La muerte trota de nuevo por Caracas

Venezuela se encuentra bajo los efectos de una Huelga que dura ya casi una semana. Desde el pasado lunes, una intrigante alianza entre la patronal y sindicatos – Coordinadora Democrática – llama a la población venezolana a un paro generalizado, que tiene como objetivo la renuncia del Presidente Hugo Chávez.

Desde hace meses los venezolanos viven en un estado de constante crispación. La oposición no ha cambiado de estrategia tras el Golpe de Estado frustrado, allá por el mes de abril, y sigue prefiriendo una Venezuela convulsionada. Así, a las concentraciones de unos respondían los otros con caceroladas; a una marcha le seguía otra de signo contrario; y a unos medios de comunicación les responden otros, difundiendo noticias.

Dos bandos, dos hinchadas. El uno está compuesto por los partidarios del Gobierno. Es el grupo más numeroso, pero no el más influyente. Por parte de la oposición podemos contar las grandes fortunas del país ( vinculadas principalmente a la industria petrolera), a los grandes medios de comunicación y sindicalistas ( igualmente la mayoría del sector petrolero).

Ayer por la tarde alguien comenzó a disparar contra un grupo de opositores que se concentraban en una plaza de Altamira. En el altercado fue muerta una persona y otras 28 resultaron heridas.

Los medios opositores apuntan a Chávez como el responsable de los actos de violencia, y cuentan que el autor de los disparos estuvo residiendo cuatro días en la Plaza en la que se sucedieron los sucesos según el periódico El Universal. Mientras, los medios afines al Gobierno dan unas informaciones bien distintas. Así, parece ser que el autor de los disparos llegó el día antes procedente de Portugal, y que tras fallar en su intento de parecer un demente, termino confesando. Presuntamente este hombre habría sido contratado por el General opositor Medina Gómez, segun dicen en el periódico de la Asamblea Popular Revolucionaria de Venezuela.

La situación es tan crítica que podríamos calificarla de prebélica. Bajo tal hipótesis tenemos que atender a tres factores fundamentales.

La contienda mediática.

Esta batalla se libra tanto fuera, como de fronteras para dentro. Paradójicamente, el gobierno venezolano no controla los Mass Media del país. Más bien ocurre lo contrario, de forma que, estos medios están al servicio de la oposición y en ellos resulta difícil diferenciar la mera propaganda de la información veraz. Desde múltiples sectores se les acusa de instigar a la revuelta, de preparar montajes televisivos y de vender al mundo la imagen de una Venezuela mucho más caótica y enfrentada, de la que realmente existe.

Por otra parte, y sobre todo a raíz de los sucesos de Abril, el gobierno ha reforzado su influencia sobre los medios de comunicación públicos, y se han abierto diversos sitios web desde los que la misma población trata de informar de los sucesos. Se ha conformado la figura lo que podemos calificar como ciudadano-cronista. Actualmente el principal empeño de estos grupos es poner en marcha sus respectivas ediciones impresas.

El control de los recursos.

El llamado paro activo está encabezado por la oligarquía del país. Tratan de bloquear el suministro de las principales mercancías. Así, algunas empresas privadas del sector marítimo pusieron sus remolcadores al servicio del paro y “secuestraron” algunos buques petroleros. La estrategia consiste en provocar un desabastecimiento del país, con sus consecuentes apagones eléctricos y paralización del transporte; y la perdida de los contratos y negocios de exportación que la empresa pública que gestiona el petróleo Venezolano tuviese entre manos en esta semana. Como contrapartida, el Gobierno de Chávez ha “rescatado” esos buques mercantes, relevando a la tripulación y deteniendo a los capitanes de los barcos. Por otra parte se ha incrementado la presencia militar en las refinerías y en otros centros claves de la industria petrolera.

Pero no se queda la cosa ahí. Centrales lecheras como la de Parmalat han sufrido sabotajes. Las autoridades de algunas localidades se muestran preocupados por la seguridad de sus lonjas y mercados de abastos.

Las fuerzas armadas.

Por un lado tenemos una serie de mandos del ejercito que no reconocen a Chávez y que desde hace un par de meses se concentran en la Plaza Francia, precisamente el lugar donde se produjeron los últimos disturbios con armas de fuego. Sin embargo estos oficiales no tienen tropa bajo su mando, y podemos afirmar que el grueso del ejercito está junto a Chávez.

La situación Venezolana es crucial para el futuro de todo el continente latino americano, ya que las contradicciones que se encarnan allí ahora pueden reaparecer en cualquier momento, en el resto de países de la región.

Kilobites. Málaga. 8 y 9 Diciembre 2002