Hace ya años que numerosos estadounidenses ingenuos se preguntan por qué en todo el mundo odian tanto a los Estados Unidos. Son gente simple, que vive aislada del mundo, mirándose el ombligo y tomando coca y cola. Por fortuna hay muchos estadounidenses, aunque minoría, que sí saben por qué en otras naciones odian a su país y que miran al mundo en lugar de a su ombligo.
Los últimos cien mil que se manifestaron el sábado en Washington contra la guerra con Irak y los que acabaron con la guerra de Viet Nam son prueba de lo mejor de nuestro vecino. Los demás ni leen ni escuchan. Su arquetipo más representativo es el del gordo que llega del trabajo y se sienta frente a la televisión a tomar cervezas de lata. Pero solamente ve partidos de beisbol o futbol americano. Jamás noticiarios ni comentaristas serios. A este personaje múltiple la publicidad gubernamental le ha convencido de que su país es el mejor del mundo, el más bondadoso y el más generoso y que el bárbaro atentado del 11 de septiembre del 2001 fue porque los malvados musulmanes envidian y odian la forma de vida de los USA.
Él no entiende que lo que molesta a los islámicos no es cómo viven en Estados Unidos, sino que esa nación envíe soldados a imponer sus intereses y voluntades en SUS países y que apoye a un asesino terrorista como Ariel Sharon con el pretexto de combatir al terrorismo. Y lo mismo pensaron los guatemaltecos cuando la United Fruit derrocó a Arbenz; o los nicaragüenses cuando Ronald Reagan les impuso a los “contras”; o en Santo Domingo cuando los USA lo invadieron para poner un gobierno a su gusto; o en Granada cuando lo ocuparon para cambiar el gobierno; o en Panamá cuando para echar del poder a su antiguo agente y socio Noriega mataron miles de panameños; o en Viet Nam cuando hicieron una guerra estúpida y cruel para colonizarlo, o en Chile cuando Kissinger y la CIA asesinaron a Allende. ¿Por qué odian tanto a los Estados Unidos en el mundo? La lista de las razones requeriría libros enteros y ya los hay aunque no los lean los couch-potatoes que prefieren el beisbol.
Pero Washington se ha superado: en la actualidad los principios, la moral, la decencia, la honradez y la vergüenza están más ausentes de la Casa Blanca que lo estuvieron de Al Capone y los suyos a principios del siglo XX. Porque el señor George W. Bush, el más bajo coeficiente intelectual que jamás haya llegado al gobierno de Washington, está dispuesto a atacar a Iraq, a que sus bombas y sus cañones maten miles y miles de hombres, mujeres y niños iraquíes inocentes sólo por una razón: PARA APODERARSE DE LA RIQUEZA PETROLERA DE IRAQ EN BENEFICIO PROPIO.
Sadam Hussein es un asesino sin conciencia. No hay duda. Eso quedó probado cuando asesinó a miles de kurdos, mujeres y niños incluidos, y a iraníes con el gas mortal QUE LE HABÍA DADO ESTADOS UNIDOS, país que no reclamó a Sadam por tan horrendo crimen. Fue la nación de Bush la que le regaló armas de destrucción masiva cuando lo usó como títere contra Irán, que era entonces el eje del mal.
Sí, Sadam es un asesino, pero no es un peligro ni una amenaza para Estados Unidos. Y, por lo tanto, no hay NADA que justifique una guerra en la que morirían miles de inocentes y que podría volverse mundial. Por eso el mundo entero está en contra de ella. Una guerra sólo para que el grupo de petroleros millonarios que controla la Casa Blanca tengan más millones.
Thomas de Quincey escribió hacia 1827 “Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes”. Es una lástima que el señor W.Bush no tenga talento para escribir “Del asesinato masivo considerado como negocio”.
Hubiera sido interesante para estudios patológicos.
Juan Miguel de Mora.
Profesor de Indología en la UNAM (Universidad Nacional de México), y ex combatiente en la Guerra Civil española con las Brigadas Internacionales.
Colaboración.
Incorporación – Redacción. Barcelona. 24 Enero 2003.