Los rumores sobre un crisis seria en Uruguay están sobre la mesa y ayer el prestigioso diario Clarín los sacó a relucir: El riesgo país subió un 22,25% hasta los 2.195 puntos. El dólar se ha disparado hasta los 29 pesos. Hay retiradas masivas de depósitos bancarios que en los últimos 7 meses se cifran en el 40% y se habla de la implantación del corralito al estilo argentino.
El paro se encuentra en el 15,6% y con riesgos de dispararse. La pobreza está en rápido aumento. Se anuncian huelgas por parte de los sindicatos PIT-CNT. El ingreso medio en los hogares en mayo 2002 bajó un 5,4% sobre similar período en el 2001. El nerviosismo se ha instalado en los mercados locales con un escenario poco alentador. Las reservas del Tesoro cayeron un 68%. La situación ha llegado a tal punto que el mismo Presidente Batlle se ha visto obligado a lanzar mensajes de confianza y a declarar que Uruguay cumplirá con todas sus obligaciones interna y externamente. La política neoliberal apoyada por el Fondo Monetario Internacional también aquí puede hacer aguas. Una vez más la crisis golpea con fuerza a las rentas medias y bajas, porque las altas ya tienen su dinero asegurado fuera de Uruguay, muy probablemente en los Estados Unidos.
Uruguay con 176.000 km2 y una población de algo más de 3 millones de habitantes, de los que casi la mitad viven en la capital Montevideo, se ubica entre Brasil, al norte, y Argentina ,al sur, y es actualmente una República democrática. Pero no siempre fue así. De 1973 a 1985 sufrió una brutal dictadura militar que persiguió y eliminó sistemáticamente cualquier vestigio de izquierdismo en el marco del Plan Condor diseñado por la administración norteamericana ante el crecimiento de la izquierda en Centro y Sudamérica. La actuación militar en Uruguay, aunque eclipsada por la publicidad de las sufridas en Argentina y Chile, no fue ni menos virulenta ni menos salvaje.
También allí, en Uruguay, los militares consiguieron la impunidad por el genocidio cometido con la Ley de Caducidad votada en referéndum y aprobada por mayoría popular en 1989. Así Uruguay se sumaba, silenciosamente, a los países que como Chile han sido incapaces de juzgar a quienes en su día masacraron al pueblo sospechoso de cualquier veleidad con la izquierda. Como acto de dignidad nacional cabe mencionar el rechazo popular, expresado en una votación en la que el 57% de los votantes dijo no en un clima de libertad cero, a la Constitución promovida por la dictadura militar en 1980. En cualquier caso, la represión continuó.
Hoy en día los protagonistas de la escena sudamericana son los mismos para toda Sudamérica. Entre ellos los grandes patrocinadores del neoliberalismo: el FMI y el Banco Mundial. Las recomendaciones del Banco Mundial para el gobierno Batlle en su actual etapa de gobierno hablan de más de lo mismo: privatización de las líneas aéreas, reestructuración del servicio civil de la Administración del Estado, reforma de la seguridad social, privatización de la compañía nacional del gas, privatización de los puertos, privatización de la construcción y explotación de carreteras, liberalización de los mercados financieros, etc, etc etc… ¿Les resulta familiar? Es la receta de siempre.
¿Le pasará a Uruguay como a Argentina después de soportar las reformas directas del FMI? ¿Qué sucederá con las tasas de crecimiento en Uruguay, seguirán a la baja? Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001, Consejero del Gobierno Clinton y ex Vicepresidente del Banco Mundial, ha dicho: El neoliberalismo no tiene base. El neoliberalismo no fomenta el crecimiento económico ni aumenta los niveles de productividad. Por ejemplo, Argentina, antes gozaba de un gran apoyo del Fondo Monetario Internacional, gran patrón neoliberal, y fíjese como está ahora el país. Las cifras son claras: las tasas de crecimiento de las últimas décadas apenas llegan a la mitad de las alcanzadas en los años 50, 60 y 70. Pero aún hay cosas peores. En los lugares donde se ha producido algún tipo de crecimiento, solamente un 10% de privilegiados disfruta de los beneficios. Los sectores más pobres de la sociedad no ven las mejoras. Es más, la mayoría considera que su situación ha empeorado.
¿Qué hará Uruguay con su política económica? ¿Se decantará por políticas mas sociales de desarrollo o seguirá la senda fundamentalista neoliberal? ¿Se impondrá la desobediencia civil propugnada por la izquierda? Desde luego, si siguen el pésimo ejemplo de las medidas gubernamentales argentinas ante la crisis el desastre está servido. Uruguay está hoy en la encrucijada, tuvo estabilidad pero no crecimiento, mientras tanto USA sigue calificándole como país modelo en la región y el Ministro de Economía uruguayo afirma que se está pasando la peor crisis desde la independencia.
Rasputin. Valencia. 26 Julio 2002