La ampliación europea – por Edmundo Fayanás

Después de la conferencia de Copenhague, de mediados de diciembre, Europa se amplía a veinticinco países. Es la quinta ampliación comunitaria, la mayor de todas las registradas hasta ahora y la primera que se hace desde que España es país comunitario.

Hungría, Chipre, Eslovenia, República Checa, Estonia, Eslovaquia, Lituania, Malta, Polonia y Letonia, suponen la mayor ampliación en número de países, territorio y población que nunca se han dado en la Unión Europea.

La Europa de hoy, no es más que un enorme mercado común, con una moneda (euro) y una Comisión en Bruselas que rige los diferentes sectores de actividad. Gestión ya difícil a quince países y que amenaza con hacerse imposible a veinticinco.

Si por algo destaca la Europa actual es, que sus ciudadanos sólo somos un número, gobernados por unos políticos enfrascados en una pesada máquina burocrática y prácticamente sin ningún tipo de control democrático. Esta ampliación, así como la Convención encargada de la redacción de una Constitución europea, se hace de espaldas a los europeos. ¿Hasta cuando una Europa burocrática?

Le Monde, se ha quedado estupefacto por un sondeo de opinión que muestra que los franceses no conocen ni siquiera los nombres de los países candidatos a la Unión Europea. En los países del Este, el debate sobre Europa apenas tiene importancia. Estos países, que tras diez años de transición capitalista, generalmente no han superado el nivel de desarrollo que tenían bajo el régimen comunista, tienen una visión mercantilista de Europa, como simple fuente de inversiones y subvenciones.

Si hacemos esta encuesta en España, los resultados serían parecidos a los de Francia. Para el gobierno del Partido Popular, las cuestiones europeas no interesan a los españoles, por lo tanto es cuestión solamente de los políticos. Pero esta ampliación crea una serie de problemas y de expectativas a España. Lo mínimo que se debería hacer es que se conocieran por la opinión pública.

Los defensores de la ampliación señalan, que una Europa de tamaño mayor, supone ser un interlocutor con mucho más peso frente a los Estados Unidos. Sin embargo, opino como el International Herald Tribune, que en su edición del nueve de diciembre, señalaba que Estados Unidos es favorable a la ampliación. Dicen que las nuevas incorporaciones, son fuertemente pro-Bush. Mientras que Alemania y Francia son mucho más independientes. El reciente viaje de Bush a Lituania y Rumania (ambas gobernadas por los postcomunistas) no hacen más que confirmar esta realidad. El presidente polaco Alexandre Kwasniewski, también postcomunista, se jacta de la amistad con Bush, a cuya disposición se pone en caso de guerra con Irak

Para International Herald Tribune, la segunda razón del apoyo de Bush a la ampliación, es que la Europa de los veinticinco, tiene difícil hacer una política exterior común, capaz de molestar a Estados Unidos.

Es de esperar que ésta política exterior europea gire sobre el eje París-Bonn y que sea capaz de ser independiente y de decir NO a las demandas norteamericanas, como en el caso de Turquía. Las llamadas de Bush a Chirac no bastaron para cambiar la postura francesa.

La ampliación supone para España una serie de dificultades importantes, que no han sido explicadas por el gobierno. Así como las expectativas positivas que se abren al comercio con los nuevos países ingresados.

España, va a ser uno de los países más afectados por esta ampliación, tanto por los desvíos de fondos estructurales y de cohesión que nuestro país ha venido recibiendo, como por las nuevas razones de competencia que suponen para un número importante de empresas instaladas en España. La gran diferencia existente con los costes salariales de aquellos países y las ayudas fiscales previstas en todos ellos para fomentar nuevas instalaciones fabriles en sus territorios.

El Ministerio de Hacienda calcula que para el año 2007, los fondos de cohesión y estructurales descenderán un 60%, lo que supone un descenso del crecimiento anual del PIB del 0,6%. Aunque España logre imponer, cosa difícil, la anulación del efecto estadístico que supone la incorporación dé países con rentas mucho más bajas, como no se van a aumentar los recursos por cohesión, los ingresos por este capítulo descenderán fuertemente. Quedando a partir del 2007, únicamente con derecho a estos fondos, Andalucía, Castilla la Mancha y Extremadura.

Los casos como la Volkswagen en Navarra, la SEAT en Barcelona con el traslado de parte de la producción a Bratislava, es el inicio de los problemas. Las diferencias salariales, las ayudas fiscales y las ventajas geográficas al estar situados en el centro de todos los mercados europeos, están en la raíz de esta decisión y de otras que iremos viendo.

Con los centros de decisión empresarial fuera de España, se constata que la competencia llega de estos nuevos países incorporados a la Unión Europea, en los cuales la mano de obra es más barata y esta bien cualificada, los sindicatos débiles y desestructurados y la producción creciente. Para el profesor del IESE Pedro Nueno, con más flexibilidad, España podría fabricar modelos de gamas más elevadas que ahora y, con menor producción, obtener mayor valor añadido. Esta propuesta significa para los trabajadores, peores condiciones laborales

Estos nuevos retos, exigen también un aumento de la inversión en investigación, innovación y la búsqueda de una producción de alta calidad, para que la importante industria automovilística española siga en primera línea.

Pero los problemas no sólo se van a dar en este sector, sino también en aquellos sectores industriales y de servicios que demandan mucha mano de obra y poca especialización. Los acuerdos con la Organización Mundial de Comercio, tampoco anuncian nada bueno respecto al mantenimiento de los precios actuales. La Política Agraria Común (PAC) seguirá favoreciendo a las grandes explotaciones con rendimientos altos. A partir de ahora veremos a los piquetes franceses no en la frontera española, sino en la del Este. Como aspecto positivo de esta ampliación, puede suponer para España una gran oportunidad para la ampliación de sus mercados exteriores. El crecimiento económico previsto para los próximos años en estos países es sensiblemente superior al español y desde luego a la media europea. Su poder adquisitivo se incrementará, potenciando también sectores como el turístico, los electrodomésticos, textil, servicios financieros, plásticos, etc.

El ministro José Piqué, plantea que la ampliación es un proyecto de tal envergadura histórica que no se puede frenar por pequeñas dificultades a corto plazo. Por eso el apoyo del gobierno español es total a esta nueva ampliación de la Unión Europea.

Estoy completamente de acuerdo con estas palabras de Piqué. Pero la critica al gobierno del Partido Popular, del que forma parte, es que no haya abierto un debate sobre los pormenores de esta ampliación y que la sociedad española fuera consciente de estas dificultades. Además, deberían haber preparado al país para afrontar estas dificultades, por medio de incentivos a inversores en sectores considerados estratégicos, como el software, desarrollo de programas de atención al cliente, centros de I+D, etc. Una vez más, la sociedad española asiste cual Tancredo, al suceder de acontecimientos que vivimos y padecemos sin que tengamos capacidad de opinión y decisión.

Edmundo Fayanás Escuer.
Profesor de Historia.
Colaborador habitual de El Inconformista Digital.

Incorporación – Barcelona. 5 Marzo 2003