Las aulas de secundaria, vacías

Una jornada más, la comunidad escolar ha salido a la calle en todo el Estado para manifestarse en contra, esta vez, de uno de los elementos que componen la reforma educativa del PP: la Ley de Calidad.

Alumnos y profesores de ESO y Bachillerato, en prácticamente todas las ciudades estatales, se han unido en un solo grito contra la ley que propone el MECD (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte) con la ministra Pilar del Castillo al frente, cuyos propósitos esenciales son a la vez los más polémicos: la implantación de la vieja reválida al final del bachillerato y de los itinerarios en el segundo ciclo de la ESO (3° y 4°: 14, 15 años). A esta protesta se han unido algunas organizaciones universitarias que también apoyan las protestas en contra de la ley de Calidad de la Enseñanza.

En general, la manifestación ha pasado sin grandes altercados, a excepción de algunas cargas policiales que ocurrieron en Barcelona. Pero el suceso negativo más reseñable es el anuncio por parte del Sindicato de Estudiantes, según el cual algunos profesores de la Comunidad de Castilla y León han coaccionado a sus alumnos a no sumarse a la huelga amenazándoles, por medio de cartas a sus familias, con la posibilidad de perder la evaluación continua, lo que supondría perder el curso. Legalmente, esto es imposible que suceda. Nadie puede perder su derecho a la educación, y menos por estar ejerciendo a la vez otros de los derechos fundamentales: el derecho a la huelga y e derecho de expresión. Este hecho puede quedar aislado y pasar sin pena ni gloria pero, si realmente se han producido tales amenazas, alguien debería tomar responsabilidades.

La ley todavía no está articulada, está en proceso de elaboración. Esta vez, el gobierno no quiere pillarse los dedos y ha decidido convocar diversas reuniones entre el MECD y representantes de estudiantes, pero no está claro en qué van a consistir éstas; si va a ser una forma de limpiar la imagen de imposición que se han creado merecidamente con la polémica LOU o si realmente el talante dialogante ha entrado de lleno en las cabecitas de nuestros mandatarios. Según los antecedentes de este gobierno a la hora de legislar sobre cualquier materia, la lógica nos dice que será la primera opción la elegida.

Por último, señalar que las sucesivas manifestaciones que hemos presenciado en contra de las reformas de la enseñanza no es que se opongan a modificar el sistema educativo, sino que no quieren que se haga de esta manera y en esta dirección, que sólo hace que retroceder en el tiempo, en el sentido de que no da la oportunidad de estudiar a todos por igual. Es posible admitir los fallos actuales pero las soluciones propuestas no arreglan el problema que tiene la enseñanza.

Nihao. Zaragoza. 8 Marzo 2002