Sabra y Chatila: el 11 de septiembre palestino

Ayer fue el aniversario de la matanza de Sabra y Chatila. Los hechos trágicos que sucedieron el 16 de septiembre de 1982 son para el pueblo palestino lo que el 11 de septiembre para los EE.UU, sin celebraciones apenas, sin cobertura y sin información, hacen que permanezcan en el olvido y la ignorancia del mundo civilizado, dejando así clara la importancia y el valor de lo muertos según su nacionalidad y status económico.

Miles de víctimas, gente del pueblo, palestinos que vivían exiliados en los campamentos de Sabra y Chatila en el sur del Líbano el 16 de septiembre de 1982 fueron asesinados. La matanza que duro tres días fue provocada por las milicias cristianas del Líbano y con el beneplácito de las tropas israelitas emplazadas en la zona. La ofensiva brutal por parte de las milicias libanesas fue la represalia a la muerte de su líder Bashir Gemayel, las tropas israelitas situadas en toda la zona circundante a los campamentos de Sabra y Chatila estaban bajo la responsabilidad directa del actual primer ministro de Israel – Ariel Sharon. La responsabilidad o implicación en estos crímenes de guerra por parte de Ariel Sharon fueron incluso mencionadas por una comisión israelita creada para esclarecer lo que sucedió en Sabra y Chatila. Más sospechosa es la situación y la posible implicación directa del actual ministro israelita si recordamos la muerte tras un atentado de Elie Hobeika, líder libanés de las matanzas que iba a testificar en contra de Ariel Sharon en el juicio de los tribunales belgas, juicio puesto en marcha por familiares de las víctimas que finalmente resulto invalido por no hallarse el presunto culpable en Bélgica.

Sabra hoy ya no es un campo de refugiados, es un humilde barrio libanés, por lo contrario Chatila lo sigue siendo, un lugar vergonzoso donde mal viven miles de palestinos exiliados forzosamente de sus tierras, lugar donde parte de esos mas de 300.000 palestinos son ignorados por el gobierno libanés haciéndoles vivir sin ningún tipo de derecho y en unas condiciones deplorables. El Líbano quiere olvidar esa guerra ya pasada y naturalmente olvida lo que quedo de ella en sus tierras.

En cuanto a nuestro mundo civilizado, el que hay que defender de la amenaza terrorista, bombardeando si es necesario a gente inocente a priori, nada parece conocer de estos hechos igual de trágicos y lamentables que los acaecidos el 11 de septiembre en los Estados Unidos de América. El pueblo civilizado no sabe ni conoce, en parte porque no quiere y en parte porque no puede conocer. No puede conocer porque los grandes medios, al igual que nuestros gobiernos, tienen dos varas de medir las tragedias e informaciones: no valen lo mismo mil muertos palestinos que mil muertos estadounidenses. Hay que guardar las apariencias, y por lo tanto no valen lo mismo los que son productivos que los improductivos y pobres, unos hacen vivir a los poderosos y otros solo causan molestias, a esos hay que verlos como el enemigo, aunque de enemigo imaginario se trate, no sea que el verlos como víctimas y desgraciados haga buscar enemigos en despachos y mansiones de potentados, iría contra lo establecido iría en contra de las reglas.

La pregunta es: ¿Hasta que limite se piensan que los pueblos de nuestra civilización capitalista van a entender que se creen estructuras de poder como el Tribunal Penal Internacional donde criminales de guerra de los nuestros como Ariel Sharon no lo van a visitar ni virtualmente? O la pregunta mas inquietante: ¿El hecho que la desfachatez de los supra poderes políticos y económicos este llegando a niveles insospechados anteriormente, pasándose por el forro cualquier tipo de derecho universal, es quizás un signo de la abolición de los mismos siendo antesala de un poder autoritario a nivel mundial? Las respuestas siendo un poco realista y conocedor de nuestra historia bien podrían estar en nuestro pasado, quizas en las preguntas soy un poco exagerado pero, ustedes mismos pueden formarse un criterio sobre ello.

Marlowe. Barcelona. 17 Septiembre 2002.