Ha sido una campaña dura, francamente animada, en la que los candidatos más conocidos: Uribe, Serpa, Garzón y Sannin, han calentado el ambiente hasta el último momento en busca del triunfo.
Colombia se jugaba mucho y los candidatos lo sabían, pero ni aún asi han conseguido movilizar a la sociedad colombiana que presa quizás del hastío, la desconfianza, la indiferencia y hasta el miedo, ha preferido mayoritariamente dar la espalda a estos comicios y no votar. El 54% de los colombianos con derecho a voto han decidido, por una u otras razones, abstenerse en las recientes elecciones generales y proclamar asi a la abstención como la verdadera triunfadora.
Este dato objetivo, el 54% de abstención, que ha pasado desarpercibido en los medios de comunicación, empobrece sobremanera el triunfo electoral del lider ultraconservador Uribe por mucho que el mismo Bush se apresurara a recibirle el proximo día 20 de Junio en Washington con el Plan Colombia como fondo. Tan solo votó el 46% de los colombianos con derecho a voto. Es decir, solo el 46% de los colombianos con derecho a voto votó y de ese 46% que votó, el 53% lo hizo por Uribe. ¿Se puede pedir un resultado más pobre en participación ciudadana?
Desde la consolidacion del bipartidismo liberal – conservador – , a principios del siglo XX, fruto de la «Guerra de los Mil Dias» tambien conocida como de la persecución de los radicales, la sociedad colombiana no levanta cabeza. Hoy Colombia tiene un 64% de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza, de las que un 23% viven en situación de pobreza extrema, mientras que una pequeña minoría controla una altísima proporción de la riqueza del pais. Curiosamente, aunque el país creció en los últimos 12 años la pobreza también aumentó, lo que nos indica que hubo aún mayor concentración de la riqueza durante este tiempo. (datos en www.bancomundial.org) La estructura económica y social de Colombia sigue siendo hoy una copia de la que España tuviera en el S XIX e incluso bien entrado el S XX: hacendados, ejército e iglesia juntos.
La izquierda representada por Lucho Garzón obtuvo un 7% de los votos. Pocos votos, pero en otro orden de cosas todo un triunfo si tenemos en cuenta que era la primera vez que se presentaba y que acabó la campaña electoral vivo. Así estan las cosas en Colombia: 4.500 militantes de izquierda y dirigentes sindicales asesinados por los escuadrones de la muerte o paramilitares, en los últimos diez años, con la cobertura de las fuerzas de seguridad, sin que hasta la fecha hubiera sido ni procesado un solo matón. 4.500 asesinatos impunes, amén del también impune, asesinato del Arzobispo de Calí, Monseñor Duarte, que murirera asesinado por las balas de los escuadrones de la muerte en el 2001. Los defensores de los Derechos Humanos tampoco están a salvo en esta locura exterminadora del paramilitarismo y también cuentan sus víctimas. Hasta los llamados niños de la calle, o niños que abandonados por sus familias de escasos recursos se pueden ver por las calles de las ciudades de Colombia, también caen muertos a manos de esos escuadrones. Nadie queda libre de su acción.
En todo caso, aunque Uribe sea Presidente con un 54% de abstención, su campaña no ha sido sino de una constante radicalización: declaraciones de guerra a muerte contra la guerrilla, propuestas de incorporar a un millón de civiles al conflicto como informadores, o acusaciones de haber repartido armas entre los paramilitares a mediados de los 90 cuando era gobernador de la provincia de Antioquía, no han pasado inadvertidas. Como tampoco pasó inadvertida la calurosa felicitación que le dedicó el Comandante Mancuso, del Estado Mayor paramilitar. Y de repente, como si algo le hubiera hecho cambiar, como si algún resorte hubiera saltado, Uribe nada más resultar elegido dedica sus primeras declaraciones públicas a decir que quiere reabrir las conversaciones de paz con la guerrilla, que rompiera el Presidente saliente el también conservador Pastrana, con la ONU de mediadora ¿Es verdaderamente Uribe un hombre para la paz? De momento, Koffi Anan, Secretario General de la ONU ha dicho que estudiará con cuidado la petición de Uribe de que la ONU medie en unas nuevas conversaciones de paz.
Las dudas existen. Están ahi sobre la mesa. ¿Se alejará Uribe de su duro posicionamiento en la campaña electoral y de su historia personal o por el contrario convertirá en ciertas las supuestas vinculaciones con los paramilitares e incluso el narcotráfico? Una incógnita que no tardará en despejarse en próximas fechas por el Presidente elegido con menos participación popular de toda Sudamérica.
Rasputin. Valencia. 31 Mayo 2002