Crónica de los brigadistas: Décimo octavo día de invasión y ataques

El Inconformista Digital recoge de CSCAweb-. Ayer por la noche el suministro eléctrico se recuperó en muchos barrios de la capital iraquí. Desde las 21.00 horas podían verse amplios espacios de diferentes barrios iluminados. Pero esta mañana nuevamente, no hay luz al menos en los barrios próximos a donde se alojan los brigadistas.

Durante la noche pasada los bombardeos sobre Bagdad no han sido tan intensos como los de la anterior. Aún así, la Brigada pudo escuchar tres fuertes explosiones que pudieran ser bombas de sonido por la contundencia de su ruido al estallar. Desde la azotea se veía claramente el bombardeo aéreo sostenido ferozmente en la parte noroeste de la ciudad, a unos 20 ó 30 Km. de distancia, y las explosiones que iluminaban el arco del horizonte en esa dirección.

Esta mañana los brigadistas se han desplazado a los barrios del sur de Bagdad que están más próximos al aeropuerto, una vez que han vuelto a ser abiertos a la circulación después de su bloqueo durante el día de ayer.

Regocijo popular por el abatimiento de un tanque estadounidense en las afueras de Bagdad

En el trayecto de la carretera que va de Bagdad a Hila y Kerbala, en el cruce del desvío hacia la autovía de Basora, a unos 12 Km. de Bagdad, los brigadistas han presenciado una escena de ensalzamiento de la resistencia iraquí en uno de los emplazamientos donde tuvieron lugar ayer fuertes combates entre las tropas estadounidenses y el ejército iraquí: en la mediana, entre múltiples restos de cascotes y casquillos, un tanque estadounidense M1-A2 abatido y bloqueado por múltiples impactos en sus laterales y con su cinta rota, ha quedado como testimonio del enfrentamiento de ayer. Debajo, un vehículo de ruedas ha quedado aplastado en su totalidad por el tanque. La escena en la carretera testimonia una fuerte batalla: yacen en el suelo obuses no explotados, balas de gran calibre y casquillos. En torno al tanque, un grupo numeroso de soldados pertrechados con armamento ligero, milicianos armados y hombres y mujeres civiles cantaban consignas de resistencia levantando, unos las armas, otros los dedos de la victoria, mientras un vehículo pesado iraquí remolcaba el tanque para sacarlo de la carretera.

La prensa internacional, congregada alrededor y dándose codazos como siempre para «cubrir» la noticia, —la misma prensa probablemente que ayer y hoy sigue afirmando falsamente que las tropas estadounidenses ya están en el interior de Bagdad— salía despavorida cada vez que se aproximaba en el horizonte algún caza estadounidense. Acostumbrados como están la mayoría de ellos a permanecer en el seguro y cómodo alojamiento de sus hoteles y a no salir de ellos salvo para acudir en piña a ver lo que cada mañana les muestran los funcionarios del Ministerio de Comunicación, todavía no se han habituado a ver con los ojos el permanente sobrevuelo de los aviones de combate estadounidenses que forman parte ya, desde los inicios de la invasión, del paisaje cotidiano del cielo iraquí. Al ver los cazas en el cielo salían corriendo imaginando, quizá, que los estadounidenses van a cometer el estúpido error de lanzar algún ataque contra un lugar que en ese momento estaba siendo ocupado por la presencia multitudinaria de los medios de información internacionales acreditados en Bagdad.

Al otro lado de la carretera, por el contrario, los coches se paraban, salían sus pasajeros, se unían con su gente en el canto de consignas o hacían sonar los cláxones de sus vehículos en una expresión de regocijo trasladada a los brigadistas por el pequeño triunfo logrado de un taque enemigo destruido por el ejército iraquí.
Ya de regreso hacia Bagdad, los brigadistas han ido viendo los restos de fuertes combates que tuvieron lugar ayer cerca de los barrios de Qadisiyya, Yarmuk y Hadriyya pero que hoy siguen estando bajo control iraquí y presentan una estampa de clama y tranquilidad. En Hadriyya, en concreto, se pueden ver efectivos regulares del ejército iraquí con piezas de artillería anticarros, lanzacohetes, morteros y tropas regulares bien pertrechadas.

