El pasado viernes 23, por cosas de la vida me dio por encender el televisor por la tarde, reconozco mi pecado de encender el televisor y más por la tarde, y encima para ver Telecinco, pero entendidos en la materia afirman que a veces un poco de mala hostia, así como también de la contemplación de lo banal y enfermizo son buen combustible para escribir.
Me quede anonadado, por no decir agilipollado, viendo un programa de variedades llamado ‘ a tu lado ‘, que no es mas que un clon de otro que echan después del de Ana Rosa Quintana en Antena 3, del cual no recuerdo ni el nombre. Entienda el lector que para hablar con conocimiento de causa he hecho un repaso a las tardes televisivas, para que nadie me diga que hablo solamente de excepciones.
El programa en cuestión, ‘ a tu lado ‘, cada día es un monografico, un día traen a gordas, otro día a gente que cree en fenómenos paranormales, otro día a madres prematuras, etc… y este pasado viernes que lo vi más de veinte minutos hablaban de despedidas de soltero sonadas. A partir de aquí voy a explicar lo que vi, porque no tiene desperdicio.
La presentadora, una jovenzuela de buen ver, pero tampoco para tirar cohetes, mucho menos si uno se fija en algo más que en lo visible, presenta a unos jóvenes que vienen de San Sebastián, entran todos con una camiseta hecha de expreso para ‘dicha despedida’ y uno de ellos empieza a contar una historia a la presentadora. El joven le viene a decir que él y sus amigos han preparado una despedida que el futuro ‘casado’ no olvidara, y tanto que no olvidara. La despedida de soltero en cuestión empezaba con el engaño al joven soltero de ir a esquiar a no se donde, en lugar de eso según explica el joven, le meten una capucha(literal), y le hacen subir a un coche o un autocar, hasta un aeropuerto donde pilla un avión hacia las cercanías de Madrid, donde con otro medio de locomoción lo han traido al plato del programa ‘a tu lado’ de Telecinco. Después de esta explicación vemos entrar de nuevo a los demás, y al soltero con un disfraz de ‘cerdo’ por la puerta del plato. La presentadora le dice: – ¿Que te ha parecido? . – y el chaval, que era un hombreton, callado como una pared, finalmente dice con una cara de miedo que ni te explico: – Estoy sorprendido la verdad. . Seguidamente sale un Drag Queen y hace un baile, como para amenizar el show, acaba el Drag Queen y el chico sigue sin decir nada solamente que esta sorprendido.
Y es que no es para menos. ¿Había pasado miedo? Por supuesto, ¿y quien no? Que te cojan, por muy buen amigos que sean, y te metan una capucha, te lleven a un lugar que desconoces sin decirte nada y que de repente te veas en un plato de televisión, como poco es para quedarse con una cara de gilipollas que ni cuento. Pero el asunto es más grave, porque el chico era de San Sebastián, un vasco, donde quien mete a gente capuchas y las lleva a lugares desconocidos es gente conocida por todos, y si a eso le sumas que un par de días antes, no muy lejos de allí en Bilbao, casi matan con una bomba a un joven, pues no es de extrañar el miedo que tendría el chico ese. El caso es que en teoría era una broma, y encima afirmaban que la proxima despedida seria aun mas sonada, ¿que haran? mejor no pensarlo, yo no le veo la gracia, quizás mi sentido del humor es diferente.
Como no veo la gracia que se hagan este tipo de programas ‘basura’ por llamarlos de alguna manera cuando en este país la cosa no es para la risa, y el truco de entretener pues no pasa, no cuela, porque se puede entretener de muchas maneras, no a la peor de las maneras, pero es normal, ¿por que a quien no le hace gracia que policías nacionales peguen a policías municipales por el único motivo de manifestarse? ¿Acaso lo tienen prohibido? No voy a ser yo quién los defienda, pero son también trabajadores, de un mal trabajo si, como el de las prostitutas, ellas venden su cuerpo, ellos se venden por pegar, pero tanto unos como otros tienen derecho a manifestarse. ¿Pero eso a quien le importa? La gente sencillamente prefiere encender el televisor y quedarse agilopollado viendo las desgracias ajenas, riéndose de los demás, compareciendolos, diciendo ‘hago bien por disfrutar o por ver la desgracia de los demás, pobre gente’. El problema de la televisión es que sencillamente es un reflejo de todos nosotros, hacen mala programación, pero la gente la vé. Pues lo que tenemos: A tu lado y con la porra dando.
Marlowe. Barcelona. 24 Febrero 2002.