El Inconformista Digital recoge y contrasta – CSCA – Esta noche, entre el sobrevuelo constante de los cazas y los B-52 estadounidenses sobre Bagdad, los brigadistas han podido escuchar al menos tres fuertes explosiones a la 1.30, 2.00 y 4.00 horas (local).
Esta mañana han sabido que el impacto más fuerte se había producido en el ataque contra Al Dura, un gran distrito al sureste de Bagdad en el que se ubican, además de barrios populares, una Central Eléctrica y una Central de Potabilización de Agua del Tigris que suministran luz y agua al 40% de la población de Bagdad.
Los Hashemi, una familia rota
Ayer los brigadistas fueron invitados a compartir la intimidad de una familia rota a golpe de misil. Es la familia de Hashemi Abdullah, abuelo de las niñas Nada y Rama Adnan que los brigadistas conocieron en el Hospital Al Kindi el pasado 31 de marzo. Nada y Rama fueron alcanzadas por el bombardeo producido en el pueblo de Yisridial el 26 de marzo en el que perdieron a otra hermana, Sahra, de 10 años, y cuya fotografía enseñó la madre a los brigadistas en el hospital. También su hermano Muhamad resultó herido leve. Después de descubrir la tragedia que asoló a su gran familia, Rosa, enfermera de la Brigada, ha comprendido la adulta seriedad y el recelo con que la niña Nada, de 14 años, dijo a los brigadistas aquel día en el hospital que «hasta el último niño de Iraq luchará por su país».
Ese día toda la familia se había desplazado al pueblo para visitar al abuelo. Yisridial es una localidad muy próspera del sureste de Bagdad dedicada a la agricultura de regadío, a los cultivos de maíz y a la ganadería vacuna. Su población mayoritariamente campesina vive en casas muy dignas de ladrillo en una paraje bellísimo próximo a la carretera que va a Al Kuts. El día 26, cuando toda la familia se hallaba reunida en la casa del abuelo Hashemi Abdullah, dos misiles impactaron repentinamente contra la vivienda de dos pisos. En el segundo, el derrumbe total provocó el hundimiento de la planta que aplastó a la esposa de Hashemi y abuela de las niñas y causó su muerte instantánea. Otras dos personas murieron en el acto.
La familia rememoró ayer lo ocurrido en el salón de la casa de un familiar en el barrio de Nueva Bagdad donde se han reunido para recibir a los brigadistas. Cada uno cuenta sus desdichas, sus heridas, sus pérdidas. El abuelo Hashemi, un hombre de 60 años, oficial electricista, tiene heridas de metralla en la cabeza, en la rodilla derecha y en la pierna izquierda. Además de su esposa, ha perdido a una de sus dos hijas, Hanna Hashemi, tía de Nada y Rama, y que cayó muerta, como su madre, instantáneamente.
Junto a ellos, la hermana del abuelo Hashemi, su marido y sus cinco hijos, también en la vivienda familiar de Yisridial cuando se produjo el criminal ataque, resultaron heridos por el impacto de los misiles. Sus cinco hijos tiene heridas graves por efecto del derrumbe de la casa:
Samir Mushair, de 26 años y veterinario de profesión, con la frente marcada por el impacto de esquirlas, tiene fracturado el brazo derecho y sus piernas están vendadas tras la cura de las heridas de metralla.
Ahmed Mushair, de 18 años, estudiante, tiene metralla en la cabeza y el brazo derecho roto.
Riad Mushair, de 27 años, administrativo de profesión, tiene metralla en la mano derecha.
Rasha Mushair, la única hija, de 20 años, y estudiante de administrativo, tiene también metralla en la cabeza y en la pierna derecha y mano izquierda.
Omar Mushair, el benjamín de13 años, que es estudiante, tiene metralla en el codo.
En el salón de la casa donde fueron recibidos los brigadistas, se respiraba un aire de infinita desolación mientras narraban lo ocurrido contenidamente. Sentados entre ellos, un joven herido de metralla en la cabeza guardaba silencio con un semblante especialmente rígido y tenso. Es Haled Ayyim, de 23 años, trabajador administrativo en la compañía eléctrica que había ido a casa de los Hashemi de visita aquel mismo día junto a su mujer Nada Nayyim, de 18 años. Nada murió en el acto.
La madre de las niñas Nada, Rama, Sahra y Muhamed Adnan, nietos todos ellos de Hashemi, también invitó ayer a los brigadistas a su casa en el barrio de Karrada en donde se emplaza el alojamiento de la Brigada. Allí, fueron recibidos por el padre, la madre y dos de los tres hijos que les quedan después de haber perdido en el ataque de Yisridial a su pequeña Sahra de 10 años. Muhamad ya recuperado de sus heridas y dado de alta como su hermana Rana, corretean y juguetean por la casa con la excitación propia de los niños ante las visitas de extraños: pequeños como son distraen el trauma que les ha sido infligido con el recuso que da la naturaleza infantil. Sus padres apenas pueden ocultar el dolor que ha golpeado a su familia pero piden que demos a conocer lo que está pasando a tantas familias como la suya desde que EEUU y Gran Bretaña invadieron Iraq.
