El Conselleiro de Pesca, Enrique López Veiga, después de una reunión marcada por la tensión con los representantes de las cofradías de Pontevedra, ha confirmado que pese a las entradas de fuel registradas a lo largo de esta semana, sigue abierto el marisqueo.
Ayer una nueva oleada de fuel alcanzaba a la costa gallega en forma de galletas y grumos, alcanzando a 245 playas, bastantes más que las que estaban contaminadas la semana pasada.
Las hipótesis de la procedencia de este fuel se suceden, por un lado la comisión del “seguimiento del Prestige”, culpa estos nuevos vertidos a que con la subida de las temperaturas el fuel se hace más líquido y el temporal bate las aguas, lo que hace que el vertido se desprenda de las rocas y vuelva a las costas gallegas; por otro lado el patrón mayor de Bueu cree que el chapapote encontrado estos días es nuevo, y que no se ha desprendido de roca alguna y que ni siquiera procede de las islas, ya que no contiene ni arena ni algas.
Lo cierto es que entre hipótesis e hipótesis el fuel llegó a la provincia de Pontevedra alcanzando a catorce playas, ocho más que en el día anterior y tuvo que ser retirado por el personal que se dedica a la limpieza de los arenales.
Pero la alarma es mayor, se sospecha de el que fuel navega entre aguas, por lo que es muy difícil divisarlo por los helicópteros que vigilan las costas.
En la provincia de La Coruña en el día de ayer los efectos del chapapote se notaron mucho más que en días anteriores, 238 playas contaminadas de galletas y fuel, 16 playas más que la semana pasada.
En la provincia de Lugo el daño ha sido menor, las manchas aparecieron en tres playas, una menos que la semana pasada.
Pero lo cierto es que desde hace tres meses día a día el mar arrastra fuel y lo deposita en las playas y en los acantilados. Me pregunto si el sellado de las grietas del Prestige es una medida suficiente, porque a la vista de lo expuesto aquí el fuel sigue contaminando los arenales gallegos, el verano está a las puertas ya, lo que hará que a las pérdidas sufridas por el colectivo de marineros, personas que trabajan en la lonja, hostelería y un largo etc, habrá que sumarle las pérdidas ocasionadas en el turismo, ya que Galicia es una Comunidad a la que cantidad de gente de otros lugares vienen a pasar sus vacaciones de verano, con estas perspectivas y a tres cuatro meses de lo que es la temporada estival, o se soluciona este problema, o el tirón turístico de Galicia experimentará considerables bajas.
Claro que, ya el Conselleiro de Pesca Enrique López Veiga ha restado importancia a todo este asunto y declaró en Pontevedra, refiriéndose a los restos de fuel y al chapapote “hay que aprender a convivir con ellos”. Sí señor conselleiro, ¿nos está pidiendo resignación? Pues le voy a decir una cosa, los gallegos, no queremos aprender a vivir con el chapapote, queremos soluciones, ya hemos vivido mucho tiempo resignados, callados, e ignorados, demasiado tiempo diría yo, ahora queremos SOLUCIONES.
Olga Andrés. Pontevedra 7 Febrero 2003