Todos estaremos en Irak

Yo no he estado nunca en Bagdad no he pisado sus zocos ni he recorrido sus calles, no sé a que huele Bagdad, no conozco el color de su cielo, ni la transparencia de sus ríos, pero sí que puedo imaginarme el color y el dolor en los ojos de los niños de Irak, esos ojos negros expresivos, llenos unas veces de alegría y otras llenos de miedo.

Y aunque no he ido físicamente nunca a Irak si he viajado con el corazón, y en mi corazón está Irak y sus gentes, sus niños y sus angustias.

Y nunca he odiado tanto una guerra como odio esta guerra anunciada, esta guerra injusta y esperada con la sensación de que por más que hagamos y digamos nada ni nadie puede pararla, porque la sinrazón y la falta de humanidad se ha prendido en el corazón de algunos que a toda costa nos predican que hay que hacer una guerra preventiva en nombre de la paz.

Que incongruencia, una guerra preventiva, una guerra para la paz. No entiendo ni entenderé nunca como se puede defender una guerra para la paz. Los que amamos la paz no guardamos el menor hueco para una guerra aunque nos la vendan como preventiva. Los que queremos la paz no entenderemos nunca una guerra sean cuales sean los motivos que la desencadenen.

Los que como yo por circunstancias personales no podemos desplazarnos a Irak para mirar a los ojos de esos niños, les miramos con los ojos del corazón y desde aquí, lucharemos para que esta guerra no se lleve a cabo, estaremos en las manifestaciones y gritaremos NO A LA GUERRA, y expresaremos nuestro apoyo al pueblo de Irak cada día con palabras y deseos, saldremos a la calle y apoyaremos todos los actos en contra de esta guerra, y desgranaremos palabras como éstas, que sólo son palabras, pero las palabras en ocasiones son las armas más poderosas con las que contamos cuando son pronunciadas al unísono por millones de personas que se hacen eco del mismo deseo, y cobran una fuerza especial cuando el deseo de todas las personas que las pronuncian es uno sólo: PAZ.

Ya os lo dije, yo no me iré a Irak, pero de alguna forma allí estaré, como todos vosotros, como todos los que compartimos el deseo de que el cielo de Irak sea iluminado solamente por las estrellas y por esa luna brillante de las mil y una noches.

Verdad que sería estupendo
que las espadas fueran un palo de la baraja
que el escudo una moneda portuguesa
y un tanque una jarra grande de cerveza.
Verdad que sería estupendo
que la bases fueran el lado de un triángulo
que la escuadras sólo reglas de diseño
y los gatillos gatos pequeños
que apuntar fuera soplarle la tabla a Manolito
que disparar darle una patada a un balón
y que los «persing» fueran esa marca de rotulador
con la que tú siempre pintas mi corazón.
Verdad que sería estupendo
que las bombas fueran globos de chicle
que las sirenas fueran peces con cuerpo de mujer
y las granadas una clase de fruta
que alarma fuera un grupo de rock and roll
y que la pólvora fuera para hacer fuegos artificiales
y que los «persing» fueran esa marca de rotulador
con los que tú siempre pintas mi corazón
con los que yo siempre pinto tu corazón.
Y no existiera más arma en el mundo
y no existiera más arma en el mundo
más que el «mi arma» andaluz.
Verdad que sería estupendo.
(Letra de la canción “Verdad que sería estupendo” de Cómplices)

Olga Andrés, Pontevedra 24 Febrero 2003