Y Cuiña se manchó de chapapote

Han tenido que pasar muchos días para que en Galicia se produjese la primera destitución, esta tarde a primera hora el Presidente de la Xunta, Don Manuel Fraga Iribarne, ha destituido al Conselleiro de Política Territorial, Xosé Cuiña Crespo, hasta el momento posible sucesor del propio Don Manuel para la presidencia de la Xunta de Galicia.

Esta destitución se produce sólo unos días antes de que el presidente de la Xunta lleve a cabo la remodelación del Gobierno que preside, por la salida de las candidatas Manuela López Besteiro y Corina Porro que se presentan como candidatas a las alcaldías de Lugo y Vigo.

Xosé Cuiña comunicó al presidente de la Xunta el lunes pasado que ponía su cargo a su disposición, una vez que conoció la composición del nuevo Gobierno, por lo que hizo patente su disconformidad, y llegó a mantener hasta tres audiencias con el Sr. Fraga.

Durante toda la crisis del Prestige la postura de Xosé Cuiña de no comparecer para nada ante la prensa fue muy criticada. Esta tarde en una reunión que mantuvo con Fraga en Santiago de Compostela, le entregó una carta manuscrita de muy pocas líneas en las que explicaba las razones de su dimisión, terminando así una carrera política truncada ahora por el escándalo, en la que ha sido conselleiro desde el año 1990.

El escándalo se había destapado, cuando esta tarde conocimos la noticia de que una empresa del grupo de la familia del ya ex conselleiro, negoció la venta de al menos 8.500 trajes de agua y 3.000 palas destinadas a la limpieza de las playas manchadas por los vertidos del buque Prestige.

Este empresa, Gallega de Suministros Industriales, en un principio intentó la venta de estos materiales a la empresa pública Tragsa, que rechazó la oferta por ser demasiado caro el material ofrecido. Toda esta información fue rechazada por el gerente de Gallega de Suministros Industriales que dijo que ellos nunca habían vendido nada ni venderán a ningún organismo oficial.

Pero se ha sabido que este material fue vendido finalmente en el mes de diciembre a Tragsa y a la propia Xunta de Galicia a través de una tercera empresa radicada en Pontevedra, llamada Peycar. Ni la propia empresa Peycar ni el mismo Fraga han desmentido esta información.

La factura correspondiente a la venta de los 8.250 trajes y las 3000 palas asciende a 40.000 euros y lleva fecha del pasado 11 de Diciembre. El Gerente de la empresa de los familiares de Cuiña, que en principio ocultó la operación, ha admitido a un medio de comunicación que sí vendieron este material, y lo justificó diciendo que había sido una insignificante cesión de material sin beneficio debido a la alarmante situación por la que pasaba Galicia.

El Presidente de la Xunta leyó una nota a los periodistas entregada por Cuiña, en la conferencia de prensa posterior a la reunión semanal del Gobierno que preside, en la que éste afirmaba que su familia no vendió ningún material a la empresa Tragsa ni a la Xunta, pero Fraga aclaró el texto del ex conselleiro afirmando: “Quiere decir que puede haber vendido algún tipo de material que produce a otras empresas”.

Significativa afirmación la del Sr. Presidente de la Xunta, quien por otro lado agregó que la familia Cuiña cedió gratuitamente unos contenedores valorados en 36.000 euros a la propia Xunta de Galicia.

Es patente, si no lo era ya, el descrédito al que ha llegado el Gobierno gallego; sumado esto al desgobierno, a la falta de claridad en las informaciones, a la tardanza en poner arreglo a la situación creada en Galicia, a la falta de interés, a la falta de credibilidad y a la precariedad de medios, dando como resultado que la situación sea poco menos que insostenible y que éste sea el comienzo de un rosario de dimisiones y destituciones que tendrán que llegar por el bien de todos.

Ya ven, el chapapote es espeso, negro, pegajoso, difícil de desprender de la arena, de las rocas y de la moral de algunos, menos mal que no es escurridizo y pringa y además deja una mancha muy difícil de limpiar.

Ilga. Pontevedra. 16 Enero 2003