El retorno de la tragedia se escribe en la cancha: USA 80 – 87 Argentina

Dice Nietzsche en El Origen de la Tragedia que, la evolución y progresión del arte son el resultado de las relaciones del espíritu apolíneo y del espíritu dionisiaco. El nombre asignado a estas dos fuerzas está tomado de la mitología griega.

Nos cuenta que Apolo es el dios de las apariencias, y es al mismo tiempo, el responsable de la plenitud de belleza del mundo del ensueño.

La Grecia antigua vivió una época de gloria y, con un domino monopolístico de la influencia de Apolo. Toda una cultura de corte dórico se instala a modo de fortificación e impide que las gentes de la polis se contaminen de hábitos, pensamiento e ideas de bárbaros.

El griego tuvo necesidad de la evocación del ensueño olímpico y dio también nacimiento al mundo olímpico, engendro de Apolo, aunque él se encuentre entre las demás como una divinidad en medio de otras divinidades iguales. Los dioses, viviéndola ellos mimos, justifican la vida humana.

Ese ensueño olímpico tiene algunas analogías con el ensueño americano. Una especie de burbuja de origen divino, o simplemente financiero, hace que el norteamericano sea una clase distinta del resto de los humanos. Paraíso de la libertad, la justicia y la vida digna. La mejor vida.

Ahora, los personajes de tragedia, nos cuentan su vida en un nuevo formato: el cinematográfico. No diré que no tienen buenas razones para creer en su privilegiada situación humana cuando invocan a todas las fuerzas de la naturaleza y exclaman, soy ciudadano de los Estados Unidos.

Pero lo que sí quiero comentar son dos buenas razones por las que pueden dejar de creerse como y lo que son. El despertar de un sueño de este tipo siempre tiene consecuencias y la literatura tiene buenas muestras de las complicadas relaciones que se dan entre la vida y el sueño. Descubrir que la realidad es sólo apariencia provoca un gran horror en el hombre, turbado de repente por las formas aparentes. Este es precisamente el resquicio que mejor sabe utilizar Dionisos para introducirse en el juego y ganarse el respecto de Apolo.

En la semana que desembocará en el primer aniversario del 11S podemos decir que tal fenómeno ha tenido, respecto al ensueño, un efecto parecido al del café. Algo tiene que cambiar respecto a tu forma de ver el mundo cuando ves caer las Torres Gemelas, y no por el hecho de verlas caer, y con tus propios ojos, sino por haberlo visto en las noticias y no en el cine.

Y por otra parte, que un equipo de baloncesto, representando a los EE.UU y formado en su totalidad por jugadores de la NBA – cosa que ocurre desde 1992 y porque empezaban a perder medallas – , pierda en competición oficial; también funciona a modo de despertador. Ironías de la vida, han sido los Argentinos los que han conquistado el sueño de doblegar al Dream Team. Precisamente ellos, que están viviendo a día de hoy la pesadilla del sueño americano.

Kilobites. Málaga. 5 Septiembre 2002.