Este fue el lema más repetido en la manifestación contra el PHN (Plan Hidrológico Nacional) que aconteció en Barcelona el domingo 10 de marzo. No olvidemos que PHN no supone sólo trasvase del Ebro, sino también construcción de grandes embalses y pantanos en el Pirineo.
A dicho encuentro acudieron personas de todo el territorio estatal, incluso de algunas partes de Europa. Pero fueron los habitantes de las tierras del Delta y los de la Comunidad de Aragón los que acudieron en masa, por ser los más afectados por las obras que propone el PHN. Las previsiones de afluencia de los organizadores superaban el medio millón de personas. Es difícil hacer una aproximación exacta ya que, como es habitual en todas las manifestaciones multitudinarias, los números que arrojan las fuentes oficiales son demasiado dispares. Seguramente se alcanzaron las 400.000 personas, teniendo en cuenta que no todos pudieron llegar a la Plaza de la Catedral, donde se leyeron los manifiestos, por quedar ésta demasiado pequeña para el acontecimiento. Si realmente preveían una participación masiva, ¿por qué se asignó un lugar tan pequeño para la concentración final? No sé si la elección del lugar corrió por cuenta de los organizadores o dependió de los permisos cedidos por el Ayuntamiento de Barcelona pero, sin duda, considero que es un detalle muy importante ya que la fuerza que pueden tener tantas personas juntas se vio muy reducida.
No ocurrió ningún suceso que lamentar, excepto la aparición de los representantes del PSOE, que fue abucheada unánimemente. Este partido se empeña en liderar la causa antitrasvase, pero apoyando el Pacto del Agua en Aragón (lo que supone la construcción de embalses en el Pirineo para trasvasar aguas para los regadíos proyectados en los Monegros). Su postura es la clásica de un partido que busca votos diciendo cosas como que se harán regadíos en Aragón para apoyar el desarrollo de esta Comunidad o que si Zapatero sube a la Presidencia del Gobierno en el 2004 rehará todo el PHN. Si realmente quisiera prosperidad para Aragón no apoyaría el sector que menos aporta al PIB (un 3% aproximadamente), ni desearía regar los Monegros cuyas tierras están en cierta parte en manos de grandes terratenientes. Pujol y su partido también fueron víctimas de los cánticos por no definirse claramente en un tema que afecta de lleno a los catalanes, o al menos a los de la comarca del Delta.
Como en un principio señalaba, es importante destacar que, en esta ocasión, no se limitó la protesta contra el trasvase sino que la defensa de la montaña y de su conservación fueron también elementos clave de las reivindicaciones. Hasta ahora, había sido difícil darle a esta cuestión el protagonismo que merece, ya que las anteriores manifestaciones convocadas en Zaragoza, al ser controladas por el Gobierno de Aragón, formado por PSOE y PAR (Partido Aragonés Regionalista) y financiadas con dinero público por cierto, se habían limitado a decir Trasvase no, obviando el resto del PHN que afecta sobre todo a la montaña. Por cierto, que en la montaña vive poca gente y hay menos votos para captar. Qué casualidad.
Pero a pesar de estos avatares, debemos quedarnos con lo positivo de esta multitudinaria movilización que ha hecho remover la oposición del PHN, volviendo a cuestionar su validez y volviendo a implicar a los ciudadanos en temas que les afectan.
Ninguna de las manifestaciones y actos convocados hasta ahora han sido en vano. Desde Bruselas se ha denegado la financiación europea para la construcción de las infraestructuras del PHN en España. Aún así, no podemos cantar victoria porque se decidió por una mayoría muy ajustada y, quién sabe, quizá el gobierno español decida jugársela y realizarlo contra lo que diga la UE.
Nihao. Zaragoza. 11 Marzo 2002