Brasil ha ganado, se acabó el Mundial

El mundial 2002 no ha dado buen fútbol de calidad, si bien sus particularidades le darán un destacado lugar en la historia del balompié moderno. Tres sentimientos dominaron el torneo: la decepción, la indignación y la sorpresa.

Decepción la de los grandes favoritos. Las apuestas por todo el globo daban como favoritos a Argentina, Francia y Portugal, equipos que terminaron eliminados en primera fase. Francia, la anterior campeona mundial en el 98 y de la Eurocopa en el 2000, tuvo la peor de las suertes, al conseguir solo un punto en un grupo que parecía bastante accesible en un principio. La ausencia de la estrella Zidane no parecía demasiado obstáculo para una selección enormemente sobrestimada por la crítica deportiva. El optimismo inicial de los franceses acabó ya en el primer día del mundial, con la sorpresiva derrota frente a la debutante Senegal. En el segundo partido, frente a Uruguay, Francia pudo rescatar a duras penas un punto, cuando el encuentro ya parecía perdido debido a la expulsión de Henry en el primer tiempo. Y finalmente en su encuentro con Dinamarca, poco pudieron hacer frente a la efectiva ofensiva danesa, capitaneada por Thomasson, uno de los goleadores del torneo.

Lo de Argentina también fue para el olvido, aunque comenzaron ganando frente a Nigeria por 1 a 0 el primer partido. Sin embargo la derrota frente a los ingleses, en uno de los clásicos del fútbol mundial, hizo peligrar su clasificación. Los temores se confirmaron cuando el partido con Suecia finalizó en empate. El gran favorito eliminado en primera ronda.

Lo más lamentable del campeonato fueron los arbitrajes, que perjudicaron claramente a varios equipos. Desde mi punto de vista hubieron dos razones para tal desastre: por un lado hubieron árbitros malos, que se equivocaban para ambos lados en un partido, como el caso de Uruguay- Senegal, con dos penales inventados (uno para cada lado) y un gol en claro fuera de juego. Pero también estuvieron los árbitros que despertaban serias sospechas, favoreciendo siempre al mismo equipo. Ejemplos hay varios, pero los mas destacables son los robos a Turquía y Bélgica en sus partidos con Brasil, y a Italia y España en sus partidos con la locataria Corea del Sur. Este último encuentro, fue el más desastroso de todos, con dos goles españoles inexplicablemente anulados y en la definición por penales, un claro del adelantamiento del portero surcoreano en el penal de Javier no cobrado.

Pero lo más destacable fueron las sorpresas. Además de las tempranas eliminaciones de los favoritos, hubieron varias revelaciones. La de Corea del Sur, que mas allá de los favorables arbitrajes, tuvo algún mérito en llegar a semifinales por primera vez en su historia; la de Turquía, equipo del que se esperaba poco y nada y que terminó tercero y la de Senegal, que con una maravillosa delantera y un inteligente director técnico lograron la mejor demostración de fútbol del mundial. También fueron sorpresa los finalistas, que si bien siempre fueron grandes históricos, para este torneo no prometían mucho debido a que ambos se terminaron clasificando por los pelos tras respectivos desastres (los 5 goles que recibió Alemania frente a Inglaterra de local, y la enorme cantidad de sorpresivas derrotas en las eliminatorias sudamericanas).

Sin embargo ambos equipos lograron lo más importante, que es la efectividad lo que les permitió llegar a la final cómodamente. Brasil es el justo campeón, un equipo sin demasiadas luces, pero sin duda el mejor en este opaco mundial.

Marcomic. Montevideo. 1 Julio 2002