La isla de Sálvora es sin lugar a dudas una de las más peculiares del Parque das Illas Atlánticas, con un pueblo que permanece abandonado y una antigua fábrica de salazón , convertida en Pazo de vacaciones para uso del Marqués que durante tiempo pasaba sus horas de asueto y caza en este lugar paradisíaco.
A la entrada da la Ría de Arousa y formando parte de un pequeño archipiélago de pequeños islotes, destaca por su extensión la Isla de Salvora, con dos kilómetros de máxima anchura en dirección norte-sur.
Su costa accidentada es un gran vivero natural de todo tipo de mariscos, especialmente de percebes.
Es una isla casi deshabitada, ya que en ella sólo viven el farero y el vigilante de la isla Manuel, que vive en ella acompañado por su hijo Joaquín. En la isla hay tres fareros que se reparten los turnos de dos en dos meses.
No hay especies autóctonas en esta isla, las que hubo y las que quedan fueron llevadas allí en tiempos del marqués antiguo propietario de la isla en la década de los sesenta. Antes había vacas, faisanes, perdices, ahora tan sólo quedan caballos salvajes, conejos de monte y algún ciervo.
Su historia
En el año 1921, la isla de Sálvora fue testigo del hundimiento del Buque “Santa Isabel”. El naufragio se produjo el sábado 31 de enero de 1921 habiendo estado el «Santa Isabel» en La Coruña, de donde zarpó a las cuatro de la tarde, a la entrada de la ría de Arousa a causa de una extensa vía de agua que se le abrió en el casco, debido al fuerte temporal que azotaba aquellas costas peligrosas, tumba de otros barcos como el «Capitán Cisneros». Éste naufragio, el del “Santa Isabel” fue el 3º en importancia ocurrido en las costas de Galicia, y algunos de los supervivientes lograron llegar a nado a la isla.
El faro de Sálvora
Al sur de la isla, situado en la parte más saliente en el lugar conocido como Punta Besugueiros, se encontraba el Faro de Sálvora, comenzada su construcción en el año 1852 lo que fuera concebido como una pequeña luz local, se convirtió sólo seis años después en una luz blanca combinada con destellos rojos de dos en dos minutos que se podía ver a 10 millas de distancia.
Fue proyectado por Celedonio de Uribe, y no tenía más que dos habitaciones destinadas a los fareros y un almacén. El edificio era pequeño, con planta de hexágono irregular, poco habitable y con muy mala distribución. Sobre una torre cilíndrica, se situaba un balcón y un torreón hexagonal que soportaba la linterna y el foco luminoso a 6 metros sobre el terreno y a 25 metros sobre el nivel del mar.
La reforma del plan de Alumbrado significó su supresión, y para sustituirlo se construyó años después el que es el faro actual. El proyecto del nuevo faro es del ingeniero D.Ramón Martínez Campos y fue inaugurado el 5 de Diciembre de 1921, este nuevo faro tiene planta octogonal, y sus destellos eran blancos cada veinte segundos.
En el año 1925 se refuerza esta señal marítima con la instalación de un radiofaro de chispa Telefunken que se identificaba por las letras S-O-S emitidas durante 30” y seguidas de 270” de silencio. Pero esta identificación tuvo que ser cambiada en el año 1934 y sustituida por las letras R A, ya que la señal emitida era confundida por algunos buques con la señal de socorro SOS.
En el año 1951 se proyecta la ampliación del edificio, en la fachada Este se colocan grupos electrógenos, baterías y almacenes y en la fachada Oeste se ubica un taller y una vivienda.
En la actualidad este faro está electrificado y utiliza energía fotovoltaica.
El desastre del Prestige
El desastre del Prestige ha hecho mella en todo el parque das Illas Atlánticas, y no se salvó la isla de Sálvora, su áspera costa y sus playas se encuentran ennegrecidas por el vertido que todavía sigue saliendo de las entrañas del buque hundido, las galletas de chapapote cubren la arena de todo su litoral, y aunque se han llevado a cabo labores de limpieza el aspecto de la isla no es ni mucho menos el deseable. Su fauna marina ha sufrido la contaminación vergonzosa que todavía sufrimos en la mayoría de la costa gallega, las labores de limpieza en la isla se han dado por concluidas, pero todavía quedan rastros de fuel que recuerdan y seguirán recordándonos por mucho tiempo el último naufragio de un petrolero en nuestras costas.
“Na noite estrelecida” del gran poeta Ramón Cabanillas, las fantasías de Merlín y los sueños del rey Arturo están hoy manchados de negro.
Olga Andrés. Pontevedra. 18 Febrero 2003.
Nota: “Na noite estrelecida”, es una de las más importantes obras del poeta gallego Ramón Cabanillas, en la que eleva a Sálvora como uno de los lugares sagrados de los celtas y localiza en esta isla las fantasías de Merlín y los sueños del rey Arturo.