Limite 48 horas – Bush da «el pistoletzo de salida»

Cuarenta y ocho horas son las que ha dado George W. Bush a Saddam Hussein y a sus hijos para abandonar Iraq, de lo contrario el ejercito norteamericano empezara a poner en practica las graves consecuencias que no son mas que un eufemismo del termino bien sabido y bien delimitado: la guerra.

George W. Bush, en su discurso ha sentenciado el fin de la diplomacia en el conflicto iraquí, tantos meses de arduas inspecciones en manos la UNMOVIC, y tantas deliberaciones en el Consejo de Seguridad quedan en aguas de borrajas. A modo de pistoletazo de salida el presidente ha puesto en marcha lo ya anunciado y presagiado por muchos semanas atrás, la cumbre de Azores con Blair y Aznar, ya lo dejo bien claro: se reunieron para hablar de los planes de guerra, sin tapujos.

De nuevo, la baza de George W. Bush, ha sido la amenaza del terrorismo internacional, por mucho que este no tenga identidad salvo en nombres, imágenes y sonidos espectrales, esa nueva amenaza del siglo XXI es todo lo peligrosa que el interprete quiera ver, su versatilidad hace encajar a Iraq, un país destrozado por la pasada guerra del Golfo Pérsico y el embargo de las Naciones Unidas desde 1991, de un manera mágica y efectiva como una amenaza importante para el mundo libre, no tiene la menor importancia que desde el más critico al más razonable pueda ver la trampa y el cartón.

George W. Bush, nos ha hablado de las armas de destrucción masiva, esta vez sin especificar el tipo, del peligro que supone para occidente la existencia de un país como Iraq en nuestros días y en el futuro, pudiendo según el presidente, representar un peligro mayor conforme pasan los años.

No se habla de desarme, no se habla de inspectores, todas esas vías ya están cerradas, se habla sin tapujos de guerra a menos que Saddan Hussein y sus hijos se exilien de Iraq. George W. Bush quiere cambiar el régimen de Iraq, no sabemos bien si conoce la existencia de la estructura del Estado de Iraq con el partido Baaz asentado en todos los puntos neurálgicos que sostienen el poder del país, no puede obviar algo tan importante. No puede creerse que con la salida de Saddan y sus hijos el régimen en Iraq cambiara de repente, no puede ser tan ingenuo el presidente de la Tierra, con todo esto el ultimátum deja de tener sentido, la única forma de tener el control de Iraq es invadiéndolo, la cuenta atrás para la guerra es inevitable. En la mente de todos, los intereses económicos – con un nuevo reparto y control de las materias primas -, mas la prepotencia y beligerancia temeraria de la Administración Bush, pesan mucho más que esta nueva Seguridad Mundial que nos están vendiendo hasta en nuestra Vieja España Europea, pese a quién pese.

Nadie será capaz de convencerse de semejante proceder, tenga el pensamiento político que tenga, pues estamos contemplando el fin de muchas cosas creídas por seguras por la mayoría de ciudadanos: el derecho internacional, la Carta de las Naciones Unidas, el compromiso de no agresión, el consenso internacional, la importancia de la opinión publica, los valores democráticos, y naturalmente todos los derechos humanos. Nadie comprenderá porque los guardianes de los valores universales hoy los destrozan sin tapujos y de forma tan cínica.

Se puede ser crítico, y mucha gente lo ha sido, hoy sencillamente con contemplar los acontecimientos no podremos más que decir que ya lo avisamos desde hacía largo tiempo. La nueva potencia mundial ante los EEUU, es la opinión publica que se rebela ante todo ello, son los millones que se han manifestado en contra de esta guerra, ese nuevo fantasma pacifico, en otros tiempos llamado revolución, es la verdadera Democracia, esperanza para los EE.UU y el resto del Mundo.

Estas 48 horas sencillamente son para preparar las posiciones, y atacar. De ahora en adelante, la guerra es inminente. Como dijo Miguel de Unamuno: “Venceréis, pero no convenceréis”.

Marlowe. Barcelona. 18 Marzo 2003.