El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) seguirá siendo el partido con mayor representación parlamentaria, en la Asamblea Legislativa salvadoreña, después de la jornada electoral del pasado 16 de marzo de 2003.
La correlación de fuerzas de esta asamblea no se verá sustancialmente modificada, pero sí se anuncian importantes modificaciones en las políticas de alianza entre los distintos partidos.
Los analistas políticos del país parecen estar de acuerdo a la hora de señalar cuales han sido los hechos más destacables en estos comicios. De un lado destacan que la jornada electoral vino marcada por el creciente descrédito ciudadano respecto a los procesos electorales. Ese sentimiento se cristaliza en un 66% de abstención. De otro lado señalar que los electores han penalizado las políticas de orden neoliberal que el partido ARENA ha venido introduciendo en el país. De igual forma, se ha aplicado el llamado voto de castigo al PAN, de corte paramilitar, y que se ha quedado sin representación en la Asamblea Legislativa.
En El Salvador las elecciones a la Asamblea Legislativa se producen cada tres años y las Presidenciales cada cinco. A la vista de cómo se desarrollen los pactos en los próximos meses, la Presidencia del país podría cambiar de signo el próximo año. Es por ello que los salvadoreños no van a tener tiempo de sentir la resaca electoral antes de embarcarse de nuevo en campaña.
En el año 2000 el FMLN también resultó el partido más votado, pero en aquella ocasión fueron el segundo y tercer partido en discordia los que formaron gobierno en mayoría simple, a saber, ARENA y PCN. Parece difícil que se repita tal alianza en esta ocasión por los desencuentros de ambos partidos en cuestiones de índole social. El PCN reprocha a su anterior socio de gobierno la actitud que ha mantenido respecto al problema cafetarelo, en relación al Tratado de Libre Comercio de las Americas (ALCA), así como a las medidas privatizadoras que ha aplicado al sistema de seguridad social (ISSS). Una vez más, el neoliberalismo se presenta como un proyecto agotado en América Latina.
Teniendo esto en cuenta, la política de pactos se presenta interesante, pues el sistema político salvadoreño permite al gobierno vetar las decisiones presidenciales siempre y cuando esto se realice desde una mayoría calificada(56 diputados) y no desde la mera mayoría simple (43 diputados). Así pues, el próximo gobierno tendrá que apostar o bien por la configuración de una mayoría simple con la que podría resolver cuestiones menores, o bien por la conformación de una amplia coalición, en la que sólo podría quedar fuera ARENA, pero que tendría la capacidad de vetar leyes y decretos presidenciales.
Daniel Pérez. Málaga. 26 Marzo 2003.
Para más información:
– Directorio de partidos – http://www.elsalvador.com/especiales/2003/elecciones2003/partidos/index.html
– Resultados electores en las Elecciones Presidenciales de 1999, así como de las Legislativas del pasado 16 de Marzo de 2003-04-03 – http://www.electionworld.org/election/elsalvador.htm
– El Salvador en la red – http://lanic.utexas.edu/la/ca/salvador/