Amnistia para las lapidadas

Amnistía, término al que atribuímos el perdón general, olvido total de un delito por una serie de causas. Esta proposición nos induce a pensar en la naturaleza de dicho delito y su condena, así como las razones que lo desestiman.

Como toda condena, debe atender a una serie de pautas, restrinciones y cuidados. La libre aplicación de ésta sobre el individuo infractor, nos obligaría a analizar la relación causa-consecuencia del acto.

La condena, a muerte, es para todo estado democrático y civilizado (con racional, debería sobrar) algo a erradicar de su legislación, si es que estuvo vigente en algún momento. No obstante, hay países donde aún siguen procediendo a este tipo de atroces condenas antihumanas e irracionales.

Un cruel caso, de entre muchos otros, es el de Amina Lawal, nigeriana de 30 años con una hija pequeña, que va a ser asesinada por lapidación por un grupo de psicópatas que cuentan con -su- ley en la mano (y sin cerebro en su cabeza), si no se hace algo rápido. De momento, se encuentra en espera por el ‘permiso de lactancia’; es posible que le queden escasos días para volver a ver la luz, luz que alimentará a una hija sin madre. Nada más crudo que la pura realidad. Hace alrededor de un año, otro caso similar se vio amnistiado a causa de la presión internacional en contra de – otra masacre – gracias a la recolección de varios millones de firmas reunidas alrededor de todo el mundo; el caso de Safiya, quien se libró de sufrir el castigo de la ley islámica de la Sharía, por un supuesto adulterio al mantener relaciones sexuales prematrimoniales, causa que como otras, está ‘adeudada’ con semejante salvajada. Tenemos constancia de, al menos, 4 condenas más en la cola.

– La condena: entierro del sujeto hasta el cuello, y hacerle perder la vida poco a poco golpeando su cabeza con piedras de pequeño tamaño (para alargar el ‘espectáculo’), a manos de los espectadores.
– El delito: mantener relaciones sexuales y quedarse embarazada antes del matrimonio.
– La realidad: sólo una parte de este mundo fabricado, contamos con la suerte de poder gozar de unos derechos básicos que nos defiendan de las injusticias. Cada día se hace patente con más firmeza, que una gran parte del mismo, esta constituido por auténticos ‘hijos de puta’.

La barbarie que quieren llevar a cabo, está injustificada ante cualquier concepto. La vida de Amina, al igual que muchas otras, que por las consecuencias más naturales han nacido en un oscuro lugar que perfectamente podía haberte tocado a ti o a mí, pende de un hilo.

No me cabe duda de que es responsabilidad nuestra poner todo el empeño posible para que comiencen a ser tratados como seres humanos, sin discriminaciones de género, raciales, ideológicas, ni de ningún tipo; y por supuesto, para que tengan derecho a la vida, derecho más fundamental que, lamentablemente, se viola con grandísima frecuencia.

Imperdonable. Es obligado actuar ya. Colabora con tu firma para salvar a Amina, igual que se salvó a Safiya. Sólo tienes que rellenar los datos de un formulario que irá a parar a la base de datos de AI (Amnistia Internacional, www.a-i.es), para su posterior evaluación el día 25 de Marzo: www.amnistiapornigeria.com . Van muchas menos firmas (unas 2.433.550) que las conseguidas en el caso de Safiya(parece que el mundo comienza a insensibilizarse, y tú ya lo sabes, con que no hagas que este parecer sea cierto), así que pásale el enlace a tantas personas como te sea posible.

1 minuto de tu tiempo puede salvar una vida. Seamos consecuentes.

Naikon. Bilbao. 25 Febrero 2003