La educación es un de los factores más importantes para medir el estado de bienestar social de una comunidad. Por ello, es importante conocer nuestro sistema educativo respecto al entorno cultural y social en que nos movemos, en este caso la Unión Europea.
Siguiendo los datos del informe: Las cifras clave de la educación en Europa 2002, nos podemos hacer una idea de la situación actual de nuestro sistema educativo y de la problemática que presenta.
La Unión Europea se ha propuesto un amplio programa educativo a conseguir para el año 2010, basados en seis objetivos:
1. Reducir a la mitad el actual fracaso escolar, que en la Unión Europea está actualmente en el 19,4 %, su objetivo es rebajarlo al 9,7%.
2. Rebajar al menos a la mitad el desequilibrio actual entre hombres y mujeres en diplomados en matemáticas, ciencias y tecnología.
3. Lograr, que el porcentaje medio de personas de entre 25 y 64 años con estudios medios alcance al 80% de la población europea.
4. Mejorar ostensiblemente los malos resultados actuales en lectura, matemáticas y ciencias.
5. El porcentaje de población de 25 a 64 años en formación permanente no debería ser inferior al 10 % en ningún país de la Unión Europea y la media comunitaria debería ser del 15 %.
6. El gasto en educación tendría que superar en todos los países de la U. E. un 5 % del P.I.B. y en el conjunto debería estar en el 6 % del P.I.B. comunitario.
La situación educativa actual en España es preocupante respecto a la comunitaria, ya que supone el 4,5 % del P.I.B., muy lejos del 5,5 % de media de la U.E.. Pero lo más inquietante, es que en vez de converger en el gasto educativo estamos divergiendo. Desde la llegada del Partido Popular al poder, el gasto educativo ha disminuido porcentualmente respecto al P.I.B. aumentando nuestra distancia respecto de Europa. La educación es uno de los sectores que está sufriendo directamente los efectos negativos del programa económico de Aznar, con su obsesivo defícit cero.
Si ya es grave, que el presupuesto educativo disminuya, lo es tanto más, la distribución que de éste se hace. Se ha favorecido legislativa y financieramente a la enseñanza privada. ¿Qué decir de la política educativa de UPN en Navarra? Los ciudadanos navarros vemos como se subvencionan a la privada con módulos más altos que el resto del Estado y como sectores educativos no obligatorios son subvencionados, como es el caso de los bachilleratos.
¿Será capaz España de llegar en el 2010, al gasto medio del 6 % del P.I.B. que plantea la Unión Europea desde nuestro 4,5 % del P.I.B. actual? Desde mi punto de vista, con la actual política económica que desarrolla el Partido Popular esto es imposible. Respecto al fracaso escolar, tan reiterado y aludido en numerosas ocasiones en múltiples foros, también estamos en el tren de cola de Europa. La media comunitaria de población con estudios primarios y de enseñanza secundaria que no sigue ningún estudio esta en el 19,4 %. En España actualmente está en el 28,6 %, ocupando el segundo lugar por la cola de toda la Unión Europea. Es curioso comprobar, que en la misma medida que más se invierte en educación más disminuye el porcentaje de fracaso escolar, casos claros de Suecia, Dinamarca.
La situación del fracaso escolar ha mejorado. En 1992 estábamos en el 40,4 % y actualmente estamos en el 28,6 %. Pero es muy significativo que cuando llega el Partido Popular al poder en el año 1996 el fracaso escolar era del 31,5 % y en los seis años siguientes sólo se ha reducido en el 2,9%, produciéndose una alarmante ralentización del proceso de reducción del mismo. ¿No tendrá que ver con la falta de financiación educativa?
La población de entre 25 y 64 años, que tiene un nivel de estudios medios ( bachillerato) en la Unión Europea, está en el 66,7 %, mientras que en España es del 42,4 %, nuevamente en el furgón de cola.
La educación permanente es también una asignatura pendiente del sistema educativo. La media europea de educación permanente es del 8,4 % en el 2001 y en España estamos en un 4,9 %.
España es el cuarto país con mayor educación privada financiada por el Estado de toda Europa, con el 26% del sistema educativo. Sólo nos supera Holanda 75%, Bélgica 58% y Reino Unido 31%. En Navarra, la situación de la enseñanza privada todavía es más favorable, con un porcentaje que esta en el 31% y con unos niveles de financiación superiores a los del resto del Estado.
Según dicho informe, España tiene un 5 % de centros privados no concertados. Superando ampliamente la media actual de la unión Europea que se sitúa en el 3,2% y todavía superior si se consideran ya los 25 países que en el 2004 la compondrán y que se situaría en el 2,5 %.
Como podemos comprobar por todos estos datos, la situación educativa española es preocupante respecto a la Unión Europea, que es donde nosotros debemos competir. Dos son las alternativas para mejorar nuestro sistema educativo:
En primer lugar, aumentar de forma progresiva el actual porcentaje del 4,5 % del P.I.B. al 6 % del P.I.B. en siete años. Esto nos pondría en unos niveles europeos y sería una media con un amplio sentido social.
En segundo lugar, hay que buscar una mejor distribución de estos fondos, dando prioridad al sector público. Mejorar la financiación de la Universidad española favoreciendo su labor docente y su desarrollo investigador. Apoyo claro y explícito a la enseñanza pública no universitaria, con una aumento considerable de las becas, tanto en número como en cuantía.
Sin embargo, la actual política educativa que lleva a cabo el Partido Popular que debe enmarcarse dentro del más puro neoliberalismo no nos lleva por el buen camino. Dicha política, pasa por descalificar y deteriorar al máximo la educación pública para así justificar su apoyo a la enseñanza privada.
Tres han sido las grandes leyes educativas desarrolladas por el Gobierno de Aznar, la LOU, la ley de Formación Profesional y la ya aprobada y mal llamada Ley de Calidad Educativa. El objetivo de todas estas leyes ha sido favorecer a la enseñanza privada, haciendo que los presupuestos generales del Estado estén encaminados a favorecer a las empresas de enseñanza privada, entre las que destacan las de la Iglesia católica.
Todos aquellos que defendemos la educación como un gran bien social y que buscamos una equiparación con la educación europea, debemos exigir un cambio no sólo cuantitativo sino también cualitativo de la política educativa de este país, si realmente queremos tener una convergencia real con Europa.
Edmundo Fayanás Escuer
Profesor de Historia
Colaborador habitual de El Inconformista Digital
Incorporación – Redacción. Pamplona. 1 Marzo 2003