En su táctica de ensañamiento contra los objetivos ya bombardeados, esta madrugada ha vuelto a ser atacado en el barrio de Ma’amun el centro de telecomunicaciones del mismo nombre que fuera objeto del disparo de misiles reiterados en diversos días de la agresión. Con la capacidad de recuperación de piezas y restos que este pueblo ha generado en los últimos doce años de asedio por el embargo, tras los bombardeos, los trabajadores de cada edificio institucional o no afectado por ataques, recogen con pulcritud y cuidado, como han podido ver los brigadistas en los días pasados, todas y cada una de las piezas que quedan enterradas bajo las ruinas de la destrucción: ordenadores, cables, mobiliario, piezas desmontadas, etc. Ello explica, según el embajador de Cuba en Bagdad, Ernesto Abascal, porqué los pilotos estadounidenses siguen ensañándose reiteradamente contra centros e infraestructuras civiles ya destruidos como los de telecomunicaciones: se trata de machacar una y otra vez hasta convertir todo en polvo para impedir que puedan recuperarse ni siquiera las pequeñas piezas enterradas en los escombros de las ruinas.

Aumenta vertiginosamente el número de heridos civiles

Los brigadistas se han acercado al Hospital Yarmuk pero la congestión que había en el centro y el elevadísimo nivel de actividad por el aumento de los ingresos heridos, les ha hecho desistir de seguir allí con su tarea diaria de registrar testimonios de civiles a fin de no entorpecer las labores de los médicos y del personal sanitario. De allí se han desplazado a la Ciudad Sanitaria Sadam, un gran complejo sanitario de la red pública iraquí que alberga varios hospitales de medicina general, materno-infantil y de varias especialidades. Aquí han sido recibidos en primer lugar por la responsable de administración de uno de estos hospitales, la Dra. Muna quien les ha informado acerca de la continua derivación de heridos a este hospital procedentes de otros centros de Bagdad. En este hospital, desde los últimos días hay un promedio de 40 ingresos diarios correspondientes a heridos por la agresión de la aviación estadounidense. La media de toda la Ciudad Sanitaria se sitúa entre los 70 y los 100 ingresos. Igualmente, la Dra. Muna ha reiterado lo que los brigadistas vienen escuchando de los responsables sanitarios en todos los hospitales que visitan acerca de la alarmante multiplicación de ingresos de civiles a causa de los bombardeos y de las dificultades que están teniendo para hacer frente a todos los casos que requieren especialización concreta, como la de cirugía traumatológica, pues a pesar de haber un buen cuadro profesional especializado, el aumento de las intervenciones que requieren esta especialidad hace que no se de abasto.

La Dra. Muna ha informado igualmente de que en muchos casos, y especialmente si se trata de menores que lo han perdido todo, familiares y hogar, el Hospital permite que se queden a pesar de tener el alta médica para poder garantizar al menos su alojamiento y su nutrición además de la compañía de adultos que pueden estar a su cargo. La Dra. Muna ha contado que ante el aumento de trabajo del personal de enfermería, el hospital está recibiendo estos días el apoyo de mujeres (familiares de enfermeras y del personal médico) que se hacen cargo de aquellas personas ya dadas de alto pero a las que no se les puede devolver a la calle porque no tienen donde ni con quien ir; son, en su mayoría, niños y niñas aunque también hay algún adulto en situación muy precaria.

Mientras estaban haciendo su ronda de visitas a las salas de heridos, acompañados del Dr. Aws A. Al Duri y la supervisora de Enfermería, ‘Alia Saleh Salem, se han sentido las vibraciones de los cristales de las ventanas como consecuencia de la explosión provocada por el bombardeo en algún lugar las proximidades: era la 13.30 del mediodía.

Testimonio de víctimas civiles de los ataques

Entre los muchísimos heridos que se atestan las salas del hospital, los brigadistas han recogido los testimonios siguientes:

El de Yadida Faras, de 55 años, herida por la explosión de un bombardeo cuando estaba en su casa en el barrio de Furat, en compañía de su hija, ayer, 5 de abril, a las 17.00 horas. Yadida, que tiene heridas de metralla en abdomen y piernas, estaba al lado de su hija Isra’ Mahmud, de 17 años, también gravemente herida por metralla en el intestino delgado y el abdomen que le han abierto para extraer las esquirlas incrustadas. Otra hija de Yadida, llamada Ama, tibo que ser ingresada en el hospital Al Kindi.
Yadida repite a los brigadistas lo que estos vienen escuchando de las bocas de todas las personas que conocen en sus visitas a los hospitales; una única pregunta, un único discurso: «¿Bush es humano?, ¿es posible que nos esté haciendo todo esto solo por petróleo?, me pregunto qué les parecería a los ciudadanos estadounidenses que nosotros les hiciésemos algo así; qué pasaría entonces…»

Uyam Aviv, de 21 años, sufrió uno de los ataques lanzados en la madrugada del 3 al 4 de abril en las inmediaciones de los barrios residenciales contiguos al aeropuerto. Estaba durmiendo en su habitación. Su hermano murió en el acto y su padre, también ingresado en el hospital, tiene un pie amputado. Él está muy grave: se le ha practicado una laparotomía para extirparle una sección del intestino delgado.

