La paz y la solidaridad con los pueblos oprimidos, son valores que debieran ser inculcados desde la más tierna infancia en los niños del mundo, y la escuela muy bien podría ser un lugar desde donde estos valores fueran defendidos y explicados a los más pequeños.
Así debería ser, y así de hecho ha sido. En las escuelas se celebra el Día de la Paz, día en el que los pequeños hacen trabajos, dibujos y llenan paneles con palomas blancas cargadas de simbología. En los institutos, los alumnos de más años hacen cadenas humanas por la paz y se manifiestan revindicando lo que para ellos es un derecho, la convivencia en paz.
Pues bien, aquí en Galicia, desde ayer, ni colegios ni institutos podrán hablar de paz ni de guerra, ni de chapapote ni de “Nunca máis”. En los centros de la comunidad gallega ayer se ha recibido un correo electrónico dirigido al equipo directivo, en el que la Consellería de Educación de la Xunta, instaba a estos a retirar todas las pegatinas de “No a la guerra”, y “Nunca máis” que hubiese en los centros, así como pancartas, y trabajos hechos por los alumnos que estuviesen a la vista en el centro; los alumnos nada tienen que ver con esto según la Xunta de Galicia, la guerra y el chapapote son asuntos políticos y la política, según ellos, es cosa de los políticos y no debe traspasar las puertas de la docencia.
Increíble pero cierto, ya sólo falta que nos prohíban las banderas del “Nunca máis” que hemos puesto en el balcón, que no nos dejen salir a la calle con el cartelito de “No a la guerra”, ya sólo falta que nos tapen la boca y nos venden los ojos y que nos digan lo que hemos de pensar.
Los niños de este país señores Conselleiros saben que han muerto muchas aves por el chapapote vertido en nuestras costas, saben que los marineros no han podido faenar en muchos días, han visto con sus propios ojos los arenales gallegos ennegrecidos y malolientes, los niños de este país saben que va a estallar una guerra espantosa, ellos saben que otros niños como ellos, con sus mismas edades y sus mismas ilusiones van a morir, ellos saben lo que es una guerra, no porque la hayan vivido, si no porque lo han visto en las películas y en la televisión, los niños de este país tampoco entienden como un señor de bigote que se llama Aznar nos ha metido en un asunto tan tremendo, no lo entienden los niños, pero tampoco lo entendemos muchos de los mayores que estamos en contra de este horror, será que somos como niños.
Olga Andrés. Pontevedra. 18 Marzo 2003