Las cruciales elecciones del domingo en Colombia han terminado con el resultado esperado: el independiente Álvaro Uribe fue elegido presidente por mayoría absoluta, un 53%, lo que le evita una segunda vuelta con el liberal Serpa, el segundo candidato mas votado. ¿Cuáles son las causas de este arrollador triunfo, sin precedentes en la historia colombiana?
Si nos ponemos a repasar sondeos electorales anteriores a las elecciones, vemos que hasta hace pocos meses el candidato favorito era el liberal Serpa, quien siempre defendió una salida pacífica al conflicto que sostienen las fuerzas armadas colombianas con las FARC, el principal grupo guerrillero del país. Uribe, quien había sido anteriormente alcalde de Medellín, la segunda ciudad más poblada del país y gobernador del departamento de Antioquia, con un discurso de confrontación total con la guerrilla, debía conformarse con un lejano tercer puesto, tras Serpa y la conservadora independiente Noemí Sanín. Sin embargo, cuando el gobierno colombiano y las FARC rompieron el diálogo de paz, tras el secuestro de un avion comercial por parte de los guerrilleros, Uribe dio un salto en las encuestas, colocándose rapidamente por encima de Serpa.
Así pues, el aplastante triunfo de Uribe marca el fin de la paciencia del pueblo colombiano con la guerrilla, que ya poco tiene de marxista y mucho tiene de narcotráfico. Esta guerra civil interminable tiene además otros dos grupos armados: las Autodefensas de ultraderecha, igual de salvajes que las FARC, cuyo lider en su autobiografia se congratula de haber mandado ejecutar a un candidato presidencial de izquierda en los comicios anteriores; y el grupo guerrillero maoista, el ELN, que si bien es menos poderoso que las FARC o las Autodefensas, sigue teniendo una influencia importante en el norte del país.
Los colombianos ya están cansados de tener un país con tanto potencial económico empobrecido por una lucha de ideas que ha pasado a ser una lucha de narcotraficantes. Están cansados de los atentados a civiles, de la violencia sin sentido. Están cansados de la corrupción, el caos y la destrucción. Y por eso han votado a Uribe, con la esperanza que un gobierno mas fuerte pueda acabar con todos esos problemas y que pacifique al país de una vez. «Mano firme, corazón grande» ese fue el slogan de Uribe.
Marcomic. Montevideo. 27 Mayo 2002