La economía norteamericana está sumida en una profunda crisis. Es claro que desde el poder político se debe intervenir para lograr su estimulación. El gobierno conservador de Bush ha planteado una reforma fiscal de hondo calado económico pero que tiene sus orígenes en su fundamentalista ultraconservador.
Estas recetas de clara política neoliberal no responden a las causas de la debilidad económica, porque introducen una fuerte discriminación a favor de las rentas más elevadas y sus efectos reducen la capacidad de maniobra para estímulos adicionales, incluidos los que puedan venir de la política monetaria.
Ronald Reagan desarrollo una profunda reforma neoliberal y conservadora en la economía norteamericana, con importantes recortes de impuestos, con un fuerte aumento del gasto militar y de la continuación de sus programas de gastos favoritos, todos ellos desarrollados al mismo tiempo. Las consecuencias de esta política fueron una serie de inmensos déficits presupuestarios, que pusieron en cuestión la propia economía norteamericana. Los siguientes presidentes, George Bush (padre) y Bill Clinton, tuvieron que aumentar los impuestos para arreglar el desorden de Reagan. Cuando Bill Clinton dejo la presidencia, existía un fuerte superávit presupuestario. Dos años después, con la nueva política de Bush (hijo) el déficit empieza a ser preocupante y lo que es más llamativo, este déficit aumentará exponencialmente con esta política fiscal y con el conflicto de Irak a la vista.
¿Qué medidas ha tomado?
Eliminación de la doble imposición de los beneficios empresariales. Esta es la medida estrella de todo el paquete y que supone un coste aproximado del 60% del recorte presupuestario, valorado en más de 670.000 millones de dólares.
Esta medida beneficia únicamente a quienes invierten directamente en bolsa o en fondos de inversión. Una minoría, porque por mucho que se hable de capitalismo popular, solo el 19% de los norteamericanos compran acciones y un 15% invierten directamente en fondos de inversión.
Este dato muestra el extraordinario sesgo favorable a los norteamericanos de mayor renta y patrimonio. El 25% de los beneficiados por la eliminación de este impuesto, cobra más de un millón de dólares anuales y el 65% de los beneficiados por esta modificación impositiva se encuentra en el 5% de la población que más gana.
Para Lee Burman del Institute Brookings esta modificación fiscal “es una idea descabellada, porque la inversión empresarial no se financia mediante la bolsa, sino mediante los beneficios no distribuidos y éstos se verán mermados, si hay más incentivos para los dividendos”.
El propio ex candidato republicano John Mccain critica la propuesta de Bush por “ ayudar a los ciudadanos más ricos”. Paso lo mismo con los recortes que propone en los impuestos sobre la renta, “ todavía benefician más a los ricos que la medida sobre los dividendos”.
Otras medidas, son la inversión de 3.600 millones de dólares, un 0,5% de la reducción fiscal anunciada, para crear cheques personales para el empleo, o la reforma integral del sistema educativo del país con la intención de su privatización junto al incremento de ayudas a los grupos religiosos.
Esta reforma se basa en el principio de que como las familias de mayores rentas ahorran más que los pobres, la Administración Bush sigue la doctrina antikeynesiana de los partidarios de la economía de la oferta y confía en que el aumento del ahorro acabará estimulando la inversión.
Como vemos, la principal obsesión de Bush y los republicanos es aprobar más recortes fiscales para que se beneficie a los ricos. Al mismo tiempo, que solicita grandes incrementos de gastos militares, con el conflicto de Irak a la vista. Es de prever un aumento muy importante del déficit público.
Desde mi punto de vista, para estimular la actividad económica no sólo norteamericana sino mundial es necesario eliminar los riesgos geopolíticos actuales, Irak, Corea, Palestina, que posibilite el crecimiento del gasto de las familias y empresas con políticas fiscales más adecuadas y menos ideologizadas y la inflexión en la tendencia alcista del desempleo.
Confiar en la recuperación del mercado de acciones(la Bolsa) como principal propulsor de la actividad económica es arriesgado y de una gran irresponsabilidad política. Pero lo es más, hacerlo sólo mediante estímulos fiscales diferenciados, sin eliminar esos nuevos e intensos factores de riesgo, cuyo origen no es otro que la propia administración norteamericana.
Ante tal descaro fiscal, cabe preguntarse: ¿Por qué votan los norteamericanos a favor de tales medidas? Las respuestas pueden ser tres. En primer lugar, en las elecciones norteamericanas la participación no se acerca ni al 50%, en segundo lugar, es que muchos votantes no ven los problemas que esta política acarrea y por último, pienso que la mayoría de los norteamericanos no votaron realmente a estas políticas.
La aplicación de esta política neoliberal provocara grandes déficit presupuestarios y un creciente malestar social dentro de Estados Unidos y en el extranjero. Puede para que los inversores extranjeros decidan dejar de financiar el presupuesto norteamericano y sus actuales déficit contables en condiciones favorables como hacen actualmente. Es previsible que el dólar se debilite y en consecuencia provocará un fuerte crecimiento de la inflación.
Los pobres, tanto dentro de Estados Unidos como del extranjero van a llevar la peor parte. Ante los grandes déficit presupuestarios que se van a originar con esta política económica irresponsable de Bush, va a provocar que no quede dinero disponible para hacer frente a los problemas de la pobreza, la enfermedad y la educación.
Ante la falta de conocimiento y de conciencia de los norteamericanos ante esta política económica, hará que los ricos se hagan con el regalo de muchos millones de dólares bajo el brazo, mientras que las capas sociales más necesitadas van a soportar las duras consecuencias durante años.
Esta política económica irresponsable que aplica Bush en Estados Unidos, tiene su paralelo en España. Veamos. El gobierno Aznar, lleva dos reformas fiscales, en la misma línea que Bush, donde se dan fuertes recortes en impuestos directos a los ricos y algunas migajas para los pobres, estas son las que aparecen en los telediarios, mientras que nos aumentan escandalosamente los impuestos indirectos. Con lo cual se recauda lo mismo, pero el sistema fiscal es cada vez más injusto, donde los ricos españoles son más ricos y la pobreza se va extendiendo. ¿Porque no hacen público las tributaciones de los ricos españoles como sucedía antes?, pues por miedo al escándalo que provocarían.
Nos dicen que las cuentas públicas van bien. Esa afirmación hay que ponerla en cuarentena. Para los políticos del Partido Popular, siempre se consigue el déficit cero, independientemente de la economía. Así, lo preveían con un cuadro macroeconómico con un crecimiento del 3% del PIB y una inflación del 2% y sin embargo los resultados son de un crecimiento del PIB del 2% y una inflación del 4%, seguimos estando en el déficit cero. Señores esta es la décima maravilla del mundo. Quiero proponer para el premio Nobel de economía a Rato y Aznar. Algún día sabremos de las maravillas que hacen con la ingeniería financiera, separando de la contabilidad aquellos agujeros negros como RTVE, INI, RENFE, etc. Entonces nos daremos cuenta de que la realidad no es tan brillante como nos la cuentan, sino mucho más dura. Nuevamente serán las clases pobres las que van a padecer esta crisis creada por la fantasía de unos políticos que en nombre de la modernidad, aplican la ya clásica política de favorecer al que más tiene. Hasta cuando va a durar esto.
Edmundo Fayanás Escuer.
Profesor de Historia.
Colaborador habitual de el Inconformista Digital
Incorporación – Redacción. Pamplona. 28 Enero 2003.