España. 2001.
Dirección: Pedro Almodovar
Interpretes: Javier Cámara, Darío Grandinetti, Rosario Flores, Leonor Watling.
Benigno es un enfermero que se dedica a cuidar a una chica que esta en coma. La lava, la cambia de posición, le hace la manicura, le corta el pelo…
pero sobre todo, le habla. Le habla sin esperar una respuesta, bueno, él tiene la esperanza de que algún dia le responda, despertando así de su estado.
Javier Cámara, que esta excelente en esta cinta, protagoniza esta historia de amor, desamor y sentimientos a flor de piel. Junto a él, la hermosa Leonor Watling, que hace de la chica en coma en cuestión.
Tambien tenemos otra historia cruzada, la de Darío Grandinetti llenando la pantalla de su presencia y Rosario Flores bordando un papel pasional, duro, con fuerza pero tambien con un lado tierno y femenino.
Es torera, en una corrida sufre un accidente que la deja en coma, y él es un autor de guias de viaje, un hombre con aires de persona solitaria y que está enamorado de ella.
Marco y Benigno se conocen en el hospital cada uno arrastrado por una mujer.
Aunque en el cartel aparezcan las dos actrices femeninas, los protagonistas son ellos, aunque también podria tener otra lectura mas profunda y las protagonistas sean ellas..
Almodovar nos ofrece en este film otra ración de sensaciones viscerales, de desamor, y de lo destructor que puede llegar a ser el exceso de amor y de bondad.
No lo encuentro a la altura de su obra anterior, por la que se llevó un oscar y numerosos premios internacionales, pero si logra arrancar al espectador humor, entretenimiento y sobre todo sentimientos pasionales, cotidianos y la cara oculta de la desesperación interior de los personajes.
Las interpretaciones son la base de toda esta historia, los personajes, sus vidas, sus inquietudes y como les a tratado el amor a cada uno de ellos.
Todos los actores estan perfectos y adecuados en sus respectivos papeles.
Se va asentando un tipo de cine en Almodovar mas poético y relajado, está consiguiendo una madurez profesional importante e interesante y tambien con la participación imprescindible de Alberto Iglesias, que como siempre nos deleita con sus melodias aportando poesia a las imágenes.
En definitiva, una pelicula que gusta ver pero no llega a tomar la altura de otros guiones anteriores.
Sin pretender comparaciones inutiles, las peores peliculas de John Ford, no eran obras maestras, pero eran grandes peliculas.
Vibrissae. Sevilla. 22 Marzo 2002.