Más o menos Prestige

Fraga no dimite, según sus propias palabras, porque nadie lo haría mejor. A la vista de los acontecimientos se puede decir que nadie lo haría peor. En O Grove todo el pueblo está dispuesto a ir a una huelga de hambre “para que les escuchen”. La indignación y el enfado crecen con cada marea negra.

En Malpica los barcos no salen a recoger el chapapote de las Islas Sisargas. La razón: la Xunta les acaba de pasar el abono de una multa (de entre 2.000 y 3.000 euros) que les fue puesta en febrero. Nadie lo hace mejor que Fraga.

Mientras, los voluntarios siguen llegando y hacen que la presencia numérica del ejército sea irrisoria. El movimiento solidario de la ciudadanía está dejando en evidencia la mala gestión de las instituciones en una crisis que les supera como gestores.

Aquí hay mierda para todos, la cornisa cantábrica es también una zona arrasada por las mareas negras que traen las corrientes.

¿Por qué el Gobierno Central y la Xunta no denuncian a la compañía petrolífera responsable de la carga del Prestige para que corra con todos los gastos e indemnice a los pescadores y mariscadores?

Galicia existe, todos lo sabemos, pero ¿hasta cuando?, porque esta catástrofe va a producir otra, también terrible marea, la de la inmigración del pueblo gallego a la España interior para buscar en tierra lo que en el mar se está destruyendo.

El “Nautile” sella grietas, pero los técnicos del submarino dicen que se están abriendo cada día más. El casco del petrolero con la presión de la carga y la del fondo del mar se está convirtiendo en una tela que puede rasgarse en cualquier momento.

El chapapote se hace más grueso cada día, tan grueso como los problemas de las buenas gentes de Galicia que están al borde de la misma desesperación y eso a pesar de lo bien que lo está haciendo el señor Fraga.

Sanaa. Madrid. 24 Diciembre 2002