Cuba va, Cuba viene – por Romualdo Terólez

En la nota oficial, difundida el pasado 11 de Abril del 2003 por las autoridades cubanas, se comunicó la sentencia de pena de muerte contra tres sancionados por terrorismo, así como las penas de prisión de 78 cubanos acusados de trabajar contra su país bajo las órdenes de diplomáticos estadounidenses relaccionados con la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.

El tribunal que juzgó a los acusados consideró probados los hechos que constituían graves delitos de terrorismo previstos en la Ley 93 contra actos de terrorismo del 24 de Diciembre del 2001, según legislación cubana (www.granma.cu/espanol/abril03/vier11/15secuestradores.html).

El sábado, 26 de Abril, se celebró una concentración en Madrid convocada por asociaciones de disidentes y exiliados cubanos. Parte de los allí congregados increparon a dirigentes socialistas, teniendo estos que ser escoltados por la policía. (www.elmundo.es/elmundo/2003/04/26/espana/1051353660.html).

Entre medias, periodistas del diario cubano Granma y literatos como Saramago o Galeano andan a la gresca por la condena-justificación de los actos del gobierno cubano.

Rosa Luxemburgo decía: Freiheit ist immer die Freiheit des Andersdenkenden (La libertad es siempre la libertad de quien piensa diferente) reproducciendo postulados surgidos desde la ilustración del siglo XVIII. Pero ante los axiomas, ante los postulados, ante las abstracciones o ante las teorías se contraponen los hechos. La praxis. En este caso las consecuencias de la violación de las leyes (cubanas).

La libertad de reunión otorga la autoridad ética a los manifestantes del sábado en Madrid, pero esa autoridad no les otorga ningún derecho sobre la agresión, verbal o física. En otras palabras, que «en casa del herrero, cuchillo de palo». La libertad para poder exigir transformaciones socio-políticas en Cuba no puede verse mezclada con el mercantilismo ni el aborregamiento de los intereses ocultos. No hay que olvidar esta fase de nuevo orden mundial que impone a sangre y fuego el gendarme norteamericano, quién sin duda ninguna está totalmente incapacitado para arrojar piedras en cuanto a derechos humanos se refiere (retenidos en Guantánamo, ejecuciones en sus cárceles, guerras neocoloniales e injerencias de toda índole en los asuntos político-económicos de estados soberanos). Ni los Estados Unidos, ni la España de la ley de ilegalización de partidos políticos podrán arrojar piedra ninguna.

Pero desgraciadamente esa «casa del herrero» también se reproduce en organizaciones progresistas al día de hoy. Da igual dónde se ejecute a un reo, si en Tejas, Cuba o en la Cochinchina. ¿El fuego combatido con fuego? ¿Ojo por ojo? Si se levantara Ghandi quizás me diera un abrazo. ¡Alto! No mezclemos pacifismo con no violencia. Cuba, como estado soberano que es, ejerce sus mecanismos judiciales. Pero precisamente porque de Cuba se trata, de un estado que consagra su revolución al servicio de la humanidad, de un sistema contrario a la dictadura del dinero. Precisamente por esto no puede reproducir los errores de los «otros», y aquí el respeto a la vida es clave fundamental en la declaración de los derechos humanos. Las utopías están para alcanzarlas, cuando menos para perseguirlas y qué flaco favor se hace a los señores de la guerra cuando se juega con sus propias armas. Esos fusilamientos son condenables como cualesquiera otros, pues ¿no habría de ser una meta más humana la reinserción social de todos los encarcelados de mundo?.

Cuba está cercada desde hace décadas por un embargo comercial y político injusto. Así mismo la Unión Soviética cayó en gran parte por sus defectos en cuanto a libertades se refiere. El progresismo pide a gritos asumir los valores sociales que se quedaron por el camino revolucionario, sólo así se logrará la superación y entonces a los señores de la guerra únicamente les quedará la masacre por respuesta. Quién sabe si no habría que cambiar aquel viejo lema por uno nuevo: «de derrota en derrota, hasta la derrota final».

Romualdo Terólez. Exiliado. 28 Abril del 2003.
Corresponsal itinerante de El Inconformista Digital