Justificando lo injustificable – por Emilio Sales Almazán

Escribo desde la indignación por la persistente manía de quererme vender una guerra por motivos plenamente justificados. Por venderme la guerra como el que ofrece un tambor de detergente o un producto bien empaquetado donde al abrirlo contemplas lo más hediondo del ser humano.

El ataque preventivo, ironía del poder para justificar un asesinato en masa de un pueblo, aval que necesita el imperio para matar, y que, por esa regla de tres, justificaría cualquier acción, te mato por si acaso se te pasa por la cabeza hacerlo conmigo.

Estas acciones quieren ser vendidas adecuadamente. ¿Que le pueden contar a las familias americanas si empiezan a llegar ataúdes con jóvenes estadounidenses? ¿Que han ido a luchar para aumentar la cuenta de resultado de las grandes compañías petrolíferas y de armamento? No, les contaran que han luchado por la democracia y contra el terrorismo internacional, eufemismos que de forma grandilocuente nos revenden a diario.

Las añagazas que han contado a través de la historia para justificar guerras. El crucero acorazado Maine fue hundido por los propios norteamericanos para justificar y declarar la guerra de Cuba a España. Eso fue hace años, pero su secuela ha sido utilizada en infinitas ocasiones para sucesos similares.

La falsa enfermera que declaró como vio soldados iraquíes matar niños de las incubadoras en Kuwait, para luego demostrarse que era la hija del embajador kuwaití en EE.UU. y que todo era un montaje para cambiar la opinión pública desfavorable a la intervención militar.

Las falsas noticias de que había un ataque con ántrax en el territorio norteamericano, cuando las cepas salían de propios laboratorios de EE.UU. Las dudas en los ataques y monstruosos crímenes del 11S, el ataque al Pentágono con serias dudas de que un avión fuera el causante de la agresión. Las justificaciones para atacar Afganistán, cuando ya en el año 1998 un alto cargo de una compañía petrolera declaraba ante la Cámara de Representantes la necesidad de plantearse un cambio en el régimen de Kabul, gobernantes que antes fueron apoyados por EE.UU., pero que no habían seguido la política “correcta”. Detrás de todo ello los intereses por el gas, y quizás, de la heroína.

¿Quién fue culpable del error en la masacre del refugio de Al Ameriya en Iraq?. Cuentan que un “daño colateral”, un error al lanzar una bomba inteligente, dos misiles que buscaban un laboratorio químico, y que el día 13 de febrero de 1991 masacraron a 408 civiles, en su mayoría mujeres y niños, pero que fuentes informadas alegan que la información de donde debía de penetrar los artefactos era de primera mano y que se sabía lo que se hacía.

Las plantas químicas donde se producen venenos y explosivos letales en Iraq resultan ser pueblos perdidos en las cercanías de Irán y en donde por no haber no hay ni electricidad. Periodistas españoles informaban que un frigorífico en esa zona era utilizado como armario al no tener utilidad alguna.

La población percibe que las armas de destrucción masiva son nucleares, cuando no hay energía nuclear (miles de niños y niñas mueren por efectos del cáncer, así como mujeres y hombres por efecto del devastador uranio empobrecido utilizado por las tropas americanas), luego esas armas son químicas, después se convierten en biológicas, pero que nadie encuentra. Precisamente van a invadir Iraq porque no tiene armas de esas características.

¿A qué viene tanta letanía de mentiras y falsedades?. ¿A qué viene ese seguidísmo enfermizo por parte del Gobierno español?.

Una pregunta me hostiga, ¿qué pasaría si un día el pueblo español elige un gobierno que, por vez primera, se opone a ser sojuzgado por la bota militar norteamericana? ¿Sería bombardeado?

En el año 1981 el más conocido como dibujante Máximo publicaba un libro titulado – No a la OTAN y otros incordios -. En el recopilaba las 3.569 principales razones para desertar de la tercera guerra mundial. Esas autenticas joyas del pacifismo y de la razón ante tanta ignominia son trasladables a la actualidad.

Quizás me sobrestimo, pero doy más valor a mi vida que a un barril de petróleo.
Trataré de evitar que Bush y Sadam se maten por medio de mi cadáver interpuesto.
Pienso que hay demasiada gente interesada en que el desarme sea utópico.
Holocausto, no gracias.
Estoy contra la masificación industrializada del negocio de pompas fúnebres.
Encuentro incompatible el derecho a la vida y el deber de ir a la guerra.
No tengo interés alguno en que media humanidad derrote a la otra media.
Mucho menos que la humanidad entera derrote a la otra media.
Soy opuesto al genocidio por nuestro bien.
No tengo acciones ni obligaciones en la industria de armamento.
Prefiero que la cirugía progrese con pacientes convencionales.
Creo que las guerras son evitables y los guerreros también.
etcétera, etcétera, etcétera……….

Emilio Sales Almazán
Coordinador Local de Izquierda Unida de Talavera, Castilla La Mancha

Colaboración