Crónica – 15 Marzo: Madrid a las calles. Nuevamente tronó No a la Guerra.

Respondiendo a la nueva convocatoria mundial para intensificar la campaña de enfrentamiento a la declaración de guerra emitida por Bush, Blair y Aznar, la ciudadanía madrileña volvió a salir a las calles para decir multitudinariamente un nuevo NO A LA GUERRA.

La marcha estuvo encabezada por la Plataforma de la Cultura contra la Guerra, con presencia de gran cantidad de actores, actrices, escritores; en una segunda pancarta los movimientos sociales y organizaciones de solidaridad; y en una tercera, los partidos políticos y sindicatos.

La gente volvió a desbordar los cordones de seguridad que infructuosamente intentaron establecer un corralito de protección para políticos y personajes.

El ambiente de la marcha fue entusiasta y sin ánimos competitivos a la celebrada hace un mes: “es continuación la necesaria, y con más razones aún que en febrero”, nos comentaba una portavoz de la Asamblea Contra la Globalización Capitalista y contra la Guerra, que agrupa a unos cuarenta colectivos, y es un auténtico motor en iniciativas y convocatorias.

Contra la Guerra: ¡Huelga General! fue una de las consignas más coreadas, junto a la exigencia de dimisión del gobierno del Partido Popular.

Poco antes de concluir, en un cruce céntrico, la policía intentó inexplicablemente, una carga contra los manifestantes, que sin amedrentarse en ningún momento, respondieron a la misma pacífica pero firmemente impidiendo el paso de las furgonetas de los antidisturbios.

José Saramago, leyó un texto de gran belleza literaria y de fuerte contundencia política: «Sin paz, sin una paz auténtica, justa y respetuosa, no habrá derechos humanos. Y sin derechos humanos -todos ellos, uno por uno- la democracia nunca será más que un sarcasmo, una ofensa a la razón, una tomadura de pelo. Los que estamos aquí somos una parte de la nueva potencia mundial. Asumimos nuestras responsabilidades. Vamos a luchar con el corazón y el cerebro, con la voluntad y la ilusión. Sabemos que los seres humanos somos capaces de lo mejor y de lo peor. Ellos (no necesito ahora decir sus nombres) han elegido lo peor. Nosotros hemos elegido lo mejor.

Rodeaban a Saramago, miembros de las Brigadas por la Paz en Irak que se habían traslado directamente desde el aeropuerto de Madrid.

Mientras se comenzaba a desmontar el escenario seguían llegando a la Puerta del Sol columnas y cortejos. Cinco horas habían transcurrido desde el inicio de la manifestación, y en las calles del centro madrileño, las gentes demoraban la partida y se encontraban con alegría por haber participado en una lucha cívica que une y extiende el gozo de ser parte de una multitud en movimiento por la humanidad y contra la barbarie.

Andrea Benites-Dumont. 17 Marzo 2003