Operación Norhwoods: Cuando EEUU planeó atentados contra su población civil

Pasado el traumático día del 11 de septiembre de 2001, poco a poco comenzaron a salir a la luz las siempre infaltables teorías de complots y conspiraciones. Estaba claro que existían elementos de la versión oficial poco claros, como por ejemplo el porqué la CIA no hizo nada cuando tenía información detallada de lo que podría pasar ese fatídico martes.

Pero los excépticos siguen afirmando que es imposible que un estado democrático y liberal como los Estados Unidos pudiera hacerle algo así a su propia población. ¿Imposible? Unos documentos declasificados de la CIA muestran que en el 1962 el gobierno de los EEUU planeó atentar contra su población con tal de justificar una invasión a Cuba. Dicho plan se conoció como Operación Northwoods.

Hagamos memoria. En 1958 una revolución liderada por Fidel Castro y Ernesto Che Guevara derroca al dictador cubano Batista, con el apoyo de EEUU. Pero para sorpresa del gobierno norteamericano, el régimen castrista no tarda en declararse abiertamente socialista y alinearse con la URSS. Los yanquis, preocupados por encontrar ahora a escasos 100 km al enemigo, no tardan en organizar una contrarrevolución anticastrista: el estrepitoso fracaso de Bahía de Cochinos. Kennedy (el entonces presidente estadounidense), encarga a su estado mayor un nuevo plan para derrocar a Castro, aunque se opone a cualquier intervención militar. Los militares extremistas no toleran este pacifismo de Kennedy, por lo que deciden crear una operación capaz de justificar una acción militar contra Cuba, mostrando a Fidel Castro como un satánico enemigo implacable de occidente.

La Operación Northwoods consistía en una serie de acciones terroristas, de las cuales se responsabilizaría a Castro y su régimen. Los atentados propuestos eran los siguientes:

– Un ataque a la base de Guantánamo, con mercenarios de uniforme cubano, que provocaría varias víctimas.

– La explosión de algún buque norteamericano frente a las costas cubanas (episodio que recuerda al del buque Maine, excusa yanqui para atacar a España). Se harían falsas listas de víctimas y se organizarían falsos funerales.

– Realizar atentados con explosivos contra la población cubana exiliada en los EEUU.

– Bombardear países vecinos de Cuba como República Dominicana, utilizando obviamente explosivos y aviones de origen soviético.

– En plena carrera espacial, destruir un vuelo espacial tripulado, con algún astronauta célebre como John Glenn, para añadirle dramatismo.

– Fingir un ataque de cazas cubanos a algún avión de pasajeros estadounidense, que acabaría explotando en el aire.

Evidentemente dichas acciones traerían de consecuencia la muerte de numerosos ciudadanos estadounidenses, de hecho en ese aspecto radicaba el éxito de la operación: mientras más muertos hubiera, más justificado estaba un ataque contra Cuba. Afortunadamente la actitud moderada de Kennedy pudo más que el extremismo de sus generales, y el plan nunca se llevó a la práctica. Pero queda como evidencia que para muchos en el ejército estadounidense el fin justifica los medios.

Marcomic. Montevideo. 20 Septiembre 2002.