Hamida Dei, de 40 años, del barrio de Nuevo Bagdad, ingresada ayer con heridas de metralla en el abdomen que ya ha sido intervenida. Tiene la mano izquierda fracturada y heridas en las dos piernas y en la mandíbula. Estaba en su casa cuando se produjo el ataque. Dos de sus vecinos murieron en el acto.

Yaser Mahmud, de 20 años, de Mosul aunque vive en Bagdad, es mecánico tornero de profesión y estaba trabajando cuando impactó la explosión de una bomba en su lugar de trabajo. Lo han derivado aquí desde otro centro hospitalario. Está muy grave. Se le ha hecho una laparotomía para extirparle la última parte del colon y además está sometido a drenaje de pulmón por contaminación de aire y sangre.
Amar Shein, de 19 años y procedente del barrio de Radmani. Tuvo que ser ingresado el pasado día 3 y está muy grave: tiene quemaduras de segundo grado en el 65% de su cuerpo, particularmente en tronco, piernas y rostro. Como Yaser, tiene puesto un tubo de drenaje. Está además herido por metralla en el abdomen. Su tobillo izquierdo tiene una herida de metralla muy grave que está siendo drenada. Su hermano y dos de sus primos murieron en el mismo ataque aunque Amar todavía no lo sabe. Estaban fuera de la casa cuando se produjo la explosión de una bomba.

Finalmente, la pequeña Nasra Ali, de 8 años, herida en la madrugada del 4 al 5 de abril también en la zona residencial próxima al aeropuerto. Tiene una herida abdominal ya tratada y metralla en el brazo izquierdo y en la frente. Nasra es la única superviviente de toda su familia: sus seis hermanas y sus tres hermanos fallecieron en el acto del bombardeo. Sus padres habían fallecido previamente sin que se haya podido averiguar si fue a causa de otros bombardeos anteriores o si fue antes de que se iniciara la agresión contra Iraq. Nasra es una de esas niñas que se quedará en el hospital cuando reciba el acta médica pues no tiene donde ir. Mientras explicaba su caso, la supervisora de Enfermería no ha podido evitar llorar describiendo los múltiples casos que ven cada día de personas que lo están perdiendo todo por los ataques de bombas y misiles. Afectadas igual que ella, las enfermeras han mostrado su indignación y han reclamado con energía a la Brigada que transmitan al exterior lo que están viendo: «contadlo todo, decid lo que estáis viendo y transmitir al mundo que el pueblo de Iraq no va a rendirse, que vamos a luchar junto al gobierno y junto a nuestro presidente». Al igual que ellas, los heridos que pueden hablar expresan todos una misma indignación contra lo que está ocurriendo en Iraq. Agradecidos, siempre respetuosos a pesar de quebrar con nuestra presencia su intimidad como heridos, nos dan siempre la bienvenida con cordialidad y nos narran su caso entre el asombro, la indignación y la emoción contenida.

Ver como caen las bombas impunemente

Saliendo de la Ciudad Sanitaria, como un maleficio que castiga de modo continuado la vida cotidiana de Bagdad, los brigadistas han visto como dos cazabombarderos estadounidenses cruzaban impunemente el cielo sobre sus cabezas, giraban de modo repentino y caían en picado en la zona sur de la ciudad lanzando un racimo de unas siete o diez bombas iluminadas, todo ello en un espacio aéreo que no tiene defensas y a plena luz del día. Los trabajadores del hospital que han contemplado asombrados junto a los brigadistas la escena de la maniobra, señalaban el horizonte tratando de adivinar dónde habrán caído las bombas, en que lugar, en qué barrio, sobre que personas esta vez.

La ciudad mantiene un ritmo que sin duda se ha visto afectado por el espanto del aumento de los bombardeos de los últimos tres días. Se percibe en la gente el sobrecogimiento que causa tanta devastación y tanta presión pero al mismo tiempo las calles siguen transitadas y aumenta la población civil armada al lado de la presencia miliciana y los soldados. Algunas familias se trasladan a los pueblos vecinos para evitar los bombardeos masivos e indiscriminados sobre Bagdad pero la mayoría permanece y repiten insistentemente que no se irán de Bagdad, que lucharán hasta el combate final.

Bagdad/Madrid, 6 de abril de 2003

Incorporación – Redacción. Barcelona. 9 Abril 2003