«Para que otro mundo sea posible, tenemos que inventar el periodismo crítico». Este es uno de los lemas del Foro Social Mundial 2003, recientemente inaugurado. Se trata de la tercera edición de un evento que resucita, a nivel internacional, las luchas por la transformación y la justicia social.
Durante cinco días se desarrollará este Foro que se inauguró el pasado jueves 23 de enero. Más de 100.000 participantes, representaran a unas 5.500 organizaciones de unos 120 países de todo el mundo. Pero aunque la asistencia al FSM aumenta cada año y es ya muy significativa, no estamos más que ante la punta del iceberg. El capital humano representado en el Foro se cifra en unos 50 millones de personas, que conforman la red mundial de ONGs. Se trata de llegar a una articulación planetaria del movimiento contrario al modelo neoliberal de globalización.
El presente FSM no sólo representa su tercera edición, sino que además entra en su tercera fase. La primera fase estuvo marcada por la resistencia a la idea del mercado global, la deslegitimación de sus argumentos y principios, así como la demostración de que no se trataba de un proceso inevitable ni irreversible. La segunda fase estuvo marcada por la afirmación del derecho a una globalización alternativa. En esta tercera fase, los esfuerzos estarán centrados en construir una red planetaria y por definir un programa común. Así, se propone articular un primer programa político que tendría ya fijada sus prioridades: agricultura y transgénicos, comercio, acceso al agua y a la educación, además de otros temas como las finanzas o la paz.
Conviene aclarar algunas cuestiones acerca de la estructura del Foro Social Mundial. Así, señalar que la discusión sobre las posibles vías de desarrollo del Foro y las metodologías de los eventos anuales son debatidas y acordadas en el ámbito del Consejo Internacional, conformado por 130 organizaciones, movimientos y redes cuya acción tiene alcance internacional o una representatividad reconocida. Por otra parte, al tratarse de un espacio de articulación (y no un movimiento, organización o entidad), no corresponde al FSM el promover campañas o acciones especificas, ni tampoco producir declaraciones o documentos de cualquier tipo. Por último, se entiende que partidos políticos e instancias gubernamentales tienen sus propios espacios de debate y organización, por ello estas instituciones o individuos son inscritos como observadores y no les está permitido el proponer actividades. Sin embargo, el FSM sí que busca la implicación de los gobiernos anfritiones en la organización de los eventos. Así mismo no se permite la participación de organizaciones armadas o militares.
Como complemento y desarrollo del Foro Social Mundial, durante el pasado año se celebraron eventos locales y regionales que han permitido la descentralización de esta experiencia. Entre ellos destacan el Foro Social Europeo (en Florencia), el Foro Social Pan Africano (Etiopía), el Foro Social Asiático (en la India), así como varios foros sociales nacionales y foros temáticos, como el Foro Social de Montevideo. En este sentido, destacar que la edición del 2004 tendrá lugar en la India, para retornar a Porto Alegre (Brasil) en el 2005. Se trata de dar una mayor cabida a zonas geográficas que aún no se han implicado por completo, como es el caso de Asia y África, sin perder de vista los logros ya alcanzados en América Latina en cuanto se trata de modelos económicos y sociales alternativos.
Mención especial merece tambien la decisión de desligar la agenda del Foro Social Mundial de la que es establecida por el Foro Económico Mundial, con sede en Davos (Suiza). Se romprerá así con la dinámica cumbre-contracumbre, a la que ya nos habiamos aconstumbrado.
Por último, estos serán los ejes temáticos del III FSM y su desglose:
Eje I. Desarrollo democrático y sustentable.
– Otra economía.
– Comercio, OMC y corporaciones.
– Dictadura financiera.
– Biodiversidad, agua y energía.
– Trabajo.
– Economía solidaria.
– Ciudades.
Eje II. Principios y valores, derechos humanos, diversidad e igualdad.
– Igualdad de géneros.
– Racismo e intolerancia.
– Derechos humanos.
– Migraciones.
– Soberanía alimentaria y reforma agraria.
– Educación, salud y seguridad social.
Eje III. Prensa, cultura y alternativas a la mercantilización y homogeneización.
– Democratización de la prensa.
– Arte y política.
– Diversidad cultural y lingüística.
Eje IV. Poder político, sociedad civil y democracia.
– Democracia.
– Movimientos sociales.
Eje V. Orden mundial democrático, lucha contra la militarización y promoción de la paz.
– Imperio y guerra.
– Justicia y paz.
– Instituciones multilaterales.
– Integración regional.
Atendiendo a la evidencia, millones de personas están empeñadas en cambiar el mundo. Son las gentes y los pueblos quienes quieren ser los amos de sus propias vidas, por lo que se están dando pasos importantes a través de caminos abiertos por ellos mismos. Esto significa un mayor grado de emancipación de nuestras sociedades que tratan de desligarse de la mano invisible neoliberal, que dice ser la única verdad y la única senda posible hacia la libertad.
Kilobites. Málaga. 26 Enero del 2002.