El Sureste Asiático siempre fue una región que destacó por su inestabilidad. Este espacio insular que incluye países tan importantes y diversos como Indonesia, Malasia, Filipinas, y los pequeños Singapur y Brunei, había mostrado en las últimas décadas un repunte económico que les haría valer a dichas naciones el calificativo de Tigres Asiáticos.
Pero como ya es usual en el tercer mundo capitalista, este espejismo de abundancia se desmoronó en los últimos años, con resultados tan inesperados como la caída del eterno presidente Suharto en Indonesia.
Esta semana el mundo ha vuelto a dirigir sus ojos a esta apartada región, debido a una serie de cruentos ataques terroristas. El más importante, sin lugar a dudas, fue el atentado múltiple ocurrido en diversos centros nocturnos de la paradisíaca isla de Bali (Indonesia), centro de peregrinación de surfistas de todo el mundo y sobre todo de la cercana Australia. El balance de víctimas mortales ya trepa a 200 y se teme que sigan aumentando, ya que las autoridades australianas reportan un mínimo de 300 desaparecidos. Con estas terroríficas cifras el atentado entra en el ranking de los más cruentos de toda la historia, siendo el peor desde el 11/s.
También el Archipiélago de Filipinas, colonia yanqui hasta la Segunda Guerra Mundial y de mayoría católica, ha sufrido una serie de atentados esta semana, el último de ellos en Manila, cuando estalló un autobús repleto de pasajeros, al más puro estilo Hamas. El día anterior la capital de Filipinas había sufrido tres explosiones, sumadas a siete bombas que lograron neutralizarse antes de que pudieran estallar.
Y por supuesto todos señalan al fundamentalismo islámico como responsable de estas acciones, más precisamente al grupo Yemaa Islamiya, que parece buscar un gran estado regido por la ley islámica en toda la región. Según los servicios de inteligencia de EEUU, Filipinas e Indonesia, dicho grupo constituye una especie de susursal de Al Qaeda en el Sureste Asiático.
Ya es algo impresionante como la propaganda yanqui nos quiere hacer tragar que Al Qaeda está en todos lados, ya sea en campos de entrenamiento en Irak e Irán (lo que no tiene ningún sentido, teniendo en cuenta que el régimen iraní es enemigo mortal tanto de Al Qaeda como de los Talibanes) o operando en la triple frontera Argentina-Paraguay-Brasil, vaya a saber uno con que finalidad.
Y es que al Bush le viene de perlas esto de que sus ciudadanos vean a Al Qaeda matando occidentales por todo el mundo, con tal de justificar sus guerras de conquista frente a la crédula opinión pública norteamericana. Lo que nos hace pensar que todo esto no acaba mas que empezar.
Marcomic. Montevideo. 19 Octubre 2002.