Visita a Yisridial
Esta mañana los brigadistas se han desplazado hasta Yisridial junto con uno de los sobrinos del abuelo Hashemi. Allí les han recibido la familia del hermano de Hashemi que vive en la casa de al lado con su esposa, su hijo Ahmed Hasan, su nuera Sabiha Shaab y sus cuatro nietos, y que fueron quienes rescataron a sus familiares una vez que se produjo la explosión y que la casa se derrumbó. Los brigadistas han podido ver el desastre producido por los dos misiles: la casa derruida con su segunda planta aplastada contra la primera, todavía guarda los signos de la vida familiar que albergó: alfombras aplastadas contra el amasijo de hierros y cemento, muebles rotos, objetos desparramados, enseres cotidianos en medio de la destrucción provocada por un misil que cae del cielo sobre una casa rural a las 16:30 de la tarde con veinte personas dentro…
Los vecinos y familiares de la los Hashemi, atentos y amables con los brigadistas, les muestran antes de despedirse su indignación, imprecan el nombre de Bush y Blair como asesinos, denuncian las matanzas que están causando sus ejércitos, e improvisadamente, llevados por un impulso mezcla de orgullo y de rabia contenida comienzan a lanzar cantos patrióticos y consignas nacionales de defensa de la tierra y de la patria.
En su camino de vuelta a Bagdad, habiendo salido y entrado a la ciudad sin problemas, la Brigada ha podido ver que en la carretera que une la capital con Al Kuts, hay mayor presencia militar que en la ciudad. Tropas regulares iraquíes se apostan entre los palmerales, los canales y los puentes para reforzar el frente. En la carretera, en un trajín de coches que van y vienen, los bagdadíes siguen saliendo a comprar frutas y productos agrícolas a los pueblos de alrededor. Algunos vehículos proceden de Basora con familias que se desplazan hasta Bagdad. No hay tráfico de población que salga despavorida a refugiarse fuera del país: las oleadas de refugiados que la invasión de Iraq iba a crear no se están produciendo.
El recinto ferial de Bagdad demolido en su totalidad
De regreso a Bagdad los brigadistas han visto cerca de la Torre de Sadam y del centro de telecomunicaciones de Al Munia, que la explanada de 25.000 metros cuadrados que alberga el recinto ferial de Bagdad, un lugar que acogía ferias comerciales e internacionales, ha quedado absolutamente destrozado por efecto de los bombardeos sistemáticos. Igualmente, los pabellones feriales están derruidos, entre ellos el de Siria cuyo cartel anunciante yace desparramado por el suelo en medio de las ruinas. Un edificio contiguo ha quedado igualmente destrozado por el tremendo cráter que ha abierto un misil. Al lado, el Salón Residencia de Encuentro para Médicos, justo enfrente de la Maternidad que el Creciente Rojo tiene en Bagdad y que fue objeto de otro ataque ayer tarde, ha quedado también dañado. Este es un perímetro extensísimo abierto y amplio que ha quedado arrasado por bombas y misiles. En sus alrededores, ruina sobre ruina, se dispersa bajo el cielo azul de Bagdad una geografía urbana de edificios destruidos que la Brigada no sabe identificar.
Visita al Hospital Yarmuk
A media mañana la Brigada se ha dirigido al Hospital Yarmuk, en el barrio de Qadisiyya donde les ha recibido el Dr. Leith Rashid y les ha informado que entre el día de ayer, la noche y la mañana de hoy se han multiplicado el número de registros de cadáveres y heridos en el Hospital. Ello es así, porque los ataques han sido especialmente violentos no solo en la zona de Qadisiyya sino en Al Dora y en Al Turas, un suburbio del sur de la ciudad. Como viene siendo habitual, los casos más graves están siendo atendidos en los dos grandes hospitales de Al Kindi y del Yarmuk. Hasta el momento no se ha podido identificar todavía el número de muertes provocadas por los ataques de las últimas 24 horas pero el Dr. Leith ha certificado que en el congelador del hospital Yarmuk hay decenas de cadáveres descuartizados y desfigurados. Igualmente, las doce salas de recepción de heridos del hospital están colapsadas. El Dr. Leith confirma que aumentan las heridas por impacto de metralla causados por las bombas de racimo y describe bien cómo funciona su sistema: la metralla que genera la explosión de tales bombas se desplaza a más 2.000 metros por segundo a muy elevada temperatura y tiene, por tanto un alto poder de penetración. Aun cuando se trate de esquirlas mínimas en su tamaño, cuando impactan con órganos internos del cuerpo son extremadamente dañinas y difíciles de extraer.
Nuevos testimonios de civiles heridos
En su visita a las salas de heridos los brigadistas han recogido el testimonio y los casos de doce de las personas ingresadas como consecuencia de los bombardeos de los últimos días.
