Película-documental
Director: Michael Moore
USA/Canadá/Alemania 2002 – 122 minutos.
Es prácticamente imposible describir con palabras una obra maestra cinematográfica. No obstante cuando se contempla una de estas extrañas joyas el espectador queda literalmente clavado en la butaca anonadado ante la visión.
Los Estados Unidos de América es un gigantesco país, en el cual por la fuerza de la matemática estadística, de sus aproximadamente 270 millones de habitantes un porcentaje de ciudadanos es capaz de abstraerse de la mediocridad general y poseer un intelecto y una lógica propias. Claro está que, pongamos por ejemplo, un 1% de 270 millones significan 2.7 millones de personas potencialmente bendecidas por la brillantez. Aquí la realidad refuta las teorías científicas, si bien en este caso ejemplos de brillantez los hay a raudales, Woody Allen, Lou Reed, Noam Chomsky, Janis Joplin, Louis Amstrong, Tom Waits, Jack Kerouac… y miles de ellos y ellas más.
Michael Moore nos presenta esta brillante y siempre constructiva crítica al gran problema de las numerosas muertes por arma de fuego en la sociedad estadounidense. Con un espíritu descaradamente irónico pero impasible, Moore afronta el problema desde una perspectiva rabiosamente lógica, portando la dignidad humana por bandera y realizando un profundo análisis de las causas y consecuencias. El gran logro de Moore, y ahí es dónde se le debiera alabar, es su fuerza de voluntad para confrontar a responsables y poderosos con la verdad al desnudo, verdad que jode pero curte. Una verdad que muestra como el miedo intencionadamente programado por medios de comunicación y gobernantes interesados nos atrapa en el limbo del nuevo falso Dios. Llámenle dinero, consumismo, poder…como deseen.
En definitiva una película imprescindible. Muy amena. Un destello de raciocinio y responsabilidad dentro del gran panorama hipócrita hollywoodiense. La pregunta ahora es cuantos Oscars y otros galardones cinematográficos recibirá esta película-documental.
Vonkayoyen. Heildelberg. 7 Diciembre 2002