Hace pocas semanas 73 países (la Unión Europea al completo inclusive) han acordado crear el Tribunal Penal Internacional con la pretensión de juzgar a criminales de guerra que no se puedan o no se quieran juzgar en el país de origen, ardua tarea a la par que interesante.
Más reciente es la salida de la política por deficiencias mentales producidas por la edad del ex dictador y criminal de guerra Augusto Pinochet, me pregunto que hubiera pasado si este TPI hubiera estado constituido cuando el susodicho era prisionero en Londres por orden del juez Baltasar Garzon. La pregunta es imposible de responder ya que lo que planteo no sucedió en ese orden, si no al revés, pero uno puede especular que poca cosa.
Argumentos de base para pensar eso son sencillamente producto de una observación de los hechos antes y después de la creación del TPI en relación con Pinochet. El ex dictador fue retenido en Londres después de la persecución que hizo el juez español Baltasar Garzon con decenas de denuncias de españoles que perdieron parientes en Chile cuando Pinochet dio el golpe de estado; el tribunal londinense traspaso el problema a Chile, donde a su llegada no solo no fue juzgado si no que se le concedió el titulo de senador vitalicio, titulo que hasta que el viejo no ha perdido la cabeza ha conservado. Recuerda un poco al poder mantenido por nuestro dictador el general Franco, lo dejo de tener una vez muerto. En España tras la muerte de Franco que lo dejo todo atado y bien atado, miles de fascistas seguían en el poder, y hoy sus hijos los relevan, en Chile, aunque ahora manda el centro izquierda sucede algo parecido, de ahí que Augusto Pinochet hasta que no ha enajenado ha conservado su grado de poder y su buen nombre entre el gobierno chileno. ¿Se imaginan ustedes que el proceso democrático en España hubiera sido antes de la muerte del dictador? ¿Hubiéramos tenido a Franco de diputado vitalicio? Mejor no especular demasiado ya que algún que otro mandamás del viejo régimen sigue aun en el poder, eso si democráticamente.
En el TPI, casos distintos serian los de países invadidos por tropas aliadas. Pensemos en criminales de guerra del calibre de Milosevic, el que día si día no, se ríe de los jueces, manifestando que de criminales de guerra hay muchos incluidos los que hicieron bombardear poblaciones civiles en Serbia, y aunque a él eso no le quite culpa alguna en sus actos, lleva razón. Más razón lleva, si Estados Unidos el guardián del mundo no reconoce dicho tribunal por lo que pudiera pasar, retirando incluso sus tropas estacionas en Kosovo. Estados Unidos quiere inmunidad que no es mas que impunidad para hacer y deshacer a su antojo. De los países del eje del mal ya ni hablemos, ya que son el mal, esos no apoyan el TPI, pero puede que si lo visiten. Podría también extenderme inmunidad a países como China, que gozan de la inmunidad que le otorga lo de un país, dos sistemas, o de Israel, donde el criminal de guerra Ariel Sharon campa a sus anchas con el consentimiento y la complicidad internacional.
En definitiva, el nuevo Tribunal Penal Internacional nace con muy buenas intenciones pero a la practica solo podrá condenar a criminales que se encuentren en países de tercer orden y presumiblemente ocupados por tropas occidentales, siendo optimistas quizás sea más amplio el campo de acción, como lo es el de la ONU, uno de los gigantes de pies de barro.
Marlowe. Barcelona. 8 Julio 2002