Nuevo orden, pero ¿cuál? – por Diego Monroy

Nos dirigimos hacia un nuevo orden mundial. Han saltado en pedazos todos los organismos que suponían un foro de debate internacional. La víctima más notable, por representar a la mayoría de los países del mundo, es la ONU.

Tanto Tony Blair como Collin Powel han presentado pruebas del arsenal de Irak en las reuniones del Consejo de Seguridad que han demostrado ser falsas, después han ido mutando las explicaciones sobre los objetivos reales a medida que se han ido quedando sin argumentos. Los inspectores iban consiguiendo poco a poco el desarme, hasta que en un momento determinado se ha roto la baraja no por la lentitud del proceso, sino por su éxito. El objetivo real de los invasores aliados era apoderarse de Irak. Su problema ha sido que no han colado la trampa. Incluso se ha sometido a presiones difíciles de soportar a los miembros indecisos del Consejo de Seguridad con el fin de comprar o coaccionar su voto. Al no conseguir legitimar el ataque la filosofía es “La ONU es un organismo inútil, así que prescindiremos de ella”.

Si la invasión ya estaba decidida, cuestión que a estas alturas no creo que niegue ni nuestro esperpéntico gobierno, el papel de los aliados invasores no tiene calificativo. Apoyándose en las Naciones Unidas han conseguido menguar el potencial defensivo iraquí y posteriormente han pasado por encima de la ONU empezando unilateralmente la guerra. Ahora Tony Blair pretende que participe la ONU en la posguerra. De este modo los invasores se habrían asegurado poner un gobierno títere o simplemente un gobernador, se asegurarían el control del crudo iraquí, proporcionarían las empresas encargadas de reconstruir el país que ellos mismos están destrozando al precio que quieran marcar y al mismo tiempo quedarían legitimados si las Naciones Unidas entrasen en el juego. ¡Qué gran ironía ésta de reconstruir lo que aún no está destruido!.

Con lo que no habían contado es con que el pueblo iraquí, prescindiendo de su apoyo o no a Saddam, lucharía hasta el último momento por su hogar. Nunca serán vistos como libertadores. Cualquiera que haya sufrido días y días de bombardeos y/o haya visto o sufrido sus consecuencias solamente puede sentir hacia ellos odio. Para rendir Bagdad, Basora o el resto de ciudades y pueblos no les va a quedar más remedio que entrar casa por casa. El coste en vidas que va a cobrar la guerra urbana es hasta obsceno de imaginar.

De este modo, las alternativas que se le presentan ahora mismo al pueblo iraquí son la espada y la pared. Aceptar la sumisión a un poder extranjero que ha invadido su país a sangre y fuego en caso de triunfo de los agresores o la perpetuación y mitificación de Saddam Hussein en caso de que consigan expulsarlos.

Si les sale bien la jugada a Bush y Blair (Aznar ya ha cumplido su misión y no cuenta para nada) yo me pregunto ¿quién será el siguiente?. Si seguimos las pistas que dio el propio George Bush ahora le tocaría el turno a Irán. Está incluido en el eje del mal y ha conseguido desligarse de los EEUU en su momento por un camino no precisamente satisfactorio para la superpotencia. Irán tiene frontera con Iraq al oeste y con Afganistán al este. Estas son las dos nuevas bases de EEUU (por lo menos este sería su deseo) y como decía un amigo, las bases no están precisamente de decoración sino para ser usadas. El montaje del dispositivo para invadir Irak ha costado mucho dinero en desplazamiento de tropas y muchos meses en tratar de que el mundo comulgue con ruedas de molino. Ya que está instalado este dispositivo, no es descabellado que piensen sacarle más rendimiento. Total, la recompensa es el control de prácticamente toda la producción mundial de crudo (Les falta Venezuela, pero ya están en ello) y llegar con las bases militares a las fronteras de Rusia y China. La credibilidad de cara al mundo ya la han perdido, con lo que pueden actuar a cara descubierta sin que la factura les suba mucho más.

El único (y quizás determinante) aspecto positivo de éste conflicto son las movilizaciones a nivel mundial contra la guerra. Si hay alguna fuerza en el mundo capaz de parar esta sinrazón es la voz de todos nosotros. El sustituto o quizás el mejor valedor de las Naciones Unidas somos los Pueblos Unidos. Hemos surgido un poder en el mundo capaz de plantarle cara a la maquinaria bélica y multinacional. Con nuestro trabajo coordinado, no violento y constante seremos capaces de mojar al tigre de papel.

Esta guerra, con ser la más conocida en estos momentos, no es ni mucho menos la única. Acabar con todas las guerras y la miseria en el mundo, pienso yo, deberían ser nuestras prioridades inapelables. Existe o debería existir una Carta Fundamental de los Derechos de la Humanidad respetuosa y equitativa. No podemos ni debemos imponer el “sistema democrático” al resto del mundo dado que tal como lo conocemos resulta bastante imperfecto. Al ser la democracia el menos malo de todos los sistemas se acaba votando al menos malo de todos los políticos. Deberíamos (de nuevo en mi opinión) dejar de mirarnos el ombligo y escuchar y aprender de lo que nos pueden enseñar los demás pueblos Asimismo debemos ser conscientes que tener nuestros derechos conlleva que los tengan todos los demás. No podemos hacer la vista gorda con las injusticias que ocurren lejos de nuestro hogar, ya que van trazando el camino a encrucijadas como en la que nos encontramos ahora mismo. Y por supuesto tenemos que empezar la higiene recuperando el poder que tiene secuestrado el PP y devolviéndolo a su legítimo dueño, es decir, al pueblo.

Diego Monroy. Barcelona.

Cartas de los lectores.

Incorporación – Redacción. Barcelona. 31 Marzo 2003