Del barrio de Sweed, ya atacado en días pasados, y nuevamente objetivo de las bombas estadounidenses el 2 de marzo a las 15.30 horas, Ali Sa¹ad, de 6 años fue alcanzado por la explosión cuando jugaba en la puerta de su casa. Tiene heridas por metralla en ambos pies. Ninguno de sus familiares resultó herido.
Muhamad Yamal, también de 6 años, del barrio Abu Dshir, en el distrito de Dora, resultó herido por un ataque el 1 de abril a las 17.30 horas cuando jugaba en la escalera de su casa con su hermano que también resultó herido. Muhamad tiene grave trauma abdominal por metralla con rotura intestinal que requiere colostomía. Otros tres niños vecinos de Muhamad murieron en el acto como consecuencia del ataque.
Heridos del ataque al barrio de Al Turas
Cuatro casos de heridos de un mismo barrio, Al Turas, atacado el pasado 2 de abril a las 17.0 horas y de un mismo grupo familiar: la familia Salum. El padre, Abdel Kader Salum estaba en la escalera de la casa cuando se produjo la explosión de un fuerte impacto que le causó una amputación traumática de la pierna derecha, es decir que llegó al hospital habiendo perdido la pierna. En el momento de la visita a la sala estaba siendo conducido al quirófano para intervenirle.
Su hijo Adnan Abdel Kader, fue alcanzado por la explosión cuando estaba en la cocina de su casa junto a sus hermanas Afra y Rasha. Adnan tiene metralla en la pierna izquierda. Su hermana Afra, de 20 años, tiene igualmente metralla en ambas piernas y Rasha, de 19 años, que tiene graves heridas en el abdomen había sido conducida al quirófano para ser operada.
Heridos del bombardeo de Al Dora
Del bombardeo sobre el distrito de Al Dora, los brigadistas han registrado seis de los muchos casos de heridos que se han producido. El primero, el más terrible por la estampa desoladora que presenta y por la circunstancia en la que se produjo, es el de Fahad Osai, de 17 años. Fahad que tiene trauma abdominal severo con afectación multiorgánica y heridas por metralla en diversas partes del cuerpo, está muy grave aunque consciente mientras se le practica una transfusión de sangre. Su madre, sorprendida en medio del llanto al lado de su hijo cuando entran los brigadistas, se recompone y cuenta a los brigadistas la tragedia que se produjo ayer en Dora: después de que dos misiles impactaran fuertemente en su barrio, Fahad acudió junto a otros muchos vecinos y grupos de defensa civil a auxiliar a las víctimas cuando repentinamente la aviación estadounidenses volvió a lanzar, esta vez, una bomba de racimo que causó una nueva explosión múltiple contra la gente congregada en las tareas de rescate. La madre de Fahad que habla un correcto inglés, termina su descarnado relato indicando que su hijo tiene las vísceras abiertas y lanza una exclamación al mundo: Pido a las madres estadounidenses y británicas que se pongan en lugar de las madres iraquíes. Están matando población civil.
Al lado de Fahad, Walid Abbas, de 32 años, voluntario de defensa civil, cayó igualmente herido tras la explosión de la bomba de racimo cuando ayudaba a los heridos del anterior ataque de misiles. Walid tiene fracturado el fémur derecho y heridas por metralla en diversas extremidades inferiores.
Como él, Salah Rahim, de 33 años y también voluntario de defensa civil, fue alcanzado por metralla en la cadera izquierda y en las extremidades inferiores.
Basem Muhamed, de 23 años y estudiante universitario caminaba hacia su casa cuando se produjo el segundo ataque de la bomba de fragmentación. Resultó herido de metralla en la pierna izquierda, al igual que su hermano Ali Muhamad que le acompañaba y que también recibió impactos de metralla en el tórax y en la pierna izquierda. Ali, de 18 años, es oficinista.
Na ama Sa ad, de 25 años, herido por metralla en el mismo ataque en la cabeza mientras trabajaba. Na¹ama cuenta que es funcionario y el Dr. Leith le hace un gesto simpático diciendo a la Brigada que aquí la mayoría somos funcionarios y trabajamos para el Estado. Somos un país socialista. Aquí no hay capitalistas.
El Dr. Leith explica a los brigadistas que el personal médico está dando servicios de 24 horas con descansos de cuatro o cinco horas, rotando funciones en operatorios y posoperatorios en una organización que a los ojos de la Brigada es ejemplar en su solvencia, particularmente en la medicina quirúrgica y habida cuenta de las gravísimas lesiones que se ven, causadas por la metralla mortal de las bombas de racimo.
Brigadistas en Iraq contra la Guerra: Mª Teresa Tuñón Álvarez, Mª Rosa Pañarroya Miranda, Ana Mª Rodríguez Alonso, Belarmino Marino García Villar, José Bielsa Fernández, Javier Barandiaran y Carlos Varea González
Bagdad/Madrid, 3 de abril de 2003(www.nodo50.org/csca)
Incorporación – Barcelona. 4 Abril 2003