicar que el SRAS es causado por un nuevo tipo coronavirus no observado nunca con anterioridad en seres humanos. La familia de los coronavirus humanos es causante de resfriados comunes (junto a la familia de los rhinovirus), infecciones del tracto respiratorio superior, dónde el virus encuentra un hábitat ideal con temperaturas entre los 33 y los 35°C, pudiendo evolucionar en los casos más graves hacía enfermedades crónicas pulmonares tales como asma o bronquítis, e incluso neumonía. Como se ha apuntado, cabe reseñar la presencia en humanos del nuevo tipo de coronavirus. Todo parece indicar que se trata de un virus procedente de otra especie animal, el cuál ha sido capaz de saltar la barrera genética existente entre especies.

Fig. 2. Esquema de coronavirus TGEV, causante de infecciones entéricas y respiratorias en ganado porcino. En el exterior cápsula proteíca empaquetando en el interior moléculas de ácido nucleico. Ref. 4
Consideraciones víricas generales.
Los virus, en general, son una de las grandes controversias del mundo biológico. No pueden ser clasificados estrictamente como seres vivos dado que únicamente están formados por una cápsula proteíca (diferente proteínas ensambladas para constituir un medio de transporte) y ácidos nucleícos (sea ADN, ácido dexosirribonucleico, o ARN, ácido ribonucleico, los responsables de la información genética). Así que no son seres vivos en el sentido que no poseen un ciclo vital, digamos, clásico (crecimiento, nutrición, reproducción, etc.) simplemente se dedican a parasitar células de otros organismos, aprovechando la maquinaria enzimática (proteínas, catalizadores biológicos) que en una célula sirven para el desarrollo de todo el ciclo vital, pero que los virus sólo emplean para duplicar su material genético (ADN/ARN) y multiplicarse.
Hace varios años ya se documentó, precisamente en esa región del sudeste asiático en torno a Hong Kong, la aparición de una nueva enfermedad de tipo gripal en humanos originaria de una especie de pollos oriundos del lugar. Una de las características principales de los virus es la alta tasa de mutación en su material genético. Aquí cabe recordar el dogma central de la biología molecular «un gen es igual a una proteína». Así pues, si el material genético se modifica puede conducir a cambios en las proteínas que codifica, y en el caso de los virus, estos pueden modificar sus propiedades a la hora de infectar células. Precisamente es por esto por lo que se presentan tantas dificultades a la hora de combatir afecciones virales, así como por sus complicados procesos moleculares.
Como casi todos los aspectos que conciernen a la vida en este planeta, la relación de diversos factores es la que desencadena las consecuencias. La masificación demográfica en las regiones asiáticas, dónde conviven miles de humanos y animales en pocos metros cuadrados, es caldo de cultivo ideal para esos saltos en la barrera de especies. Así mismo y muy a pesar de los grandes avances producidos en materia médica en los últimos siglos, el ser humano ni es omnipoderoso ni mucho menos Señor de la naturaleza. A lo largo de toda la historia han aparecido nuevas enfermedades, y en nuestra época emergen como ejemplo el actual SRAS, el SIDA o las nuevas variantes de la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob (cefalopatías espongiformes).
Investigación e implicaciones varias.
En las últimas semanas se han venido celebrando variedad de congresos y seminarios a nivel mundial sobre la nueva enfermedad, acerca de sus causas, implicaciones y posibles tratamientos. En un tiempo récord se ha logrado identificar el agente patógeno, así como secuenciar su material genético, llave fundamental de la sintáxis biológica del virus. Un extraordinario esfuerzo y trabajo conjunto de la comunidad científica internacional. La próxima cita será sin duda la Asamblea Mundial de la Salud, que se iniciará el 16 de mayo. La enfermedad posee un marcado carácter epidémico y ante la falta de un tratamiento efectivo hasta la fecha, las actuales medidas a tomar son la prevención y el control de la misma. La República Popular China no informó del brote a la OMS hasta febrero del 2003 y restringió la cobertura mediática de la epidemia para preservar la cara y la confianza pública. Dicha falta de franqueza ha hecho que se culpe a China por el retraso en el esfuerzo internacional para controlar la epidemia. Sólo a principios de abril del 2003, China pidió disculpas públicas por su tardanza inicial en la toma de medidas contra la propagación del SRAS. Las repercusiones políticas en el país asiático: cese del ministro de Sanidad y del alcalde de la capital, Pekín, principalmente motivados por el avance de la epidemia y la fraudulenta notificaión de pacientes afectados.
Motivaciones económicas.
Durante toda la crisis producida tras la aparición de esta nueva neumonía atípica, no dejan de hacerse patentes las repercusiones económicas de la enfermedad. El presidente del Instituto de Investigaciones Económicas de Taiwan, Wu Rong-i, advirtió: «Si la epidemia del SRAS se prolonga por seis meses, la tasa del crecimiento del producto interior bruto de Taiwan en el 2003 podría disminuir del 3.5% anteriormente pronosticado, a un 1.74 y 1.44%» (Ref. 5). Dichas implicaciones económicas han acelerado vertiginósamente la investigación, así como han atraido la atención del interés político. Mientras continue esa tirania social de las macrocifras económicas, no dejará de resultar chocante todo el esfuerzo derramado en combatir esta nueva enfermedad, cuando precisamente la misma OMS anunciaba en su página web el 25 de abril del 2003, Día africano de la lucha contra el paludismo, las muertes de más de 3.000 niños al día provocadas por la malaria.
Número de casos reportados de SRAS: 6.583
Tabla detallada, con el número de casos, muertes, y las fechas en que se han reportado – OMS – http://www.who.int/csr/sarscountry/2003_05_05/en/
Referencias:
1. – http://db.doyma.es/cgi-bin/wdbcgi.exe/doyma/mrevista.fulltext?pident=13047030
2. – http://www.doyma.es/sras/1.htm
3. – http://www.micro.msb.le.ac.uk/3035/Coronaviruses.html
4. – http://www.csic.es/hispano/ciclo1/2002/m1/m1abr-02/m1abr-02.htm
5. http://www.gio.gov.tw/info/noticia97/2003/11/p4.htm
Para mayor información:
– Organización Mundial de la Salud: – http://www.who.int/en/
– Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades: – http://www.cdc.gov/
– Enciclopedia libre: – http://enciclopedia.us.es/
– Ediciones DOYMA: – http://www.doyma.es/
Emiliano Von Kayoyen. Heidelberg. Alemania. 12 Mayo 2003.
Emiliano Von Kayoyen, es licenciado en Bioquímica por la Universidad de Salamanca, reconocido como Diplombiologe por la Universidad de Heidelberg, y postulante en esta última a Doctor en Ciencias Naturales.