Por qué las cosas no suelen salir bien

¿A quién le interesa repartir el poder cuando ya se tiene? Por eso nunca termina la dictadura del proletariado.

Señores, si esto es lo que hay y vamos todos en el mismo barco, yo prefiero ahogarme.

Deber ser lo malo de la izquierda, la gente piensa demasiado. Es más cómodo un movimiento de borregos. Esto se aplica incluso en la más demócrata de las democracias: sólo una vez cada cuatro años por favor. Más puede resultar perjudicial para la salud. Que esto lo pida un movimiento declarado como izquierdista, contestatario y abiertamente desobediente, me parece absurdo. Si cada uno ha de pensar, por supuesto que todos no vamos a opinar lo mismo, pero ahí entra la tolerancia, el saber estar, un mínimo de educación y el dejarlas pasar.

El problema empieza cuando se descalifica personalmente a la gente que no opina como tú. Veamos, yo creo que el mundo no va bien, tú ves los mismos problemas que yo. Si no nos caemos bien, nos ignoramos y punto, pero no nos tiramos de los pelos. Por el bien de todo el mundo, para no crear bandos, para no separarnos, porque así se perdió la Guerra Civil. Que la historia sirva para algo.

Somos los hijos no deseados del sistema. Si tú quieres crear un nuevo sistema, tampoco lo quiero. Si no quiero que el Estado se me imponga,
¿qué te hace pensar que voy a permitir que tú te impongas a mí? Te ofreceré mi ayuda si hace falta, no porque te quiera, sino por el bien
de todo un grupo que se mueve en la misma dirección.

Pero no me niegues que piense sólo porque no pienso como tú. No me digas que tienes toda la verdad, porque nadie puede tener todas las
respuestas. Ni siquiera conocemos la mitad de las preguntas.

El pueblo unido jamás será vencido. No veo que futuro podemos tener, qué podemos cambiar, si ni siquiera ahora, dejamos de darnos bofetadas
unos «antiglobalizadores» con otros. Es una lástima, pero como sea así a gran escala, no duramos ni quince días.

aleia. Madrid. 5 Abril 2002.