La opinión pública global tenía puestas sus miras ayer, en la sede de las Naciones Unidas. Allí se reunió el Consejo de Seguridad, con la intervención del Secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, como plato fuerte de la sesión. En este caso contra Irak – Case Againts Iraq-, Powell presentó una serie de pruebas acusatorias contra el gobierno de Bagdad.
Las acusaciones
El gobierno de los Estados Unidos, mediante su portavoz, denunció ante el Consejo de Seguridad de la ONU, una serie de actuaciones improcedentes por parte del gobierno de Sadam Huseim. Estas denuncias, que ya se habían hecho públicas en alguna ocasión, consisten principalmente en tres puntos:
– Posesión de armas y productos químicos, que se cifran en cientos de toneladas de sustancias contaminantes y 18 laboratorios móviles.
– Proliferación de armamento convencional. Según informó Powell, Irak trabaja en la fabricación de un misil de largo alcance (1.000 Kilómetros), así como en un avión no tripulado y con capacidad para diseminar productos químicos (autonomía de 500 kilómetros).
– Vinculación con grupos terroristas. Por un lado, se denunció la presencia en Bagdad de Musab Al-Zarqawi, al que se acusa de pertenencia a Al Qaeda y, de ser un especialista en gases letales. Asimismo se indicó la consolidación de un grupo integrista islámico al norte de Irak, se trata de la organización Ansar Al Islam (en castellano, Partidarios del Islam). Por último, se relacionó al gobierno irakí con grupos palestinos como Hamas y la Yihad Islámica.
Las pruebas
Durante aproximadamente hora y media, Powell presentó en formato multimedia una serie de informaciones recabadas por sus servicios de inteligencia. Dadas estas fuentes, resulta comprensible que el director de la CIA, George Tenet, flanqueara al Secretario de Estado durante su exposición.
Las fotografías presentadas, tomadas por satélite, nos muestran presuntamente, una serie de búnkeres de armamento químico, así como depósitos de munición, situados en Taji. De igual forma, otra fotografía nos muestra la presencia de camiones de gran tonelaje en la base militar de Al-Musayyib.
Por otro lado, también se aportaron varias cintas en las que quedaron registradas algunas conversaciones. Con ellas se trata de evidenciar que el ejercito irakí realizaba movimientos para ocultar material bélico, ante la eminente llegada de las inspecciones de la ONU.
Por ultimo, un video nos muestra como la aviación irakí ensaya el lanzamiento de sustancias contaminante.
La reacción de los miembros del Consejo de Seguridad
Disparidad de criterios tras la intervención de Powell, tanto por parte de los cinco países miembros permanentes, como de los diez cuya presencia es rotativa.
Del primer grupo, Rusia, China y Francia, son partidarios de prolongar los trabajos de inspección y vigilancia. EEUU y Gran Bretaña, opinan por el contrario, que prolongar estos trabajos es dar carta libre a los tiranos del mundo. Además su postura es clara, se desarmará a Sadam por la fuerza y, con o sin una resolución de la ONU que los avale.
De los miembros rotativos sólo España se alineó con la postura anglosajona, mientras que Chile, México, Siria, Pakistán, Angola, Guinea y Camerún se sumaron a la propuesta alemana, consistente en mantener un régimen más duro de inspecciones que garantice un desarme total y duradero de Irak.
Esto fue lo que dio de sí la jornada de ayer en Naciones Unidas. Si nos permitimos hacer un paralelismo, y considerar el Consejo de Seguridad como un parlamento de diplomáticos, la conclusión resulta dolorosamente clara. El conjunto de la sociedad global es contraria a la intervención militar y unilateral, pero las decisiones la toma el Presidente del Ejecutivo. Lógico, si tenemos en cuenta la Mayoría Absoluta del Ejercito de los Estados Unidos.
Daniel Pérez. Málaga. 6 Febrero 2003.