(Dedicado a Maria Teresa Tuñón Álvarez, Maria Rosa Pañarroya Miranda, Ana Maria Rodríguez Alonso, Belarmino Marino García Villar, José Bielsa Fernández, Carlos Varea González)
Hace pocos días recibíamos la inquietante noticia, seis compañeros y compañeras habían decidido quedarse en Iraq y correr la misma suerte que el pueblo iraquí en estos días horribles.
Desde nuestra perspectiva, esa perspectiva de sillón y televisión, esta acción tiene mucho de suicida y es, por lo tanto, extrema e innecesaria. Aunque, también desde ese punto de vista, sólo somos meros espectadores de una decisión meditada, dura y comprometida, que ellos ya habían tomado cuando salieron hacia Iraq.
La frialdad de nuestra primera valoración choca de plano con el calor de sus sentimientos, porque los impulsos del corazón son ajenos a la supervivencia o la simple indisposición de la impotencia.
Esos impulsos son el nexo de unión de los amantes en el vértigo de la muerte, de la pérdida. Son ese terrible vacío de la tristeza enjugada en lágrimas de dolor.
Después de tanto años luchando por los caminos de la justicia y de los derechos humanos, los cruces grises de la impotencia y la desesperanza confluyen en la afirmación y en el duro reconocimiento del ya nada me queda por hacer. Entonces se hace fuerte la convicción de afrontar lo que tenga que pasar.
Es la acción valiente de la generosidad del amor, la verdad de la entrega en un devenir sin futuro. El abrazo frágil y tierno del amante a su amada, arropando ese último suspiro, ese último aliento; como si quisiera sujetarle la vida entre los heterogéneos brazos de la humanidad.
Ese último esfuerzo indescriptible y sublime que desde nuestra propia fragilidad nos hace humanos y humildemente extraordinarios. Como los músicos del Titanic que seguían tocando cuando el barco se hundía. Esta melodía que han compuesto Teresa, María Rosa, Ana, Mino, Pepe y Carlos es un ejemplo de humanidad extraordinaria.
A este lado del Tigris os estaremos esperando y seguiremos luchando para que las notas de esa melodía se oigan en todo el mundo, para que desde las entrañas de la tierra se sacuda el terremoto que pueda acabar con esta guerra y con todas las guerras que quieren acabar con nosotros y con nuestra música.
Cuidaros mucho.
Mar Molina. 20 Marzo 2003
Redactora de El Inconformista Digital
Responsable de Comunicación de IU de Castilla La Mancha
Formó parte de la IV y V Delegación del Pueblo Español a Iraq