¿Qué lugar ocupa la filosofía en nuestros días?

Hoy en día la filosofía está sometida a un verdadero proceso de descalificación, atacada y desprestigiada, o lo que es peor, existe en general, un desinterés total por la misma.

Es preciso reaccionar y reflexionar sobre lo que ésta ha significado históricamente, dentro de la empresa cultural humana, y ver si todavía le queda alguna función que desempeñar. Algunos filósofos hasta han llegado a considerar que la actividad filosófica carece totalmente de sentido en estos días, Schlick (líder del famoso Círculo de Viena) se atrevió a anunciar que la filosofía tenía los días contados, ¡triste aseveración!.

La mayoría de los críticos actuales, reconocen a la filosofía el haber contribuido de forma importante al progreso de la humanidad, pero a la vez siguen sosteniendo su fin histórico, al desembocar ésta en el conocimiento científico; es poco más o menos que relegarla a un segundo término, en lo que obviamente estoy en total desacuerdo.

En este mundo técnico en el que vivimos, no hay que olvidar que cada vez se exigen más resultados prácticos, y se acusa a la conciencia humana su falta de relevancia en los grandes problemas planteados en la actualidad. Se considera que temas analizados por filósofos, poco o nada tienen que ver con los problemas humanos-técnicos de nuestro tiempo.

Queramos o no, la filosofía en nuestros días está marcada por la apatía y desorientación, influida en parte al parecer, por el carácter práctico de nuestras ideologías y comportamientos actuales.

No es la primera vez en nuestra historia, que la filosofía se ve marcada y analizada en ese sentido, y no por eso dejó de desaparecer de la vida intelectual humana.

En esta sociedad actual científica-técnica, donde el desarrollo de la civilización ha dado lugar a grandes controversias: como la degradación del medio ambiente y deshumanización de la vida diaria –entre otras -, es preciso que la filosofía tome de nuevo el lugar que le corresponde, intentando plasmar en la realidad una auténtica vida humana “de acuerdo con la razón”; en definitiva, en ésta crisis, es necesario que levante el vuelo, como ya dijo Hegel: “La lechuza de Minerva solo emprende el vuelo al atardecer”.

Ahora bien, ¿qué o quién determina el lugar de la filosofía en el amplio espectro humano?, Es difícil, pero ello no quiere decir que no lo tenga, como igualmente es complicado el determinar qué actividades son consideradas filosóficas o no… y no por ello, no las haya.

Dicho todo esto, es necesario intentar encontrar un camino satisfactorio para poder comprender su papel, y hallar el sentido de ésta a través de la historia. Hay que adentrarse en ella y ver si sigue teniendo vigencia y validez en nuestros días.

Tenemos que ver el resultado del pensamiento en cada una de las diferentes épocas históricas, y es lógico pensar que las soluciones filosóficas pasadas, no pueden o podrán resolver las dudas y planteamientos de la actual, ya que se dieron necesidades y circunstancias diferentes en cada una de ellas. Pero sí podemos analizar y valorar el porqué surgió y para qué fue necesaria esta actividad, y la razón por la qué los filósofos “filosofaron”.

Una mirada a la memoria histórica filosófica del pasado, nos hace ver que la filosofía ha sido siempre solidaria y leal con su propio tiempo y fuertemente comprometida en la búsqueda racional, aportando soluciones para aquellos problemas teóricos y prácticos de los seres humanos, enseñando a no perder de vista la “realidad” para ir en pos de problemáticas metas ideales.

Hoy como ayer, la filosofía debe seguir siendo aquella actividad crítica y creadora que fue siempre, y aceptar el reto de dar respuesta a los nuevos problemas y necesidades planteadas.

Indudablemente nuestra época está caracterizada por un desarrollo considerable y constante de las ciencias junto a la técnica y eso hace prever nuevos y diferentes planteamientos.

El materialismo exacerbado junto al adoctrinamiento científico del “todo vale”, practicado por las sociedades avanzadas de hoy en día, está dejando al hombre fuera de juego, para poder decidir sobre su propio destino y la solución no pasa por volver la espalda a estas dudas y preguntas generadas por la sociedad actual, cualquier respuesta necesita de alta dosis de pensamiento y disponer de suficientes herramientas necesarias, entre las que se encuentra la “reflexión filosófica” especialmente útil y complementaria.

Este es un problema de responsabilidad “moral y político”, y una cuestión de “reflexión intelectual” en general.

Si bien es cierto que la “eficacia práctica” del razonamiento humano, no es inmediatamente visible, algunas veces hasta imposible, y resultar un esfuerzo baldío, no lo es menos, que la actividad filosófica junto a la científica, constituyen la única garantía de progreso real, para el individuo y la sociedad en general.

“Ya que la ciencia no tiene valor real intrínseco más que como “instrumento de sabiduría”, la filosofía es la única ciencia que solo sabe procurarnos esa satisfacción íntima, porque encierra por así decirlo, el círculo científico y finalmente procura a las ciencias orden y organización”. E. Kant Logique.

LyNex. Valencia. 22 Marzo 2002.