El doble crimen de José Couso – por César Jara

Una ministra de Asuntos Exteriores, sin vergüenza y sin pudor, se ha atrevido a decir que la muerte del camarógrafo de TV José Couso no tiene entidad como para condenar al Gobierno de los Estados Unidos de América. Y el cuerpo del asesinado en Bagdad aún estaba casi sin enterrar. Y su familia y amigos, aún sin acabar de llorarle.

Es como si la ministra, sin vergüenza y sin entidad ella, tan patética en sus estupideces dialécticas, le hubiese asesinado de nuevo, esta vez moralmente, al pobre compañero muerto por el cañonazo de un tanque de las fuerzas invasoras de Iraq en una ventana del hotel “Palestine” mientras cumplía con su deber de documentar la barbarie que allí se estaba cometiendo.

Tiene razón la ministra; el asesinato de José Couso no tiene suficiente entidad como para que el Gobierno servil y lacayo de España, rendido ante el deslumbrante influjo del poder exhibido por el Imperio, ose decir una sola palabra que pueda enojar a su amo o, ni siquiera, poner ante éste en duda su papel de total sumisión en sus planes de dominio del planeta.

El capitán que mandó disparar el cañón del maldito tanque lo ha dicho muy claro a un periódico suyo: Dispararon porque desde el hotel les hostigaron con un fusil y no podía permitir, no ya que el tanque tan valioso sufriese algún imposible desperfecto, sino simplemente que se desafiase su poder de fuego. Y la misma ministra tan sin entidad ya lo dijo también muy claro: No se iban a pedir explicaciones al Gobierno de los Estados Unidos de América, sólo se le iba a preguntar por lo que había sucedido (que no es lo mismo, claro).

No querían testigos incómodos e indiscretos que diesen cuenta de sus fechorías y de las manipulaciones que llevan a cabo; no sea que la guerra ganada en el plano militar (más bien, una carnicería) la fuesen a perder por no controlar la información. No querían que algunas televisiones continuaran sirviendo cada día, a la hora del almuerzo y de la cena, esas horribles imágenes de niños destrozados a millones de hogares de todo el mundo. Imágenes, por cierto, que ninguna gran televisión del mismísimo país del Imperio ha ofrecido a sus conciudadanos.

¿Y Aznar, ese pequeño hombrecito acomplejado y con ganas de seguir sacando pecho ante el amo, qué ha dicho al respecto?. Poca cosa; es un asunto menor, incómodo y desagradable que no le va a amargar la vida a un presidente que ha logrado sentarse junto a Bush y colocar sus botas tejanas sobre la mesa de su amigo-amo. Aunque millones de españoles pensemos que más bien ha puesto su trasero y el de esta desdichada España como felpudo del emperador.

Nunca en la historia, España jugó un papel tan indigno y de servilismo ante otra nación como ahora con el gobierno del pequeño hombrecito acomplejado. Nunca un gobierno antes consiguió aunar la opinión y la ira del noventa por ciento de los ciudadanos ante su decisión rastrera de involucrarnos en una guerra (digamos agresión) que es la mayor de las indecencias que nos ha podido tocar vivir.

¿Y qué dicen los ministros, altos cargos del Gobierno y diputados y senadores del Opus Dei, tan influyentes en la era Aznar?, ¿no escuchan las palabras de su Papa?

El quinto de sus mandamientos, recuerda su Papa, dice “no matarás”. Una guerra inmoral e injusta ha dicho su Papa. No le oyen siquiera; ellos a lo suyo, a seguir pillando para seguir sirviendo al amo, aunque las contradicciones entre sus filas en el segundo escalón hagan saltar en pedazos su partido. Es igual. Pobre José Couso; tan joven, tan valiente y dos veces asesinado en pocas horas.

¡Malditos sean siempre!

César Jara. Valencia.
Colaborador, El Inconformista Digital.

Incorporación – Barcelona, 23 Abril 2003.