Lo esperábamos, pero no queríamos creerlo, esperábamos también un milagro, pero no pudo ser, el fuel llegó a Cíes y llegó a toneladas por la Isla Norte, y llegó también a Ons y a Sálvora, llenando de negro un paraíso irrepetible ecológicamente y económicamente hablando.
Enseguida centenares de marineros, pescadores y voluntarios así como centenares de barcos se pusieron a trabajar en la difícil tarea de intentar que el chapapote no tiñese las playas y las rocas de la Islas, tratando de evitar lo inevitable y quitando el vertido del mar con sus propias manos.
El Parque Nacional das Illas Atlánticas vivía el día más largo de su historia.
No se pudo evitar que las manchas llegasen a la costa, pero si se puede intentar retirar las que flotan en el mar, y así poco a poco desde embarcaciones, unas más grandes y otras más pequeñas, teñidas también de negro, marineros y pescadores se afanan en la difícil tarea de limpieza, unas veces con la manos desnudas, otras cubiertas con guantes de goma, todos unidos sin aliento, sin descanso, intentando que el daño sea el menor posible, intentando luchar con el mar y con las circunstancias.
Algunos voluntarios declaraban al llegar a las playas de las islas que el espectáculo era dantesco, no esperaban encontrar lo que allí se encontraron, algunos con lágrimas en los ojos declaraban “Isto é demasiado”, “É moi inxusto”; la sensación de desolación era general.
Según algunos trabajadores son más de 400 toneladas de chapapote las que cubren las rocas en las Islas Cíes, durante la jornada de ayer se logró retirar cerca de diez toneladas, pero la marea volvió a cubrir del negro manto todo lo que alcanzaba a su paso, y vuelta a empezar.
Aunque la Xunta de Galicia, ya muy tarde, ha mandado algún material, todo se queda corto, el desastre es muy grande, y muchos los voluntarios que están ayudando en la limpieza, no hay mascarillas ni equipo para todos, muchas personas que participan en estas tareas de limpieza han comprado de su propio bolsillo el equipo.
En el día de ayer el fuel ocupaba el 80% de la Isla de Sálvora, el 70% de la Isla de Ons, y el 30% de las Islas Cíes, pero se teme que en las próximas horas las Cíes sufran un mayor desastre debido a que los vientos arrastran hace ellas las manchas que todavía hay a la deriva.
El director de Parques Nacionales consideró una auténtica catástrofe todo lo acontecido en el día de ayer para las Illas Atlánticas.
Además de marineros, pescadores y voluntarios llegados de diversos lugares de la geografía, también han viajado a las Illas un centenar de agentes enviados por Medio Ambiente, (biólogos, veterinarios, capataces, etc) para estudiar in situ los destrozos ocasionados por los vertidos.
Pasará mucho tiempo hasta que podamos disfrutar de estas islas de agua azul y cristalina, de interminables playas de fina arena blanca. Hoy todo está negro en Cíes, Ons y Sálvora, sus playas y sus rocas; y no solamente este bello paisaje ha sido destrozado, sino un entorno subacuático único en Galicia lleno de especies de gran valor (sargos, pulpos, erizos, sollas, anguilas, camarones, nécoras, róbalos, percebes, centollas, mejillones, etc…). Todo sigue negro en Galicia, negro y pegajoso, sólo la solidaridad de tantas y tantas personas llegadas de los sitios más dispares de la geografía, ha hecho que los gallegos nos sintamos arropados, nos sintamos queridos, gracias a todos de corazón.
Ilga. Pontevedra. 7 de Diciembre 2002