Como dice el premio Nobel de Física, Jerome Friedman “ la innovación es la clave del futuro, pero la investigación es la clave de la innovación”. Los países que quieran asegurar el bienestar de sus ciudadanos en un mundo global tendrán que tener un sector productivo innovador. España actualmente está a la cola de la Unión Europea, lo que no nos hace presagiar un futuro nada esperanzador.
Según los datos hechos públicos por el Instituto Nacional de Estadística, el gasto de España en I + D fue en el año 2001, el 0,96% del PIB. No se cumplió el objetivo del Plan Nacional de Investigación, que señalaba para el 2001, un gasto del 1,23% del PIB. Se ha dejado de gastar el 22% del presupuesto, dato realmente alarmante.
En el 0,96% se incluyen los discutidos créditos a empresas para programas de defensa (desarrollo y fabricación de tanques, aviones, fragatas y demás) que en el 2001 representaron el 38% del presupuesto total de I + D.
El gasto en investigación en España en el 2001, se ha financiado en un 50% por fondos privados, 39% por fondos públicos y el resto, el 11% proveniente de fondos extranjeros. En el ranking de las cuatrocientas empresas que más recursos invierten en I + D de todo el mundo, no hay ni una sola empresa española. Ésta está poco habituada a inversiones cuyo tiempo de retorno es largo, como ocurre con las actividades de desarrollo, quizás ha habido problemas más urgentes y porque la economía ha crecido a buen ritmo sin grandes inversiones en investigación.
No hay que ser muy listo para entender que los países que más tendrán que aumentar sus inversiones en I + D son los que menos esfuerzos hacen en la actualidad, entre los que se encuentra España. Es bueno saber que dos países que se incorporan a la Unión Europea, Eslovenia y la República Checa, ya muestran un esfuerzo superior a España en I + D.
El presidente norteamericano Bill Clinton insistió en recordar a sus conciudadanos que la mitad del crecimiento económico de los Estados Unidos durante las últimas décadas, fue debido a lo que se conoce por investigación y desarrollo.
Estados Unidos y Japón gastan en su política de I+D, el 2,7% y 3 % del PIB respectivamente, muy por encima de la Unión Europea. Los países europeos más avanzados en investigación son Suecia y Finlandia que superan el 3 % del PIB o Alemania que está en el 2,5 %. España como no, está en los países de cola de la Unión Europea.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea acordaron en la cumbre de Barcelona (marzo del 2002), bajo presidencia española, que las inversiones en I+D deben pasar del 1,9 % del PIB del año 2000, al 3 % en el año 2010. Aumentando la participación del sector privado desde el 56 % actual de inversión, hasta el 66 % a través de fuertes incentivos y dejando el resto de la inversión para la iniciativa pública. Un informe del Comité de Desarrollo Económico de los Estados Unidos concluye que el Gobierno debe garantizar una excelente investigación básica y una educación impecable, dejando en manos del mundo empresarial el desarrollo de nuevos productos y la innovación. Las actividades de transferencia de tecnología no deben comprometer la misión fundamental de las universidades y centros de investigación públicos, que es la formación y la investigación.
En estos momentos, en que Europa presenta un cierto retraso respecto de sus competidores, es necesario la creación de una Agencia Europea de la Investigación, como lo están demandando el mundo investigador, independiente de la Comisión y de los Gobiernos de la Unión Europea, que financie la investigación básica de calidad.
Una vez más, parece que España esta llegando tarde al futuro del desarrollo tecnológico.
Corremos el peligro de caer en el viejo tópico pero que puede ser real de “ que inventen ellos”. Nuestro déficit en la balanza comercial tecnológica es abrumador, donde pagamos cantidades ingentes en tecnología del exterior. Esto nos lleva a una situación gravísima en nuestro futuro desarrollo económico y social.
Los sueldos españoles no serán competitivos en una Unión Europea ampliada, donde los fondos estructurales disminuirán sensiblemente. Llegando de una forma mucho más moderada, lo que nos ocasionará problemas graves en el crecimiento económico que tanto alardea el gobierno del PP.
Debe reflexionar toda la sociedad española sobre el modelo que deseamos para nuestro país, tanto económica como socialmente, que no debe ser otro que España se enganche rápidamente y haga todos los esfuerzos necesarios para acercarse a los países más avanzados en investigación y desarrollo. Para ello, es necesario el diseño de estrategias presupuestarias, fiscales y empresariales coherentes con este modelo.
Es bueno recordar, que los tres países con mayor fracaso escolar en la Unión Europea, Portugal, España e Italia están a la cola del esfuerzo en I+D. Y los tres con el menor fracaso escolar, Suecia, Austria y Finlandia figuran entre los que realizan un mayor esfuerzo en investigación
El gasto educativo en los últimos siete años, con el gobierno del Partido Popular ha disminuido. Además este gasto ha sido discriminatorio, siendo favorecida la enseñanza privada en detrimento de la pública. Una vez más las políticas neoliberales del PP nos van alejando de Europa. Si queremos mejorar, se debe aumentar nuestro porcentaje del PIB educativo y acercarlo al europeo lo más rápidamente posible, lo cual nos pondría en condiciones de desarrollar una mejor política de investigación y desarrollo.
En España hay mucho que hacer, no sólo aumentar el presupuesto, sino también cambiar la mentalidad de nuestra sociedad. Todo ello unido a otros aspectos que también son importantes. Como por ejemplo, los MBA que ofrecen las escuelas de negocios deberían incluir bastante información sobre I+D.
Sería bueno que los departamentos de I+D de las empresas tuvieran una mayor presencia de investigadores con títulos de doctor, más de lo que tienen actualmente.
La política de I+D debe ser abordada desde el consenso político y social. Siendo analizada y resuelta entre los distintos poderes políticos y sociales de manera que se busque el más amplio consenso posible, dando de una vez para siempre con un marco de desarrollo sostenible en la investigación española y que nos permita converger en bienestar económico y social con Europa. Aznar luce de tener la mejor legislación europea de desgravación fiscal por inversiones en I+D. Pero la realidad muestra, que está es insatisfactoria para el mundo empresarial, pues apenas hace uso de ella.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas ( CSIC ) tendría que ser una institución autónoma del poder político. Cofinanciada al servicio de esta política nacional de investigación. Debemos permitir la presencia de investigadores extranjeros y no ser impedida por exigencias de homologación del título de doctor, desconocido en los países avanzados.
Como podemos ver estamos en una situación deficitaria en España en el tema de la investigación. Todos debemos ser conscientes de que nos estamos jugando gran parte de nuestro futuro y exigir a nuestros responsables políticos la consecución de un amplio consenso para la elaboración de una nueva política investigadora.
Edmundo Fayanás Escuer.
Profesor de Historia
Colaborador habitual de El Inconformista Digital
Incorporación – Redacción. Pamplona. 25 Febrero 2003