Sólo unos pocos privilegiados podrán contar o dejarán constancia de haber vivido un siglo, no es fácil ni corriente, sólo está reservado para algunos, éste es el caso de Leni Riefenstahl, que en este mes de Agosto ha cumplido cien años de intensa y controvertida vida.
Leni nació en Berlín el día 22 de Agosto del año 1902, cuando era muy joven comenzó la carrera de bailarina, que se vio truncada por una lesión de rodilla, de menisco, para ser más exactos. Corría el año 1924 cuando presenció una película del Dr. Arnold Frank, por la que quedó tan subyugada que no cesó hasta ponerse en contacto con el director, y fue Arnold quien escribió para ella la que sería su primera película, El monte sagrado, éste sería su primer contacto con Arnold Frank, pero seguirían trabajando juntos durante mucho tiempo, él dirigiendo ella haciendo de actriz.
Hubo otra película que marcaría su vida, El acorazado Potemkin de Einsesteim, con ella descubrió que el cine también es arte.
Tuvo muchas ofertas, incluso la de ir a Hollywood y en el año 1932 dirigió La luz azul que fue premiada en el festival de Venecia.
Fue durante este año cuando recibió una invitación que no esperaba, Hitler quería conocerla, Hitler admiraba su cine y admiraba el tesón de esta mujer que se resistía a caer en las fauces de Hollywood.
Ella, según sus propias palabras respetaba a Hitler pero condenaba sus ideas racistas y xenófobas, a la par que reprobaba la persecución judía por parte del dictador, y odiaba a Goebels por aquel entonces ministro de propaganda.
Pero aún así aceptó la dirección de dos documentales sobre el congreso del partido El triunfo de la fe (1933) y El triunfo de la voluntad (1936) este último obtuvo el Premio Nacional de Cinematografía, la medalla de oro en la Bienal de Venecia, y medalla de oro también en la Exposición Universal de Paris en 1937.
El propio Hitler le encargó la filmación de una de sus obras más representativas Olympia, en donde recoge los momentos más brillantes de los juegos olímpicos de Berlín del año 1936, en este film se refleja todo el talento cinematográfico de Leni, su obsesión por la belleza, la exaltación del cuerpo masculino y la perfección atlética.
Mientras nos preguntamos como el genio artístico de esta mujer pudo ponerse a disposición de algo tan abominable como el nacionalsocialismo, Leni sigue defendiéndose mientras replica: Yo sólo filmé lo que se veía, y asegura que jamás pensó en política mientras rodaba, pero mientras otros intelectuales alemanes como Thoman Mann o Bertolt Brecht, dieron la espalda al régimen emigrando a otros países, ella, Leni Rienfenstahl no sólo permaneció en él, si no que filmó y documentó por encargo de Hitler el congreso nacionalsocialista, lo que le costo pagar un alto precio durante toda su dilatada vida.
Después del estreno de Olympia en el año 38, coincidiendo con el cumpleaños de Hitler, viaja a Nueva York donde acude a promocionar dicha película, pero en América aunque la película era considerada una obra maestra, nadie se atrevía a distribuirla.
Una vez comenzada la II Guerra Mundial fue colaboradora como corresponsal en Polonia, pero horrorizada por la contienda solicitó que la enviasen de nuevo a Berlín y jamás volvió a rodar escenas bélicas.
Después de unos tiempos difíciles, en los que fue detenida en tres ocasiones por los americanos, y una vez por los franceses, de haber fracasado su matrimonio, y después de innumerables juicios, en 1961: viaja a África. Cuando se encontraba en Nairobi, recuperándose de un accidente descubre en una revista por casualidad los cuerpos esculturales de una tribu primitiva denominada los Nuba, los que vivían al sur del Sudán. Se obsesiona tanto con este tema que a la edad de 60 años viaja a las tierras de esta tribu primitiva, integrándose perfectamente en las costumbres, aprendiendo su lengua y compartiendo casa y comida, es el lugar donde hará unas de las más hermosas fotografias de toda su carrera.
Tuvo problemas para publicar su primer libro sobre los Nuba, alguien creyó ver entre esos cuerpos de guerreros, perfectos y bien formados, reminiscencias de su pasado nazi al lado de Hitler, por lo que el mencionado libro no se publicó hasta pasados diez años.
Sus últimas incursiones fotográficas pertenecen al mundo acuático, su última obra recién montada es: Impresiones de debajo del agua, una bella película de 45 minutos sobre los arrecifes de Papua, en Nueva Guinea, cinta que será estrenada para conmemorar el centenario de su nacimiento. La última vez que se sumergió en el agua para sacar una toma para esta película contaba con 97 años.
Par más información: http://www.leni-riefenstahl.de/eng/index.html
Su vida va a ser llevada al cine por la actriz Jodie Foster.
Ilga. Pontevedra, Galicia. 27 Agosto 2002