La locomotora socialdemócrata europea: panorama político actual en Alemania

Esta semana pasada ha quedado constituido el nuevo Bundestag-parlamento federal alemán. La relacción de parlamentarios electos surgida de las últimas elecciones federales de septiembre es:

SPD (Sozialdemokratische Partei Deutschlands-Partido Socialdemócrata de Alemania) 251
CDU/CSU (Christlich-Demokratische Union-Unión Democrática Cristiana/Christlich-Soziale Union-Unión Social-Cristiana) 248
Büdnis 90/ die Grünen (Alianza 90/ Los Verdes) 55
FDP (Freie Demokratische Partei-Partido Liberal Demócrata) 47
PDS (Partei des Demokratischen Sozialismus-Partido del Socialismo Democrático) 2

Durante el fin de semana tanto die Grünen como SPD han celebrado sendas conferencias extraordinarias (Sonderparteitag) con objeto de presentar y aprobar la nueva coalición del denominado gobierno roji-verde, que más que presumiblemente otorgará el martes 22 de octubre la posibilidad a Gerhard Schröder de acceder a un segundo mandato como Bundeskanzler (canciller federal). El contrato de coalición se presenta bajo el lema: Erneuerung-Gerechtigkeit-Nachhaltigkeit. Für ein wirtschaftlich, soziales und ökologisches Deutschland. Für eine lebendige Demokratie (Renovación-Justicia-Sostenibilidad. Por una Alemania económica, social y ecológica. Por una democracia viva).

Por un lado en la conferencia del SPD se resaltó por parte de un reforzado Schröder su victoria sobre la CDU/CSU, victoria que no es tal sin la colaboración de sus socios de gobierno, die Grünen, que son moralmente los grandes vencedores de las elecciones. Los verdes lograron contra pronóstico un gran apoyo que flotaba dudoso por los aires de parte del electorado joven, el cual apuesta por una Alemania tolerante y democrática, pero con voz propia dentro del concierto internacional. Parece que la plasticidad gráfica y la buena imagen proyectada en los carteles propagandísticos de los modernos verdes dio sus frutos y encandiló a una buena parte del electorado progresista.

Pero no es todo un camino de rosas para la coalición roji-verde. En la conferencia de los verdes se dejaron oir voces procedentes de las bases que reclaman una apuesta firme por la paz aferrándose a los principios ecopacifistas que en teoría rigen el partido. Tendrá que tomar nota Joscka Fischer, ministro de exteriores, que en esta ocasión no recibió ningún pastelazo en la cara como ocurriera ya en un congreso del partido. A su vez la ampliación del funcionamiento de una vieja central atómica alemana por parte de los socialdemócratas no ha sentado bien dentro de las filas verdes, si bien sobre el transporte de materiales radiactivos a través de Alemania que sigue causando polémica y numerosas manifestaciones e intentos de bloqueo de esos trenes radioactivos nada se ha dicho y se mantiene el status quo de los dirigentes verdes al respecto.

Así pues se enfrenta el gobierno a problemas que vienen ya de atrás y no son desconocidos a la opinión pública germana. El gran reto es sin duda la lucha contra el desempleo. Grandes paquetes burocráticos con enrevesados sistemas de actuación y financiación están proyectados ante este drama que afecta principalmente a los estados procedentes de la DDR (Deutsche Demokratische Republik-RDA República Democrática Alemana) siempre contando con el escepticismo declarado de la oposición. Habrá que ver si la maquinaria burocrática alemana resulta efectiva. La coyuntura económica pinta adversa en lo que parece una nueva confirmación de esas crísis cíclicas del capitalismo que nos empiezan a resultar ya tan conocidas. Aquí habrá que observar también con cautela las medidas a tomar, aunque en este aspecto no parece que el actual ministro de finanzas, Hans Eichel, tenga el arrojo necesario para introducir grandes cambios en el sistema. Se planea una reforma de los impuestos, y aunque vagamente se anuncian por ejemplo tasaciones sobre los beneficios obtenidos en bolsa. En relacción con este punto cabe recordar la fulminante desaparición del progresista Oskar Lafontaine como ministro de finanzas del primer gabinete de Schröder en la pasada legislatura.

En las filas de la CSU, el candidato conservador Edmund Stoiber, derrotado en su asalto a la cancillería, retorna a su feudo baviero dónde es primer ministro, dejando en teoría vía libre a la secretaria general de la CDU, Angela Merkel, desacreditada incluso desde su propio partido por su excaso carisma frente a un más populoso Schröder.

Dentro del FDP se buscan cabezas de turco. Muy lejos del 18% que se fijaba el candidato Guido Westerwelle como objetivo en breve (el porcentaje de voto obtenido por el FDP quedó situado en el 7.4%). La estrategia populista menos impuestos, más trabajo ha sido básicamente rechazada o por lo menos no ha resultado creíble. El número dos del partido, Jürgen Möllemann ha presentado su dimisión en gran parte por un escándalo de financiación irregular de sus panfletos propagandísticos antisionistas. Un gran tabú en torno al semitismo se deja respirar todavia en esta alemania post-III Reich y contra este aspecto la campaña política en contra del gobierno de Ariel Sharon se demostró poco fructífera.

Finalmente por el PDS las aguas bajan revueltas. Con un 4% en el cómputo federal no alcanzó el mínimo del 5% requerido para tener acceso a representación parlamentaria. La dimisión en el verano pasado de Gregor Gysi, líder intelectual del PDS, debido a un escándalo de viajes privados financiados com kilómetros gratis otorgados por Lufthansa (kilómetros gratis acumulados con sus desplazamientos oficiales) dejó en cierta medida huérfano al partido. No obstante el partido de izquierdas sigue contanto con un apoyo real en las regiones de la ex-RDA y obtuvo dos parlamentarios por elección directa en Berlín. El SPD no ha perdido el tiempo ante la crisis surgida en el PDS y lanza ofertas de acogida dentro de la socialdemocracia a los descontentos del PDS.

La República Federal Alemana busca la estabilidad que otorga el estado del bienestar, si bien la consecución de tal logro depende muy mucho de los hechos, que serán los que concederán o retirarán credibilidad a la coalición roji-verde.

Von Kayoyen. Heidelberg. 21 Octubre 2002.